En Clínicas Lola Sopeña proponen la última revolución en los tratamientos mínimamente invasivos para bajar de peso: el balón gástrico en píldora.
La principal ventaja frente el balón convencional es que no es necesario quirófano, ni anestesia ni endoscopia ni para ponerlo ni para quitarlo.
Su funcionamiento es muy sencillo. Una vez ingerida la píldora el funcionamiento del balón es el mismo que cualquier balón convencional. Ocupará una gran parte del estómago de forma que el paciente con una pequeña ingesta de alimento ya se encontrará saciado y al estar colocado en una zona determinada del estómago activa unos puntos que también envían al cerebro esa sensación de saciedad.
La principal ventaja frente el balón convencional es que no es necesario quirófano, ni anestesia ni endoscopia ni para ponerlo ni para quitarlo
La pérdida de peso de un paciente con el balón gástrico en píldora está entre los 8 a los 22 kilos, dependiendo de cada paciente. Se aconseja en pacientes que quieran conseguir esta pérdida de peso o pacientes que necesiten una pérdida mayor, pero irán perdiendo el peso necesario en distintas fases.
EL PROTOCOLO
El primer paso es hacer una valoración médica del paciente para saber si el balón en píldora está indicado en su caso.
Una vez hecho esto el siguiente paso es la valoración con el nutricionista que le marcará las pautas nutricionales a seguir los días anteriores a la ingesta del balón, así como las de los días después de esta. El seguimiento nutricional se mantendrá durante los 12 meses siguientes tras la ingesta del balón para evitar el efecto rebote.
La ingesta del balón se realiza en una sala de Rayos X, acompañado de un doctor. En este espacio al paciente se le hace una radiografía antes de la ingesta del balón y otra después de esta para confirmar que el balón se ha colocado correctamente.
A partir de ahí tanto el doctor como el especialista en nutrición harán el seguimiento del paciente para conseguir el peso deseado.