Sea cual sea el motivo, cuando nos teñimos el pelo buscamos una cobertura total, que no pierda color con los lavados y que no se aclare demasiado con el tiempo. Además, muchas nos inquietamos por saber si cubren totalmente las canas, dejando un color uniforme en todo el cabello.
Algunos de estos motivos hacen que nos echemos para atrás a la hora de buscar tintes o productos que no utilizan el amoníaco en su fórmula, persiguiendo la máxima efectividad. Pero, ¿sabes realmente lo perjudicial que es este compuesto químico para el cabello? En este artículo desmontamos todos los mitos al respecto y también te contamos por qué deberías pasarte a las coloraciones sin amoníaco, la verdadera alternativa.
¿CÓMO AFECTA EL AMONÍACO AL CABELLO?
El amoníaco se emplea en los productos para el cabello ya que favorece su penetración en las fibras capilares, abriendo directamente la cutícula. De esta forma, el amoníaco cambia el color de la raíz del pelo, haciendo que el tinte no se aclare con los lavados. No obstante, suele causar irritación del cuero cabelludo, ya que es un químico bastante fuerte, pudiendo generar también caspa o reacciones alérgicas.
El amoníaco puede causar reacciones en la piel, ojos, garganta y pulmones
Además, este tipo de tintes suelen utilizar agua oxigenada para modificar el tono. Esta combinación es muy agresiva y perjudica a la salud capilar, afectando a la elasticidad, hidratación y resistencia de las fibras capilares. Por lo tanto, si te sometes a coloraciones que usan amoníaco, es normal que pierdas vitalidad, volumen y que notes quiebres en la estructura del pelo y, por consiguiente, un mayor encrespamiento.
Pero este compuesto también puede dañar al resto del cuerpo. Su olor es bastante fuerte y desagradable, y puede influir son reacciones alérgicas en piel, ojos y garganta, incluso en los pulmones, provocando brotes de tos o dificultad para respirar.
TINTES SIN AMONÍACO: POR QUÉ UTILIZARLOS
Desde que se conocen los efectos negativos del amoníaco sobre la salud capilar, cada vez se perfeccionan más las técnicas para conseguir coloraciones que respeten la estructura y vitalidad del pelo:
- Las coloraciones sin amoníaco lo sustituyen por algún otro químico que se asemeje en función, aunque no suelen penetrar tanto en la cutícula. De esta manera, cuidan y sellan la cutícula, nutriéndola casi desde dentro.
- Su durabilidad es menor, puede rondar los 2 meses, pero son ideales para igualar el tono de tu melena y establecer un color más uniforme. Posteriormente, habrá que ir haciendo retoques. De todas formas, aunque los tintes sin amoníaco van perdiendo el color o aclarándose conforme van pasando los lavados, las marcas están perfeccionando sus fórmulas para revertir este resultado y hacerlos más duraderos.
Los tintes sin amoníaco cubren perfectamente las canas
- Los tintes sin amoníaco son aptos para la mayoría de los cabellos, en función del producto seleccionado. También para embarazadas o lactantes, aunque siempre habrá que realizar un test de sensibilidad 48 horas antes para ver si nuestro cuerpo reacciona de forma negativa.
- Cubren las canas al 100%, aunque con el paso del tiempo el efecto se irá desvaneciendo y pueden salir de nuevo a la luz. Los retoques serán la solución.
- Al no exponer el pelo a químicos tan agresivos, notarás el cabello con la misma vitalidad, e incluso más suave gracias a las fórmulas mejoradas con aceites naturales para hidratar y darle suavidad.
- Los tintes sin amoníaco son compatibles con otros tratamientos para el cabello, como por ejemplo, los alisados con keratina, alisados o reparadores del cabello.
- Su olor es más agradable y evita la aparición de reacciones alérgicas.