El 2020 pasará a la historia como el año que puso todo patas arriba. Es innegable que la Covid-19 ha generado revoluciones que, al margen de la pandemia, seguiremos viendo como prácticas virtuosas o nuevas costumbres, impensables e inesperadas hasta hace un año y ahora impregnadas en la nueva normalidad.
Uala, la web y app líder dedicada al mundo de la belleza y el bienestar, ha identificado las cuatro tendencias surgidas en 2020 que marcarán el mundo de la belleza en un futuro próximo.
1. El peluquero está (también) en TikTok. Antes de la pandemia, la mayoría consideraba que el asesoramiento a distancia y los consejos de belleza a domicilio competían con la experiencia del salón de belleza. Sin embargo, con el primer cierre, muchos profesionales descubrieron una nueva forma de estar cerca de sus clientes: ayudándoles a cuidarse con videotutoriales o transmisiones en directo. Una vez finalizado el confinamiento, la gente no renunció a volver al salón, agradecida por la cercanía mostrada y cada vez más inclinada a premiar a los profesionales que ven en el intercambio de conocimientos un valor añadido. Se calcula que en 2020 un 20% más de los salones habrá aterrizado en las redes sociales, incluso en aquellas aparentemente más alejadas del uso profesional, como TikTok. Por tanto, es probable que en el sector de la belleza del futuro los tratamientos a domicilio sean cada vez más complementarios a los del salón, gracias a un asesoramiento que no termina en la tienda y que llega a los clientes en un abrir y cerrar de ojos.
2. El verde ya no es solo una tendencia. En los últimos años, Uala ha visto un aumento constante de los salones con conciencia ecológica: en 2020, la oferta de tratamientos orgánicos y respetuosos con el medio ambiente aumentó un 20% en comparación con 2018. Esta cifra es consecuencia de la creciente demanda de belleza ética. La Covid-19 ha vuelto a llamar la atención sobre las opciones conscientes y respetuosas con el medio ambiente, invitando realmente a los operadores de belleza a replantearse las prácticas y los rituales en clave ecológica. Por ello, no será raro ver en los salones del futuro lavacabezas con sistemas de reciclaje de agua, capas de material reciclado en lugar de plástico, iluminación diseñada para ahorrar energía y tratamientos cada vez más basados en plantas, con especial atención a la sostenibilidad de los envases.
Se calcula que en 2020 un 20% más de los salones habrá aterrizado en las redes sociales, incluso en aquellas aparentemente más alejadas del uso profesional
3. Servicios personales VS comercio electrónico. Si hay algo que la Covid-19 ha enseñado a los empresarios de todos los sectores es a tener un plan B. Para el de la belleza, tras la obligación de bajar la persiana y dejar los servicios personales, la supervivencia de muchos salones se ha basado en el comercio electrónico. Para los consumidores, el valor añadido de comprar en su peluquería de confianza, más allá de la opción de apoyar a las pequeñas empresas locales, era el de seguir recibiendo, aunque fuera a distancia, el mismo asesoramiento sobre el producto, sus propiedades y su aplicación. ¿El futuro? La compra online de una suscripción de productos no estandarizados, diseñados ad hoc por su profesional de confianza que, como un alquimista, creará la mezcla perfecta para cada necesidad. Un plan que puedes utilizar en tu salón, pero también en casa. Así, la compra online se completa con la recogida en el salón donde se puede conocer al profesional e incluso realizar un tratamiento complementario.
4. Coworking de belleza. En un momento de incertidumbre económica en el que sostener los gastos de alquiler o servicios de un espacio comercial se ha vuelto difícil para muchos operadores del sector de la belleza, la tendencia del coworking se ha vuelto cada vez más popular. No será raro, a partir de 2021, encontrarse con su profesional de confianza en grandes espacios diseñados específicamente para estilistas y esteticistas donde pueden prestar sus servicios ahorrando en todo, menos en la excelencia del tratamiento.