Las cascadas de moléculas son las encargadas de la luminosidad y de la vitalidad de la piel. Con los cambios de vida y el ajetreo diario, nuestras células desencadenan un proceso que se refleja en nuestra tez. Tanto nuestros hábitos como nuestro estilo de vida son el primer paso para preservar el brillo que caracteriza a una tez joven.
La doctora María Calvo Pulido, jefa de dermatología del Hospital Ruber Juan Bravo y de Olympia del Grupo Quirón Salud, explica cómo se alcanza una piel radiante y juvenil: “Las cascadas de moléculas son la clave, desencadenando una serie de reacciones en cadena donde cada molécula activa da paso a la siguiente”.
EL SECRETO DE LA JUVENTUD
En adición, la dermatóloga explica la importancia de cuidar nuestro interior para que se vea reflejado en nuestro exterior: “El brillo de una piel saludable no es simplemente superficial, es el resultado de un intrincado baile molecular que tiene lugar en nuestro cuerpo día tras día”.
El secreto de la salud cutánea abarca desde la regulación en la producción de colágeno hasta la protección contra los daños causados por los radicales libres y los rayos UV. Por eso, los ingredientes activos de nuestros cosméticos y que aplicamos en nuestra tez son los que guían las cascadas internas y aumentan la síntesis necesaria para luchar contra los signos del envejecimiento.
"La radiación solar, el tabaco y la contaminación pueden acelerar el envejecimiento cutáneo"
El estrés oxidativo provoca el deterioro en la piel, y se produce por los radicales libres. Estos son los culpables de que el paso del tiempo se vea acentuado en nuestra expresión. Son aquellas moléculas que se producen al inhalar y exhalar oxígeno, provocan la oxidación de la piel, lo que se traduce en un daño a nivel cutáneo.
Aunque nuestro cuerpo trata de neutralizarlos por sí solo, hay algunas actividades que promueven la oxidación del nuestra piel y organismo, como son la exposición prolongada al sol o los malos hábitos de vida. Toda piel necesita una barrera fuerte para protegerse de los radicales libres y que no penetren en nuestro organismo. Por eso, cuanto más alejadas de ellos nos mantengamos, mejor.
CASCADAS INFLAMATORIAS
No obstante, como la doctora explica, también existen las “cascadas inflamatorias”: “Son desencadenadas por factores como la radiación solar, el tabaco y la contaminación, que pueden acelerar el envejecimiento cutáneo”.
Estas complejas cadenas de reacciones son tanto la fuerza impulsora detrás de la juventud, como las causantes del deterioro prematuro. Las proteínas que mantienen la firmeza, el colágeno y elastina, son el secreto de las cascadas de la belleza. Mientras que, los radicales libres son las moléculas que dañan la salud de nuestra tez.
Por eso, la doctora Calvo recuerda que somos nosotras mismas las que tenemos el poder de regular esas cascadas a través de un estilo de vida consciente: “Cada elección que hacemos, desde nuestra exposición al sol hasta nuestros hábitos de cuidado de la piel, puede influir en el destino de nuestra juventud cutánea”.