La piel debe estar perfectamente limpia, hidratada, joven y sana. Es el objetivo y la demanda más habitual en los centros de belleza. Esta época de mascarillas sumada a las alteraciones emocionales o las prisas que hemos adoptado como ''normales'' ha derivado en enfermedades cutáneas y en una deshidratación permanente, además de acelerar la flacidez y dirigirnos a protocolos que no son muy estrictos con la limpieza.
Paz Torralba, directora de The Beauty Concept, lo tiene claro: ''Las manos expertas, la avanzada tecnología, los cosméticos más puros e inteligentes logran que la piel recupere el extra que necesita para alcanzar las condiciones óptimas de hidratación y salud, a la vez que recuperamos el tejido conjuntivo, disminuimos las arrugas y damos un plus de luminosidad y juventud''.
''La piel necesita estar limpia y oxigenada para poder estar en equilibrio y recibir cualquier principio activo de los tratamientos y que resulten de una efectividad máxima. Con la oxigenación profunda conseguimos eliminar las impurezas y toxinas, limpiamos la piel en profundidad, la preparamos para que esté receptiva a los ingredientes activos y le aportamos un extra de hidratación, estimulando la renovación celular'', apunta Paz Torralba.
La piel debe estar perfectamente limpia, hidratada, joven y sana; es el objetivo y la demanda más habitual en los centros de belleza
Por todos estos argumentos, los centros de belleza The Beauty Concept han desarrollado el protocolo facial Deep Cleaning TBC para que la piel recupere su firmeza y salud con los siguientes pasos:
1. Oxígeno. Con limpieza profunda y preparación de la piel con aparatología Jetpeel, un equipo con certificación FDA y resultados sobresalientes en una sola sesión. Limpia, exfolia, hidrata y rejuvenece la piel, aplicando aire y agua compuesta de nutrientes, vitaminas y minerales. No requiere el uso de agujas y genera una sensación de completo bienestar. Una vez abiertos los canales, el agua estira la piel, creando la ''bahophonesis'', es decir, facilita la penetración de cualquier producto hidrosoluble, incluso de uso tópico, a capas profundas de la piel. Su aplicación dura 30 minutos.
2. Exfoliación. Acelera la descamación natural de las células queratinizadas de la piel, liberar en profundidad los poros de las impurezas acumuladas, eliminar células muertas, unificar el tono y aclarar la piel.
3. Extracción de impurezas y regulación de la secreción sebácea, para detoxificar la piel y liberarla de suciedad y toxinas.
4. Mascarillas. Logran una acción inmediata y, a largo plazo, logran aclarar y unificar la piel, alisar el relieve cutáneo, borrar marcas de fatiga, calmar de forma inmediata pieles reactivas y sensibilizadas, mantener el nivel óptico de hidratación cutánea, devolver volumen a los tejidos cutáneos, atenuar los signos de envejecimiento y neutralizar los efectos de los radicales libres.
5. Vitaminas. Estimulación de la piel con un coctel personalizado en función de las necesidades individuales y tras un diagnóstico personalizado. Se combaten las carencias lipídicas de la epidermis, se contribuye a la reconstrucción de la barrera cutánea para mejorar la defensa de la piel, regula la secreción sebácea, elimina la sensación de tirantez, aporta sensación de confort, regenera y cierra el poro, tensa la piel, mantiene el óvalo facial y repara la función inmunológica.
6. Kobido. Masaje de origen japonés que logra rejuvenecer y reparar el tejido facial, previene y reduce el impacto del proceso del envejecimiento y libera la energía y la tensión bloqueada en los músculos faciales y del cuello. Con maniobras muy rápidas y rítmicas, se estimula el sistema nervioso, se mejora la circulación de la sangre y el flujo linfático, se consolidan y tonifican los músculos y se equilibra el flujo de la energía en la cara. Estas técnicas terapéuticas estimulan los nervios faciales alcanzando las células de la piel, beneficiando y aumentando la circulación sanguínea, distribuyendo nutrientes y eliminando las toxinas, impurezas y células muertas de la piel.