Cualquier persona propensa a impurezas cutáneas o a dermatitis atópica debería prestar atención a los billones de bacterias de su flora intestinal: varios estudios científicos demuestran que las imperfecciones y las enfermedades de la piel pueden estar relacionadas con un desequilibrio del microbioma intestinal. Los científicos sospechan que la flora intestinal, el sistema inmunitario y la piel, además de comunicarse entre sí a través del llamado eje intestino-piel, se afectan mutuamente.
Los expertos de la empresa de biotecnología Biomes resumen los hallazgos más importantes de los estudios y dan consejos sobre cómo reforzar el microbioma para mejorar rápidamente el estado de la piel.
Las bacterias están presentes en cada milímetro de nuestra piel. Su tarea consiste en formar una capa protectora para mantener la barrera cutánea contra agentes patógenos y otros cuerpos extraños. Nuevos estudios sugieren que estas bacterias están estrechamente relacionadas con el conjunto de los microorganismos (principalmente bacterias, hongos y virus) de nuestro intestino y los investigadores entienden que las bacterias intestinales producen sustancias importantes que afectan a todo el organismo, la piel incluida. Entre otras cosas, las bacterias intestinales se encargan de la producción del butirato, un ácido graso con efectos positivos para la piel. A su vez, la vitamina D se forma en la piel cuando está expuesta al sol y afecta al estado del microbioma intestinal; una carencia podría causar problemas digestivos. Lo cierto es que los dos órganos están conectados a través del eje intestino-piel. Quizá el ejemplo más conocido para demostrar esta relación es una propensión mayor a que aparezcan granos tras la ingesta de alimentos azucarados o grasos.
Cualquier persona propensa a impurezas cutáneas o a dermatitis atópica debería prestar atención a los billones de bacterias de su flora intestinal
La composición del microbioma intestinal también influye en el grosor de la piel. Los estudios demuestran que el grosor de la piel mejora sensiblemente con el suministro de lactobacterias; estas pertenecen al grupo de bacterias intestinales beneficiosas. La farmacéutica Plamena Dikarlo, directora de investigación y desarrollo en Biomes, puntualiza: "Por un lado, la cantidad de bacterias protectoras que habitan en nuestro intestino depende de nuestra dieta y de la ingesta de sustancias nocivas, como el alcohol o la nicotina. Por otro, la cantidad de sueño, el ejercicio, el estrés, las enfermedades y los medicamentos también pueden ser decisivos. Carencias o excesos en estas áreas pueden abrir la vía a sustancias no deseadas en el flujo sanguíneo y de ahí pasar a la piel".
Para fomentar el buen estado del microbioma intestinal y así mejorar el aspecto de la piel, Plamena Dikarlo ofrece los siguientes consejos.
1. Especias en vez de sal y azúcar. La regla para la sal en el contexto de una dieta respetuosa con el intestino es simple: menos es más. Por otro lado, y en la medida de lo posible, hay que evitar el azúcar y los potenciadores de sabor. Se recomienda experimentar con especias para potenciar el sabor, ya que está demostrado que la pimienta negra, la pimienta de cayena, la canela, el jengibre, el orégano, el romero y la cúrcuma, entre otros, fomentan las bacterias intestinales beneficiosas.
2. Vigilar la ingesta de carne. Un exceso de carne puede deteriorar la proporción de los ácidos grasos omega-3 y omega-6 y así aumentar la propensión a inflamaciones en el cuerpo. El pescado es una buena alternativa, ya que es rico en valiosos ácidos grasos omega-3 e hidrata la piel. Un estilo de vida vegetariano también es muy beneficioso para un microbioma fortalecido y una piel sana.
3. La fibra ayuda a eliminar. La fibra se encuentra sobre todo en alimentos vegetales, como son cereales integrales, legumbres, frutas, verduras y frutos secos. Deberían formar parte íntegra de nuestra dieta. Al tiempo que son muy beneficiosas para la digestión, estos alimentos pueden aglutinar hasta 100 veces su propio peso en agua; por lo tanto, hay que tener especial cuidado para ingerir suficiente agua y/o té (sin azúcar).
4. Buena dosis de micronutrientes. Las frutas y las verduras no solo nos aportan fibra, sino que también son importantes proveedores de nutrientes y, por tanto, cruciales para la salud de la piel, el cabello y las uñas. Destacan los polifenoles: se encuentran en verduras y frutas como las aceitunas o las uvas y ayudan a fortalecer a los vasos sanguíneos y a la piel. Además, promueven la diversidad del microbioma intestinal. Por otra parte, la vitamina C contribuye a la formación de colágeno, un componente importante para el correcto funcionamiento de la piel. Un batido a base de naranjas y hojas de col rizada, por ejemplo, puede proporcionar un auténtico ''chute'' de vitamina C.
5. El deporte y el ejercicio también ayudan a la piel. El ejercicio físico también tiene efectos positivos sobre la piel; aparte de respaldar un microbioma intestinal saludable, el deporte promueve la circulación sanguínea y, por tanto, ayuda a que los nutrientes importantes lleguen a la piel. Además, las personas que acumulan tejido muscular tensan la superficie de la piel.