El acné, tradicionalmente asociado a la adolescencia, ha dejado de ser un problema exclusivo de esta etapa. Cada vez más adultos, especialmente mujeres entre los 30 y 45 años, se enfrentan al denominado "acné tardío". Esta condición cutánea, que suele surgir de manera inesperada, genera frustración y desconcierto al alterar la confianza y la autoestima. Se trata de una enfermedad inflamatoria de la piel causada por una infección bacteriana que ocurre en los folículos pilosebáceos. Pero, ¿por qué es diferente el acné adulto?
A diferencia del acné juvenil, el acné tardío presenta características particulares. Los tratamientos convencionales, diseñados para pieles grasas y con tendencia acnéica de los adolescentes, suelen resultar demasiado agresivos para la piel madura, provocando resequedad y exacerbando el problema a largo plazo. Por otro lado, los productos antiedad, aunque beneficiosos para combatir las arrugas y la flacidez, pueden incrementar las impurezas y el brillo en pieles propensas al acné.
"El problema radica en que las preparaciones clásicas para el acné adolescente no sirven para las pieles más maduras"
“El problema radica en que las preparaciones clásicas para el acné adolescente no sirven para las pieles más maduras, pues las resecan en exceso y requieren de cuidados que no aumenten las impurezas o brillos en la piel”, explica Esperanza Sáenz, responsable de imagen de la firma cosmética sevillana Nezeni Cosmetics.
FACTORES DESENCADENANTES
Las causas del acné tardío son multifactoriales y pueden incluir:
- Fluctuaciones hormonales: Los cambios hormonales asociados al ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia pueden desencadenar brotes de acné.
- Estrés: El estrés crónico altera el equilibrio hormonal y debilita el sistema inmunológico, favoreciendo la aparición de lesiones cutáneas.
- Medicamentos: Algunos medicamentos, como los corticosteroides o ciertos anticonceptivos, pueden contribuir al desarrollo del acné.
- Hábitos de vida: Una dieta rica en grasas saturadas y azúcares, así como el consumo excesivo de lácteos, pueden agravar el problema.
- Factores genéticos: La predisposición genética juega un papel importante en el desarrollo del acné.
Es fundamental comprender que el tratamiento del acné tardío requiere tiempo y paciencia
¿CÓMO ABORDAR EL ACNÉ TARDÍO?
Esperanza Sáenz destaca la importancia de adaptar el cuidado de la piel a las necesidades específicas del acné tardío. Así, la experta recomienda:
- Limpieza suave y profunda: Utilizar productos limpiadores no comedogénicos que eliminen las impurezas sin resecar la piel.
- Hidratación adecuada: Optar por hidratantes ligeros y oil-free que proporcionen la hidratación necesaria sin obstruir los poros.
- Exfoliación regular: Realizar exfoliaciones suaves para eliminar las células muertas y prevenir la obstrucción de los folículos pilosos.
- Tratamientos faciales profesionales: Acudir a un profesional para realizar tratamientos personalizados que ayuden a controlar el acné y mejorar la textura de la piel.
- Ingredientes naturales: Incorporar productos con ingredientes como el té verde, la raíz de regaliz y el bakuchiol, que poseen propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
Es fundamental comprender que el tratamiento del acné tardío requiere tiempo y paciencia. Los resultados no son inmediatos y es necesario seguir una rutina de cuidado de la piel de manera constante para lograr una mejora significativa. El acné tardío es una condición cutánea compleja que requiere un enfoque personalizado y productos específicos. Al comprender las causas y los factores desencadenantes, y al seguir las recomendaciones de los expertos, es posible controlar los brotes y mejorar la apariencia de la piel.