Este problema afecta por igual a hombres y a mujeres y se empieza a manifestar desde la infancia y la adolescencia. Los datos sugieren también que pueda existir una causa genética en su aparición.
“Las personas con hiperhidrosis producen sudor en cantidades mucho más grandes de las necesarias para controlar su temperatura corporal, especialmente en las palmas de las manos, las plantas de los pies y las axilas”, explica el doctor. José Luis López Estebaranz, dermatólogo y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos.
La sudoración excesiva tiene un gran impacto en la calidad de vida de las personas llegando a condicionar en algunas ocasiones hasta aspectos como la elección de su trabajo. Las personas que la padece pueden ver afectada su autoestima y la seguridad en sí mismos debido a su limitación en la forma de vestir o porque directamente evitan participar en actividades sociales.
Los tratamientos tópicos con soluciones antitranspirantes que incluyen clorhidrato de aluminio hexahidratado son las medidas iniciales, aunque con estos productos la mayoría de los casos no se controlan.
“El 89% está satisfecho con los resultados en la primera semana y hasta el 93% lo está en la semana 165. En las axilas el tratamiento es prácticamente indoloro. Además, dentro de la primera semana ya es notoria la mejoría en la sudoración”, asegura el doctor López Estebaranz.
Normalmente también es necesario un segundo tratamiento si se empieza a notar la sudoración excesiva de nuevo, pero según el doctor, esto no suele ocurrir hasta que no han pasado entre 4 y 9 meses desde que la persona se ha sometido a este tratamiento con botox.
¿CÓMO SE PUEDE LUCHAR CONTRA LA HIPERHIDROSIS?
El doctor López Estebaranz proporciona algunos consejos para combatir esta patología. En primer lugar considera que es importante usar prendas frescas de fibras sintéticas para repeler el sudor, así como disponer siempre de ropa para mudarse durante el día.
Por otra parte, se debe mantener un ambiente fresco y bien ventilado en el lugar de trabajo, además de mantener también una buena higiene corporal para evitar no solo el exceso de sudoración, sino el mal olor. Finalmente, reducir el estrés, la tensión y la ansiedad para combatir la hiperhidrosis también ayuda, al igual que evitar el consumo de alcohol, café, té, tabaco y de alimentos picantes.
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