Ya hemos hablado en varias ocasiones de los peligros de tomar el sol en los meses de verano. Es cierto que los rayos solares son cada vez más perjudiciales para la salud, pero siguiendo los consejos de los expertos podemos disfrutar de una exposición solar recomendada y saludable para poder obtener un bronceado radiante que no despierte riesgos para la piel.
Por ello, hoy contamos con la palabra de Jaime Tufet, Director de la Clínica Tufetde Barcelona, que como experto, nos recomienda las mejores técnicas para cuidar y preparar la piel con el objetivo de proteger a las células de los tejidos cutáneos y prevenir los efectos nocivos de la radiación solar. Estos son sus consejos:
- Hay que mantener una buena hidratación y limpieza de la piel durante todo el año, pues así tanto la dermis como la epidermis serán capas más gruesas y fuertes, teniendo mayor capacidad protectora. La higiene de la piel con el cuidado diario y la exfoliación en torno a 1 y 2 veces por semana nutren y refortalecen los tejidos cutáneos.
- Durante los días de sol hay que incrementar el uso de antioxidantes para combatir los radicales libres, ya sea mediante la aplicación de cosméticos ricos en vitaminas B, C y E, la ingesta de agua o una alimentación saludable y depurativa basada en frutas y verduras.
- Antes de realizar una exposición solar, es recomendable acudir al médico o dermatólogo para que revisen las manchas y pecas de nuestro cuerpo para descartar cualquier lesión.
- Las primeras exposiciones al sol deben realizarse de forma progresiva y en horas en las que la radiación sea moderada. Esto es, a primera hora de la mañana y a última de la tarde, con el objetivo de evitar los eritemas y quemaduras solares.
Los rayos ultravioleta (RVA) afectan a las fibras de colágeno y elastina de la piel, debilitándola y provocando sequedad, flacidez, manchas y alergias cutáneas, así como un envejecimiento prematuro
- El uso de los protectores solares es obligatorio para proteger al máximo nuestra piel. Hay que aplicárselo unos 20 minutos antes de tomar el sol y reaplicarlo cada dos o tres horas o cada vez que salgamos del agua para recuperar el efecto protector. Lo ideal es optar por un factor de fotoprotección elevado (SPF 30 o SPF 50). Y, muy importante, no olvidarse de zonas sensibles, como el escote, el cuello, las manos o los pies.
- El experto recomienda proteger la piel de forma física con el uso de gorras, pamelas o pareos cuando se realizan exposiciones al sol durante un tiempo prolongado.
- Hay que tener mucha precaución si ingerimos algunos medicamentos que tienen la capacidad de cambiar la pigmentación de la piel, como por ejemplo, los antibióticos. Los anticonceptivos orales también causan fotosensibilidad, ya que están formulados con estrógenos y progestágenos.
- Después de la exposición solar, hay que reparar la piel con cremas regeneradoras, nutritivas, mascarillas de factores de crecimiento epidérmico o vitaminas. Estos productos calman e hidratan los tejidos cutáneos después de sufrir el daño solar. Un claro ejemplo son los aftersun, las cremas para después del sol que incorporan ingredientes antiinflamatorios para aliviar las rojeces y picores.