Las nuevas tecnologías están optimizando infinidad de procesos en prácticamente todos los ámbitos de la vida, y en el sector estético no iba a ser menos. Pero estas aliadas no son las únicas que están en auge: cada vez son más las personas preocupadas por lucir un aspecto joven y sano. Entonces, ¿por qué no unir tecnología y tratamientos de rejuvenecimiento? De este modo, nacen las técnicas de rejuvenecimiento sin bisturí, que ofrecen procedimientos mínimamente invasivos con resultados naturales y un periodo de recuperación mínimo. Pero, ¿qué hay detrás de estos tratamientos?
En la actualidad, las técnicas de rejuvenecimiento sin bisturí más avanzadas son las que tienen como base la tecnología. “De hecho, en los últimos años la tecnología, incluso, está desplazando a muchas de las técnicas tradicionales que se hacían anteriormente”, explica para Estetic.es el doctor Sergio Fernández, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Ejemplo de ello es que, recientemente, han aparecido nuevos dispositivos que buscan mejorar la tonicidad del músculo, disminuir el espesor de la grasa o reafirmar la piel. Además, son muchas las tecnologías que pueden asociarse a nuevos protocolos de trabajo, como los ultrasonidos microfocalizados.
“Otros avances que estamos viendo son las radiofrecuencias, que han pasado de las convencionales a unas que presentan pequeñas agujas. Estas, además de hacer un daño mínimo a la piel, permiten que la energía penetre más profundamente, logrando un mejor efecto”. Pero conseguir unos resultados más óptimos no es el único beneficio, sino que las técnicas sin bisturí también ofrecen periodos de convalecencia mínimos, especialmente en comparación con las cirugías. “Por ejemplo, los ultrasonidos microfocalizados ni siquiera tienen periodo de convalecencia”.
“Estamos hablando de procedimientos en los que el paciente, en el peor de los casos, solo estará uno o dos días con efectos adversos”
“Estamos hablando de procedimientos en los que el paciente, en el peor de los casos, solo estará uno o dos días con efectos adversos”. De hecho, el experto añade que tampoco son efectos adversos como tal, sino más bien efectos derivados de la propia técnica, como la inflamación o el edema. En contraposición, los tiempos en procedimientos quirúrgicos son de aproximadamente una o dos semanas.
Por otro lado, prácticamente cualquier paciente puede someterse a este tipo de técnicas.“Hoy en día, la consulta se está polarizando de tal manera que estamos teniendo pacientes jóvenes y pacientes mayores”. Sin embargo, factores como la edad, el tipo de piel o el estilo de vida afectan al éxito de estos tratamientos. “El que un paciente empiece a cuidarse a los treinta va a ser mucho mejor que si quiere empezar a hacer tratamientos a los setenta, cuando su tejido ya estará mucho más envejecido. Cuanto antes empiece a prevenir, mejor”.
Pese a todo, es importante tener en cuenta que todos los procedimientos mínimamente invasivos tienen una duración en el tiempo menor que una cirugía, que siempre va a ser más definitiva. “Habitualmente, estos procedimientos suelen hacerse anualmente. Si estamos hablando de mejorar las arrugas de expresión, generalmente estos procedimientos suelen repetirse entre cuatro y seis meses. En los tratamientos de mejora del volumen labial, generalmente nos vamos al año. Si estamos hablando de tratamientos de bioestimulación, los tratamientos son cada año y medio”.
ANTE TODO, SEGURIDAD
A todos aquellos que están considerando optar por técnicas sin bisturí, el vicepresidente de SEME les recomienda optar siempre por la seguridad. Esto lo dice en un contexto en el que, por el auge de las redes sociales e Internet, cualquiera puede comprar, por ejemplo, viales de ácido hialurónico y ofrecerse a inyectarlos si tener ningún tipo de conocimiento ni capacitación.
“Si descubre que le está atendiendo un comercial o un profesional sanitario que no es médico, el paciente tiene que buscar otro centro"
Uno de los motivos por los que es importante acudir a centros homologados es que, antes de someterse a un tratamiento, es importante hacer un diagnóstico médico, pues pueden existir patologías previas que contraindiquen la realización de cualquiera de los procedimientos. “Los tratamientos deben hacerse siempre en centros que tengan la homologación correspondiente, que en este caso es la Unidad U.48, concedida por las administraciones públicas a los centros capacitados para realizar estas técnicas”.
El paciente también tiene que tener claro que, además de acudir a un centro homologado, siempre tiene que ser revisado por un médico que haga el diagnóstico. “Si descubre que le está atendiendo un comercial o un profesional sanitario que no es médico, el paciente tiene que buscar otro centro, porque probablemente ese no sea el lugar indicado para depositar su confianza en un tratamiento, por ejemplo, de rejuvenecimiento facial”.