Los “remedios de la abuela” a partir de productos básicos del hogar siempre han estado presentes en nuestras vidas y recurrir a ellos de vez en cuando nos puede sacar de más de un apuro estético. Eso sí, como todo, no conviene abusar y los dermatólogos alertan, especialmente, de la práctica de cinco de esos remedios caseros:
1.FIJAR EL MAQUILLAJE CON LACA
Se trata de un truco milenario que han usado nuestras madres y nuestras abuelas después de que lo hicieran también las suyas, y así sucesivamente… No obstante, que se haga de toda la vida no quiere decir que sea bueno para la piel. Y es que, la pulverización de la laca sobre la piel del rostro hace que nuestro cutis se vea impregnado de alcohol y productos químicos agresivos, lo que produce la deshidratación de la piel y el bloqueo de los poros.
2. LIMPIEZA FACIAL A BASE DE VAPOR
Los vapores faciales siempre han sido considerados como la limpieza milagrosa de los poros bloqueados, al igual que el remedio casero para curar los resfriados. Sin embargo, aunque no consiste en una práctica del todo mala, sí debemos tener en cuenta que si el agua está demasiado caliente, el vapor podría quemarnos la cara y deshidratar nuestra piel del rostro provocándole sequedad e irritación.
3. APLICAR PASTA DE DIENTES SOBRE EL ACNÉ
A pesar de que las características de los dentífricos poseen propiedades antibacterianas, estos se desarrollan para el tratamiento de la superficie del esmalte dental, lo que se traduce en una piel sensible, o manchas secas y escamosas si se recurre a una aplicación tópica.
4. USAR DETERGENTE LÍQUIDO SOBRE LA PIEL GRASA
Esta es la práctica casera más agresiva y habitual. ¿Alguna vez te has percatado del estado de tus manos tras lavar una amplia pila de platos? Pues imagínate el de la piel del rostro por muy grasa que sea… Este uso favorece el envejecimiento prematuro y te pondrá diez años encima.
5. UTILIZAR CREMA CORPORAL EN EL ROSTRO
El mundo de la cosmética cuenta con numerosos “productos milagro” que consisten en una estafa, pero la separación entre la crema hidratante facial y la corporal no es una de ellas: la piel de la cara es mucho más sensible que otras zonas del cuerpo, además en el cutis existe un mayor riesgo a sufrir una reacción adversa.
Porque tú eres lo más importante… Estetic.es
1.FIJAR EL MAQUILLAJE CON LACA
Se trata de un truco milenario que han usado nuestras madres y nuestras abuelas después de que lo hicieran también las suyas, y así sucesivamente… No obstante, que se haga de toda la vida no quiere decir que sea bueno para la piel. Y es que, la pulverización de la laca sobre la piel del rostro hace que nuestro cutis se vea impregnado de alcohol y productos químicos agresivos, lo que produce la deshidratación de la piel y el bloqueo de los poros.
2. LIMPIEZA FACIAL A BASE DE VAPOR
Los vapores faciales siempre han sido considerados como la limpieza milagrosa de los poros bloqueados, al igual que el remedio casero para curar los resfriados. Sin embargo, aunque no consiste en una práctica del todo mala, sí debemos tener en cuenta que si el agua está demasiado caliente, el vapor podría quemarnos la cara y deshidratar nuestra piel del rostro provocándole sequedad e irritación.
3. APLICAR PASTA DE DIENTES SOBRE EL ACNÉ
A pesar de que las características de los dentífricos poseen propiedades antibacterianas, estos se desarrollan para el tratamiento de la superficie del esmalte dental, lo que se traduce en una piel sensible, o manchas secas y escamosas si se recurre a una aplicación tópica.
4. USAR DETERGENTE LÍQUIDO SOBRE LA PIEL GRASA
Esta es la práctica casera más agresiva y habitual. ¿Alguna vez te has percatado del estado de tus manos tras lavar una amplia pila de platos? Pues imagínate el de la piel del rostro por muy grasa que sea… Este uso favorece el envejecimiento prematuro y te pondrá diez años encima.
5. UTILIZAR CREMA CORPORAL EN EL ROSTRO
El mundo de la cosmética cuenta con numerosos “productos milagro” que consisten en una estafa, pero la separación entre la crema hidratante facial y la corporal no es una de ellas: la piel de la cara es mucho más sensible que otras zonas del cuerpo, además en el cutis existe un mayor riesgo a sufrir una reacción adversa.
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