Tener las orejas prominentes, conocidas como ''orejas de soplillo'', suele generar uno de los mayores complejos estéticos entre adultos y niños. Las personas que presentan este tipo de orejas han de convivir con comentarios constantes que afectan a su día a día.
Para superar los complejos asociados a este problema estético, el doctor Óscar Junco propone la otoplastia, una intervención de pronta recuperación a la que pueden someterse adultos y niños para mejorar el aspecto de sus orejas.
Y es que, mediante la otoplastia se consigue mejorar el aspecto de las orejas según las necesidades de cada paciente. En la intervención, se reposicionan las orejas prominentes hacia una posición más próxima a la cabeza. Mediante una pequeña incisión se da forma al cartílago. Generalmente, la intervención es rápida, suele durar entre una hora y una hora y media, y es de pronta recuperación. La cicatriz queda oculta detrás del pabellón auricular y el aspecto general de las orejas mejora desde el primer momento.
Mediante la otoplastia se consigue mejorar el aspecto de las orejas según las necesidades de cada paciente
En este sentido, tener las orejas prominentes es un hecho que afecta por igual a hombres y mujeres. Sin embargo, ya que los hombres acostumbran a llevar el pelo corto y eso no permite disimular las orejas con el peinado, el complejo suele ser mayor en varones, ocupando el quinto lugar en el ránking de operaciones masculinas.
Por otra parte, según estudios de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (Secpre) en torno al 50% de las intervenciones estéticas realizadas a menores en nuestro país son otoplastias, y la literatura científica aún debate si este tipo de cirugías deben considerarse estéticas o reparadoras, dado que suelen estar justificadas desde el punto de vista médico por el sufrimiento psicológico asociado al mencionado trastorno.
El crecimiento de las orejas concluye a los 7 años y es a partir de entonces cuando se puede realizar la otoplastia. El doctor Junco recomienda que los padres vayan observando cómo es el comportamiento del niño en relación a sus orejas para poder percibir posibles complejos, que en muchos casos son originados por las burlas de otros niños. No se debe insistir en la cirugía a no ser que el niño lo desee.