¿Te imaginas un equipo tan polivalente, potente y eficaz, que actúa tanto para tratar y acelerar la recuperación de una lesión, como para combatir el descolgamiento facial, ayudar a elevar los glúteos o tonificar los brazos y, todo ello, con una potencia y unos tiempos inéditos?
Ya no tienes que imaginártelo porque existe: se llama Vossman y es fruto de 14 años de investigación y desarrollo por parte del ingeniero vasco Josechu Jiménez y el emprendedor leonés Fernando Díez, CEO de la empresa.
El punto de partida es plantearse llevar a otro nivel la hipertermia, una fórmula de tratamiento de largo recorrido y con numerosos estudios que avalan su eficacia, pero estancada en el mismo punto desde hace décadas, hasta ahora. Confirmada como el método más eficaz para la regeneración del colágeno dañado o ralentizado por el paso del tiempo o por las lesiones deportivas, la hipertermia es una poderosa aliada de los tratamientos de estética (facial y corporal) y de los mejores fisioterapeutas, incluidos los de los deportistas de élite, para el alivio y la recuperación de lesiones en tiempo récord.
Vossman trabaja a través de electrodos resistivos y capacitivos, generando una corriente
Actúa aumentando la temperatura de forma localizada y controlada en las capas profundas de la piel, sin elevar los grados en superficie en la región exacta para promover la activación de los fibrolastos. Vossman es, por tanto, un equipo de radiofrecuencia monopolar (la bipolar sí calienta la superficie de la piel).
¿Lo que lo hace único? Haber logrado dar una verdadera vuelta de tuerca a la hipertermia, alcanzando una potencia, eficacia y velocidad de tratamiento absolutamente inéditas, permitiendo tratar zonas más grandes. Basta grabar con una cámara térmica el tiempo que tarda en calentarse la zona y el color que refleja el nivel de calentamiento subcutáneo alcanzado por el equipo y compararlos con el más potente de la competencia.
Vossman trabaja a través de electrodos resistivos y capacitivos, generando una corriente que, a través de un polo negativo y un aplicador de mano, atraviesa el tejido deseado, elevando entre 4 y 6 grados la temperatura interior (donde se sitúan los fibrolastos) de la zona tratada. Los efectos: incremento del flujo sanguíneo y la oxigenación de los tejidos, regeneración celular y activación de la creación de neocolágeno.