Cuando los pómulos quedan muy marcados, así es el “Efecto Maléfica”

El relleno de pómulos con ácido hialurónico es una de las tendencias en Medicina Estética. Un procedimiento que, en ocasiones, puede tener resultados muy artificiales si no se realiza de manera adecuada. Una médico estética explica por qué se produce.

Inyección de pómulos en una clínica estética (Foto. Freepik)
Inyección de pómulos en una clínica estética (Foto. Freepik)
Laura Ortega
4 julio 2024 | 15:00 h

La región del rostro se compone de piel, músculos y grasa que trabajan de manera conjunta para coordinar las expresiones de la cara. Sin embargo, con el paso del tiempo sumado a la gravedad, la laxitud de la tez puede acabar por provocar la caída de determinadas partes del rostro como las mejillas. Sin embargo, esto ocurre por el descenso de algunas estructuras como la grasa o piel que, disminuye con la edad.

Ante ello, surgen los procedimientos estéticos como el relleno o lifting de pómulos, cuya finalidad consiste en devolver una apariencia rejuvenecida a la cara. La técnica consiste en aumentar el volumen de los pómulos mediante inyectables como el ácido hialurónico en las zonas blandas.

RELLENO DE PÓMULOS

Existen varias técnicas de relleno, pero el ácido hialurónico es una de las más recurridas por su naturalidad. Esta sustancia se produce de manera natural por el organismo. Sin embargo, su producción mengua con la edad, favoreciendo la aparición de arrugas y pérdida de volumen.

El procedimiento es muy sencillo, se realiza de manera ambulatoria y tiene efectos secundarios mínimos, como pequeños hematomas que se desvanecen en pocos días.

"Cuando el pómulo queda muy marcado y proyectado hacia afuera”

Los resultados se ven al momento y son casi permanentes. En ese aspecto, esta sustancia permanece en el organismo, al menos, dos años. A medida que el cuerpo lo va absorbiendo, su volumen inicial cada vez es menor. Sin embargo, nunca acaba por desaparecer por completo, puesto que siempre permanecerán pequeños residuos del producto.

EFECTO MALÉFICA

El “efecto maléfica” tiene lugar cuando un tratamiento de inyección de ácido hialurónico en la zona del tercio medio o pómulos queda poco natural, resultando en un aspecto muy marcado que recuerda a la villana de Disney. La doctora Sandra Hermida (@dra.sandrahermida), experta en medicina estética y capilar lo explica a través de sus redes sociales.Este efecto se produce cuando “el pómulo queda muy marcado y proyectado hacia afuera”, aclara la experta.

La doctora explica cómo realizan, los expertos estéticos, este protocolo tan habitual: “Para hacer un pómulo bien se hacen dos puntos profundos sobre el hueso para anclar el efecto lifting”. En ese sentido, Sandra añade que es necesario emplear otro vial de ácido hialurónico para redondear la zona y suavizar la transición entre el pómulo y la mandíbula.

Este paso es fundamental para prevenir del “efecto maléfica” que la doctora comenta: “Si no, se queda la línea recta marcada”. Los inyectables en los pómulos deben tener un resultado redondo y no recto, por eso, la experta en estética insiste en la importancia de emplear estrategias para redondear la zona del pómulo o tercio medio. Y es que, aunque el tamaño y forma de los pómulos sea un factor genético, hay otros factores como la distribución de la grasa o la tonificación muscular que influyen en su aspecto. Por eso, inyectar esta sustancia contribuye a cambiar la apariencia significativamente sin modificar la estructura ósea.

¿POR QUÉ ES TAN POPULAR?

De hecho, se ha convertido en un tratamiento tan popular que, cada vez es más común observar unos pómulos muy definidos en algunas celebritiesque se han sometido a este procedimiento ambulatorio como Bella Hadid o Angelina Jolie. Entre algunas de las razones de su éxito se encuentran:

  • Simetría: El atractivo facial está estrechamente ligado con una simetría facial que, con este procedimiento se logra fácilmente.
  • Apariencia saludable y juvenil: el relleno de pómulos devuelve instantáneamente un aspecto juvenil que se asocia con la grasa malar. Una característica propia de los rostros más jóvenes que, tienden a tener unas mejillas y zona del tercio medio más rellena o voluminosa. Atrás queda el aspecto hundido que se adquiere  con la pérdida de grasa de la zona, típica del paso de los años.
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