En un área tan comprometida como los brazos, con alto riesgo de irregularidades en su liposucción, la técnica del doctor Chamosa ha sido reconocida por la revista americana Aesthetic Plastic Surgery (2005) como la mejor opción para mejorar volumen, textura y forma, sin antiestéticas ondulaciones. Destinada a corregir lipodistrofias, es también una alternativa sin cicatriz para muchas e indeseadas 'alas de murciélago.
Tal y como constata el estudio del doctor, “las lipodistrofias de los miembros superiores son menos significantes que las de los miembros inferiores, pero los resultados de la liposucción en este área, no siempre son estéticamente aceptables”. En efecto, son mayoría las catastróficas irregularidades que presentan los brazos tras someterse a una liposucción de su cartuchera por la cara interna, debido la escasez de tejido fibroso en esta zona. Tan pobre en colágeno y elastina como la de los muslos junto a las ingles, es una piel extremadamente fina, sin resorte suficiente para un repliegue uniforme tras el vaciado completo de la grasa y el volumen.
El procedimiento del doctor Chamosa pasa por la marcación de la cara exterior y posterior del brazo, que son las áreas a tratar por estar justo encima del músculo, por contar con un tejido estructural más grueso y sobre todo, por ser las que cuelgan oscilantes, cuando por rotación, se ponen los brazos en cruz. Dos únicamente, son las incisiones de abordaje, que se realizan justo encima del hombro y el codo, respectivamente.
El resultado es un brazo más fino y esculpido en su conjunto, con una piel uniforme y sin irregularidades
Desde allí y con una varilla de 50 centímetros, se eliminan los excedentes grasos, que se trabajan en abanico, insistiendo en codos, axilas y posibles acumulaciones en los antebrazos. La cara interna por el contrario, nunca se toca, ya que como explica el doctor “cualquier intervención en esta zona tan frágil, queda llena de socavones”. El resultado es un brazo más fino y esculpido en su conjunto, con una piel uniforme y sin irregularidades, debido a la fibrosis generada en la cara externa, que es la que tracciona de la cara interna, mejorando su apariencia.
Tal y como explica el doctor, “este tipo de brazos también presentan acúmulos notables en la axila, el antebrazo e incluso el codo, a menudo oculto por tres depósitos de grasa, dos a cada lado y uno encima del hueso olécranon”. Para solucionar la ostilometría, que es como se llama el indeseado bamboleo de las alas de murciélago, es preciso realizar un abordaje minucioso pero conservador, de todas y cada una de las partes.
“Solo de esta manera se consigue una mejoría óptica del conjunto. No es del cien por cien, pero es infinitamente más satisfactoria para el paciente, que la cicatriz desde el codo a la axila en la branquioplastia o las irregularidades de la liposucción completa en la cara interna del brazo”, ha explicado Chamosa.