Con el paso de los años, el trasero se ha ido convirtiendo en una de las partes del cuerpo de la mujer, y cada vez más del masculino, que más cuidados necesita… Y es que, son muchos los factores que determinan su forma, ya que más allá del ejercicio y la alimentación, la genética juega un papel crucial.
En este sentido, el Dr. Junco propone tres tratamientos para moldear el trasero consiguiendo una mayor firmeza de la zona:
1. GLUTEOPLASTIA
La técnica también se conoce como aumento de glúteos, se practica en quirófano, con anestesia general y suele durar alrededor de dos horas. Su procedimiento se basa en realizar un corte de cuatro centímetros aproximadamente en la línea que hay entre ambos glúteos, a través de la cual se coloca una prótesis especial.
Como explica el especialista, “durante los primeros 10 días, no se deberá estar sentado más de lo necesario, y cuando se haga, se tendrá que vigilar que el peso no comprima la zona operada”. Además, el doctor también recomienda dormir boca abajo las primeras semanas tras la intervención y evitar cualquier tipo de ejercicio físico que involucre la participación del glúteo durante las primeras seis semanas.
2. INDIBA DEEP CARE
Este sistema de radiofrecuencia médica está especialmente diseñado para eliminar la flacidez de partes como los glúteos. También está indicado para reducir la celulitis dando un aspecto mucho más joven, revitalizado y definido, desde las primeras sesiones y sin necesidad de pasar por quirófano.
Se trata de un complemento ideal para dietas de adelgazamiento, ya que activa la movilidad iónica e incremente la temperatura generando una especie de fiebre artificial.
3. LIPOSUCCIÓN
No consiste solo en un tratamiento para combatir la obesidad, sino que también está destinada a corregir aquellas zonas corporales en las que persisten cúmulos grasos habitualmente rebeldes a los regímenes dietéticos, como es el caso de los glúteos.
Habitualmente se realiza con anestesia local y sedación, pero en casos muy extensos se lleva a cabo con anestesia general. Mediante la introducción de una cánula que está conectada a una máquina de vacío o a una jeringa especial, la técnica consiste en aspirar la grasa y realizar numerosos “túneles” en el área previamente marcada y cuando la operación acaba, se procede aun vendaje compresivo.
En este sentido, el Dr. Junco propone tres tratamientos para moldear el trasero consiguiendo una mayor firmeza de la zona:
1. GLUTEOPLASTIA
"Son muchos los factores que determinan su forma, ya que más allá del ejercicio y la alimentación, la genética juega un papel crucial"
La técnica también se conoce como aumento de glúteos, se practica en quirófano, con anestesia general y suele durar alrededor de dos horas. Su procedimiento se basa en realizar un corte de cuatro centímetros aproximadamente en la línea que hay entre ambos glúteos, a través de la cual se coloca una prótesis especial.
Como explica el especialista, “durante los primeros 10 días, no se deberá estar sentado más de lo necesario, y cuando se haga, se tendrá que vigilar que el peso no comprima la zona operada”. Además, el doctor también recomienda dormir boca abajo las primeras semanas tras la intervención y evitar cualquier tipo de ejercicio físico que involucre la participación del glúteo durante las primeras seis semanas.
2. INDIBA DEEP CARE
Este sistema de radiofrecuencia médica está especialmente diseñado para eliminar la flacidez de partes como los glúteos. También está indicado para reducir la celulitis dando un aspecto mucho más joven, revitalizado y definido, desde las primeras sesiones y sin necesidad de pasar por quirófano.
Se trata de un complemento ideal para dietas de adelgazamiento, ya que activa la movilidad iónica e incremente la temperatura generando una especie de fiebre artificial.
3. LIPOSUCCIÓN
No consiste solo en un tratamiento para combatir la obesidad, sino que también está destinada a corregir aquellas zonas corporales en las que persisten cúmulos grasos habitualmente rebeldes a los regímenes dietéticos, como es el caso de los glúteos.
Habitualmente se realiza con anestesia local y sedación, pero en casos muy extensos se lleva a cabo con anestesia general. Mediante la introducción de una cánula que está conectada a una máquina de vacío o a una jeringa especial, la técnica consiste en aspirar la grasa y realizar numerosos “túneles” en el área previamente marcada y cuando la operación acaba, se procede aun vendaje compresivo.