Cuando pensamos en mejorar algún aspecto de nuestro rostro, rápidamente pensamos en el 'bótox'. Sin embargo, lo primero que debemos aclarar es que esto es el nombre comercial de un medicamento, lo correcto es llamarlo toxina botulínica.
A partir de esta aclaración, la doctora Mercedes Sáenz de Santamaría, jefa de la Unidad de Dermatología Estética Facial y Corporal de la Clínica Dermatológica Internacional, hablamos en 'La Huella de la Piel' sobre todas las dudas que nos rondan cuando pensamos en estos "pinchazos".
La dermatóloga nos indica que "el bótox no es un relleno, es un relajante muscular, un neuromodulador; por tanto, el bótox no rellena, no hincha y no proyecta, es uno de los grandes mitos".
Pero, entonces, ¿cuándo podemos utilizar la toxina botulínica? "Se utiliza para las arrugas de expresión, fundamentalmente entrecejo, frente y patas de gallo, lo que se denomina tercio superior".
Para el resto de zonas del rostro, como el surco nasogeniano, líneas marioneta, comisuras, pómulos, ojeras, labios, lo que debemos aplicar es Ácido Hialurónico, que "es muy versátil y se puede utilizar en todo el rostro".
Respecto a cómo es el tratamiento con el bótox, "el tratamiento es muy sencillo, ambulatorio, se tarda unos 15 o 20minutos y, lo más importante en el proceso, es el diagnóstico, debe ser personalizado", ya que no todos tenemos la misma fuerza muscular, ni la misma forma de las cejas o la caída de los párpados.
Además, "el efecto es relativamente rápido", según explica la doctora, ya que "entre 5 y 7 días se ven los resultados y duran entre 4 y 6 meses". En este sentido, Sáenz de Santamaría señala que la toxina botulínica suele aplicarse entre dos y tres veces al año, ya que "en general, en Medicina Estética, todos los tratamientos son temporales y van a requerir mantenimiento o repetición".
Por último, en cuanto a quién puede o no pincharse bótox, "no hay limitación por edad", ni por ser demasiado joven ni demasiado mayor.
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