Evitar el 'tech-Neck, uno de los grandes secretos para decir adiós a la papada

Detener el desarrollo de la papada es posible a través de la constancia y otras estrategias de prevención como una dieta rica en proteínas o evitar las pantallas azules.

Cuello y escote de una mujer de mediana edad (Foto. Freepik)
Cuello y escote de una mujer de mediana edad (Foto. Freepik)
23 abril 2024 | 10:00 h

La papada no solo envejece, sino que nos cambia la expresión. Es una de las molestias más frecuentes que se manifiestan en las consultas estéticas. Y el principal motivo que la incrementa es la mala postura que adquirimos con el uso de los dispositivos móviles.

El término 'Tech-Neck' se ha hecho muy conocido en los últimos años. Pues bien, durante estos tiempos hay algunas personas que han desarrollado una papada distinta a la tradicional. Anteriormente, la papada era causada por razones hormonales o por sobrepeso. De la misma manera, el exceso de grasas e hidratos en la alimentación también han propiciado este incomoda afección.

La importancia que ha cobrado ha sido tal que ha adquirido un nombre propio, cuello tecnológico, 'Tech Neck'. Este diagnóstico cada vez es más frecuente y más temprano. Especialmente en jóvenes, que muestran un envejecimiento prematuro por el uso excesivo de las nuevas tecnologías y por la postura tan forzada de manera continuada.

Dichas posturas provocan una tensión constante en la zona. A través del movimiento de levantar y agachar la cabeza, encoger el cuello, provocamos que los surcos, conocidos como cuellos de Venus, se marquen de manera más acentuada. Además, la luz azul que estos dispositivos emiten dañan la piel: una larga exposición puede provocar hiperpigmentación y empeorar la elasticidad de la piel o la estructura de las células, una cadena que provoca un envejecimiento prematuro.

El secreto para evitar el desarrollo de la papada es la constancia

HARINAS Y GRASAS

Conviene limitar el consumo de las harinas refinadas y a las grasas saturadas. Lo que añades a tu dieta afecta de manera directa a esta zona del cuerpo, especialmente si estás genéticamente predispuesto. Ante ello, la fruta y verdura, e incluso los lácteos desnatados son siempre mejor opción.                                                             

PROTEÍNA

Aumentar el consumo de proteína puede ser muy beneficioso, esto se debe al papel de las proteínas de cara  a combatir la flacidez y de proporcionar firmeza a los tejidos. Tanto la proteína animal, procedente de huevos o carne, tanto como la proteína vegetal que tiene su origen en frutos secos y legumbres.   

SELECCIONA LOS COSMÉTICOS

Es importante elegir bien las cremas y hacerlo con criterio. Es imprescindible elegir cremas que estimulen la síntesis de colágeno para reestructurar la piel y aportar firmeza que se pierde con el paso del tiempo. Ante ello, cabe recordar que cada piel necesita un tratamiento ajustado a su tipología y necesidades, de la misma manera que cada área del cuerpo necesita productos específicos.

Una alternativa muy acertada es usar cremas reafirmantes para cuello y escote. Algunos activos ayudan a potenciar la regeneración de los tejidos: como los lipopéptidos antiedad, el  extracto de helecho, la vitamina E o el ácido hialurónico.

MASTICA CHICLE

El movimiento que realizamos cuando masticamos chicle nos ayuda a fortalecer la mandíbula  y a ejercitar la musculatura de la zona.

YOGAFACIAL CON LA MANDÍBULA

Hay algunos ejercicios determinados para entrenar los músculos de la mandíbula y el cuello. Algunos como UNICLED NECK &CHIN MASK contribuyen a atenuar la papada y las arrugas del cuello y escote.

Es importante realizarlos sentados en una silla y erguidos. En este sentido, la hidratación es otro aspecto clave. Al igual que la exfoliación, para desprendernos de las células muertas y favorecer a la renovación de la piel y reducir la flacidez.

Además, el tratamiento en cabina de la mano de Jovena es capaz de regenerar, tonificar y tensar la piel con un efecto lifting sin la necesidad de una cirugía. Este protocolo consiste en la combinación de plasma fraccionado, capaz de realizar una microcirugía mínimamente invasiva optimizando la renovación celular, y radiofrecuencia con diatermocontracción. Por su parte, la radiofrecuencia se encarga de reclutar de manera masiva las fibras, maximizando los resultados. Y la termocontracción es capaz de llegar a las capas dérmicas más profundas y a los músculos.

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