Linda Evangelista, Meg Ryan, Courtney Cox, Renée Zellweger, Victoria Beckham… Además de fama mundial, tienen otra cosa en común: todas ellas (y alguna más) comparten el haber mostrado públicamente su arrepentimiento con ciertos retoques estéticos.
El arrepentimiento suele ocurrir cuando hay pacientes con expectativas poco realistas y un médico que no explica lo irreal o poco favorecedor que pueden resultar esas peticiones y las lleva a cabo.
''Un buen ejemplo -afirman las doctoras Mira+Cueto- es Victoria Beckham que, en la época de las Spice Girls, se puso unos implantes de mamas desproporcionados con su silueta y muy redondos, nada naturales. Posteriormente declaró que se los había quitado porque nunca se sintió a gusto con ellos: ''parecían dos misiles'', afirmó literalmente. Aquí se ve muy bien el doble factor del arrepentimiento del que hablaba: ella muy probablemente pidió un tamaño y efecto que en los años 90 estaba de moda y el cirujano es también probable que no le señalase que había una desproporción con el resto de la fisionomía''.
El arrepentimiento suele ocurrir cuando hay pacientes con expectativas poco realistas y un médico que no explica lo irreal o poco favorecedor que pueden resultar esas peticiones y las lleva a cabo
Otro caso es Kylie Jenner, la archiconocida hermana de Kim Kardashian, quien también hizo público su arrepentimiento tras haber aumentado considerablemente el tamaño de sus labios. En este caso fueron sus seguidores de Instagram quienes la hicieron ver que estaba peor después de ese aumento y ella decidió solucionarlo. En cuanto a Linda Evangelista, es probable que haya entrado en juego un tercer factor: el no explicar en detalle los posibles efectos secundarios de la Criolipólisis, un protocolo que, como todo tratamiento médico, puede tenerlos.
Pero… ¿por qué parece que solo existen los malos retoques? ''Es un círculo vicioso basado en 2 cuestiones que se retroalimentan entre sí: la no confesión de los ''buenos'' retoques y la divulgación masiva de los ''malos'' (en los medios, las redes sociales…). Por un lado, está la tendencia humana a ocultar los secretos de belleza, algo que la medicina estética bien ejecutada facilita: los ''buenos'' tratamientos, como no implican cambios evidentes, sino mejoras muy naturales, sutiles y progresivas, salvo confesión expresa, son indetectables y fácilmente ''ocultables''. Por otro lado, está la masiva divulgación de los ''malos'' retoques que, al suponer transformaciones evidentes son casi imposibles de negar, como pueden ser los casos de Renée Zellweger, Nicole Kidman o Courtney Cox…)'', afirman las doctoras.
Como consecuencia, la gente acaba por asociar medicina estética, bótox y rellenos con caras congeladas, hinchadas e incluso grotescas, haciendo que aumente el pudor a confesar el paso por consulta. ''Pero, el gran problema está cuando los médicos hacen cosas a petición de los pacientes sabiendo que es altamente probable que no quede bien sin advertirles. Además, es muy importante avisarles de los posibles efectos secundarios (como es el caso de Linda Evangelista tras haberse realizado un tratamiento de CoolSculping) porque muchos médicos no lo advierten o no le dan importancia'', subraya una de las doctoras.
Lo cierto es que la medicina estética tiene otra cara que apenas se publicita pero que está ahí, tanto en conocidísimos rostros que se pasean por las alfombras rojas como en caras anónimas, que nos cruzamos por la calle en nuestro día a día.