La presencia de barba se ha considerado desde la antigüedad como un símbolo de respeto, sabiduría, madurez y virilidad. Sea por cuestión de moda o por comodidad, la barba forma parte de una de las tendencias más arraigadas entre los hombres desde hace una década. Como elemento estético, es fundamental para conservar la armonía facial y el equilibrio del rostro.
En este sentido, el trasplante de barba se ha convertido en un procedimiento casi tan popular como el del cuero cabelludo, porque los resultados suelen ser excelentes. Hasta hace no mucho tiempo resultaba impensable realizar un trasplante de unidades foliculares en la región de la barba, pero hoy en día es posible gracias a los avances en materia capilar.
Así, son varios los factores que influyen en la caída del pelo de la barba. Según Javier Pedraz, director médico de la Clínica Insparya de Madrid, ''en la mayoría de las ocasiones la causa suele ser la predisposición genética, pero existen otros motivos externos como las quemaduras, el estrés traumático o las cicatrices''. Sea cual sea la causa, para la tranquilidad de muchos hombres el trasplante es una solución eficaz y segura que ha experimentado un crecimiento asombroso en los últimos años.
''La extracción de las unidades foliculares individuales necesarias se efectúa exactamente del mismo modo que la del trasplante capilar del cuero cabelludo'', explica Javier Pedraz.
La presencia de barba se ha considerado desde la antigüedad como un símbolo de respeto, sabiduría, madurez y virilidad
Una de las principales diferencias es que en el caso de la barba se utilizan unidades simples y dobles, hasta un máximo aproximado de dos mil unidades foliculares. Al no disponer de un soporte óseo uniforme, el trasplante se convierte en un proceso más delicado, por lo que requiere de equipos con gran experiencia y profesionales que permitan obtener resultados óptimos.
Además, en Insparya se usa la más moderna técnica de extracción e implantación para conseguir una barba natural y sin cicatrices, como el Dual Extraction Device, que consigue reducir el tiempo de la operación a la mitad. Además, las intervenciones en la barba son más cortas que las realizadas en el cuero cabelludo, dejando el tiempo aproximado de un trasplante de barba en cuatro horas.
Por otro lado, la piel de la barba requiere un trato especial y unos cuidados específicos después del trasplante. La recuperación varía según el rigor con el que se cumplan las recomendaciones del equipo clínico, ajustadas a cada caso y dependientesde los hábitos alimenticiosde cada individuo. ''Los cuidados son los mismos que hay que llevar a cabo en un trasplante en la cabeza: una buena hidratación, pulverizar la zona de la barba, dormir boca arriba y no lavarla los tres primeros días. Al cuarto día se realiza el primer lavado en la clínica'', comenta Pedraz.
Los primeros pelos tendrán una apariencia desorganizada, pero es normal. Para lograr la dirección deseada, puede ayudarse aplicando un poco de cera las veces que fueran necesarias. Los ciclos de renovación traerán, a lo largo del tiempo, pelos con características cada vez más propias de una barba. En tan solo cuatro meses los pacientes podrán comenzar a notar el crecimiento de la barba, aunque los resultados finales llegan entre los 12 y 18 meses.