La Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) ha celebrado su ‘XXIV Reunión del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica’ (GEDET), en la que han evaluado las necesidades y peticiones estéticas actuales de los pacientes, unas tendencias que evolucionan con el paso del tiempo. Asimismo, los expertos reunidos han hecho hincapié en la necesidad de poner el foco en el trabajo de los músculos del rostro asociados a las emociones negativas, así como en la formación continuada de los profesionales.
EN BUSCA DEL BIENESTAR DEL PACIENTE
El Dr. Apul Parikh, cirujano estético y miembro del Royal College of Surgeons y de la Junta Europea de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética, ha explicado que el tipo de pacientes que reciben en consulta se está abriendo cada vez más, pues van notando cómo aumenta la demanda entre pacientes con edades comprendidas entre los 70 y los 80 años, pero que todavía cuentan con un buen estado de salud, así como con personas cada vez más jóvenes, hombres y personas transgénero.
Atendiendo a estos grupos de pacientes, las necesidades pueden ser muy variadas. Por ello, el cirujano apuesta por analizar el tercio medio superior del rostro (frente, entrecejo, patas de gallo, ojera y párpados) y evaluar el papel que juegan las emociones a través de la mirada, “siendo conscientes de lo que realmente necesitan para sentirse satisfechos, porque es fundamental para garantizar unos resultados naturales y una belleza sana”.
“La formación es continua clave para saber qué técnica y modalidad de tratamiento es conveniente utilizar en cada caso”
Patrikh ponía de ejemplo los retoques de los surcos nasogenianos, que son las líneas que aparecen con el paso del tiempo bajo las mejillas, entre la nariz y la boca: “Suele ser habitual que los pacientes soliciten tratarse los surcos nasogenianos, pero no son conscientes de la pérdida de apoyo en las mejillas o la disminución de la calidad de la piel”. En estos casos, el objetivo debe ser “proporcionar al paciente un aspecto fresco, reponiendo los volúmenes que se han podido perder”.
Asimismo, los años se traducen en el envejecimiento de los tejidos cutáneos y las modificaciones anatómicas. Un ejemplo son la pérdida de volumen en los pómulos o la aparición de las arrugas alrededor de los ojos. Aquí es donde puede entrar en juego el papel de la Medicina Estética, ya que es capaz de mejorar la apariencia cansada o la expresión de las emociones en pacientes “con aspecto triste, deprimido o cansado”, aunque no lo estén mentalmente: “El debilitamiento de los músculos asociados a las emociones negativas puede mejorar el estado de ánimo del paciente, al hacer que no muestren las emociones que no sienten”, señalan desde del GEDET.
LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN CONTINUADA
La formación y divulgación científica es fundamental para que los profesionales puedan seguir ajustándose a las necesidades del paciente, y eso es lo que han reivindicado tanto el Dr. Patrikh como Laura Griffa, responsable de Medical Affairs en Allergan Aesthetics. “La formación es continua clave para saber qué técnica y modalidad de tratamiento es conveniente utilizar en cada caso”, afirmaba el cirujano.
Por su parte, Griffa ha señalado que “los profesionales de la Medicina Estética deben ofrecer soluciones innovadoras, que, basadas en la ciencia, permitan a las personas mantener la belleza natural de sus ojos y expresiones faciales”. De ahí la importancia de continuar con jornadas profesionales que funcionen como punto de encuentro “para colaborar y avanzar juntos en un campo en constante evolución”.