No hay duda de que la contaminación es nociva para la salud, pero también se habla mucho de ella y de sus posibles efectos en la piel. De hecho, en el mercado ya hay muchos cosméticos diseñados específicamente para proteger frente a la polución. Algunas voces defienden que podría provocar brotes de acné, arrugas y pérdida de textura, incluso un debilitamiento de la barrera cutánea. Sin embargo, ¿cuál es la evidencia científica que tenemos al respecto?
Para responder con exactitud a esta pregunta, desde Estetic nos hemos puesto en contacto con el Dr. Antonio Clemente, dermatólogo en Clínica Clemente y responsable del área económica en la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). El experto nos cuenta que “el efecto de la contaminación sobre la piel no está muy bien estudiado”. Si bien es cierto que “existen algunos estudios que apuntan a que podría aumentar el envejecimiento cutáneo y la incidencia de algunas enfermedades cutáneas, lo cierto es que las investigaciones que hay son muy preliminares”.
El dermatólogo reconoce que “es un tema que está muy de moda últimamente”, pero él prefiere ser cauto en base a la evidencia científica actual. “Parte de esa moda viene impulsada por los laboratorios cosméticos que, en su afán de sacar nuevos productos con nuevas formulaciones, intentan buscar moléculas, cosméticos o principios activos que intenten paliar el efecto de la contaminación en la piel”. Sin embargo, advierte que “todavía no hay mucho soporte científico potente”, ya que “algunos de estos estudios están financiados por laboratorios de cosmética que pueden tener algunos intereses detrás”.
“Con mucha diferencia, el factor más importante en el envejecimiento de la piel es la radiación ultravioleta”
El experto nos cuenta que “la piel ejerce una función barrera que nos protege frente a las agresiones del exterior”, por lo que tiene cierta “lógica” pensar que “todas las capas que la conforman nos protegen para que no penetren las partículas”. Esto “puede llevarnos a pensar que realmente el impacto de los contaminantes en la piel es bajo y este es uno de los motivos por los que no se están pudiendo probar sus efectos nocivos en la piel de forma más contundente”.
Una de las secuelas más relacionadas con la contaminación es que supuestamente favorece la suciedad en la piel, lo que podría ser un caldo de cultivo ideal para que surjan algunos problemas cutáneos. Debido a esa función barrera, el dermatólogo recuerda que “las partículas de contaminación se pueden depositar en la piel, pero no pueden entrar por los poros porque no son una vía de entrada”. Comparado con los efectos perniciosos que pueden causar otros factores a la dermis, como por ejemplo, el maquillaje, el riesgo es “muy bajo”. Y, para paliarlo, puede ser suficiente con una rutina de limpieza adecuada.
Otra de las teorías que circulan acerca de los efectos de la contaminación en la piel es que contribuye a la formación de radicales libres. Según el Dr. Clemente, algunos estudios la relacionan con el aumento del estrés oxidativo, algo que podría influir en el incremento del fotoenvejecimiento, de las arrugas y de lentigos, entre otras. “Si bien es cierto que los contaminantes pueden incrementar el estrés oxidativo en la piel, al igual que otros muchos factores, el efecto es bastante bajo comparado, por ejemplo, con el efecto pernicioso de la radiación ultravioleta”, declara el experto.
EL CUIDADO DE LA PIEL, LO QUE DE VERDAD IMPORTA
Vista la evidencia científica actual sobre las posibles consecuencias de los contaminantes en la piel, el doctor quiere recordar la importancia del cuidado de la piel, en la que la rutina de limpieza adaptada a cada persona es fundamental. “Es un básico, y muchos dermatólogos lo recomendamos no sólo por la contaminación, sino porque también sirve en casos de exceso de producción de sebo, por ejemplo”.
También insiste en que no hay que darle tanta importancia a algo que no cuenta con una base científica potente, cuando, “con mucha diferencia, el factor más importante en el envejecimiento de la piel es la radiación ultravioleta”. Por ello, insta a utilizar la protección solar con cremas solares, pero también con gorro, gafas, ropa adecuada para cubrir la piel y con la búsqueda de la sombra. “Yo siempre le digo a mis pacientes que el fotoprotector es por si le da el sol, no para que le dé el sol”, concluye el dermatólogo.