El acné es uno de los problemas más frecuentes al que se tienen que enfrentar gran parte de los jóvenes en su época de adolescencia. Esta patología, que se caracteriza por la aparición de granitos, espinillas o puntos negros en la piel, puede ser un verdadero quebradero de cabeza para aquellos que lo sufren.
Por ello, la doctora Maribel Martínez, dermatóloga del Hospital Quirónsalud Vitoria, nos explica cuál es la mejor manera de combatirlo y nos aclara todas las dudas al respecto.
¿A QUÉ EDAD APARECE EL ACNÉ?
Normalmente asociamos el acné con la adolescencia y, aunque es cierto que es la edad de mayor incidencia, también es frecuente la aparición de acné a partir de los 25 años, sobre todo en mujeres. Se denomina acné juvenil. Puede ser el acné de la adolescencia que persiste o, en un pequeño porcentaje, aparece por primera vez en la edad adulta. En este caso es más frecuente en la zona de la mandíbula y el mentón y suele tener mayor componente hormonal.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS PARA QUE APAREZCA?
Existen muchos factores que propician la aparición del acné pero hay tres que destacan principalmente: aumento en la función de las glándulas de sebo que se estimulan por un tipo de hormona llamada andrógeno, lo que conlleva a un aumento de la producción de sebo en la piel; aumento en la producción de queratina en el folículo del pelo, que produce una obstrucción en el poro y tanto el sebo como la queratina quedan acumulados en el interior del folículo; y proliferación de una bacteria en la piel, que desencadena una respuesta inflamatoria por activación de la inmunidad.
¿INFLUYEN EL MAQUILLAJE Y LOS PRODUCTOS COSMÉTICOS?
Es cierto que determinados maquillajes y productos cosméticos con sustancias comedogénicas utilizados de manera prolongada pueden provocar el denominado ''acné cosmético''. Este tipo de acné también puede aparecer si se tiene una higiene deficiente, debido principalmente a la obstrucción de la salida del poro. Por esta razón, hay que utilizar maquillaje y productos cosméticos oil free y tener una correcta higiene facial. Es importantísimo quitarse el maquillaje por las noches.
¿ES CIERTO QUE EL CHOCOLATE AUMENTA EL ACNÉ O ES SOLO UN MITO?
No hay evidencia científica que confirme la asociación entre la dieta y el acné. Siempre se aconseja a los pacientes una dieta saludable pero únicamente se recomienda evitar determinados alimentos si el paciente refiere que al consumirlos nota un claro empeoramiento del acné.
¿ES EL SOL BENEFICIOSO PARA EL ACNÉ?
Sí. Es un hecho que el acné mejora con el sol. Esta mejora se atribuye a las propiedades antiinflamatorias que tiene la radiación ultravioleta. Aunque, si bien es cierto que seca los granos, también lo es que produce pigmentación de las cicatrices, por lo que las marcas de acné se vuelven más oscuras y más visibles. Es decir: sol sí, pero con precaución.
¿EXISTE UNA CURA PARA EL ACNÉ O SIMPLEMENTE ES UNA ETAPA QUE HAY QUE PASAR Y TERMINA DESAPARECIENDO POR SÍ MISMO?
Sí, se puede tratar y se puede curar. Existen muchísimos tratamientos y lo más importante es ser valorado por un dermatólogo que pueda determinar cuál es el tipo de tratamiento más acertado para cada paciente, teniendo en cuenta su caso particular.
¿EXISTE UN TRATAMIENTO QUE SEA ESPECIALMENTE EFECTIVO?
Sí. El Roacután es, sin duda, el tratamiento más efectivo y definitivo. Aunque también es cierto que se trata de un tratamiento bastante agresivo y, por ello, no es apto para todo el mundo y tiene algunos efectos secundarios. Por ejemplo, no está indicado en embarazadas ni en chicas en edad fértil porque si se quedaran embarazadas podría producir malformaciones fetales. Otro dato importante a tener en cuenta es que no se puede combinar con el alcohol.
Los pacientes que lo toman suelen referir sequedad en la piel y en las mucosas, especialmente en los labios. También aumenta la fotosensibilidad, por lo que es más posible que nos quememos con la exposición al sol. Por ese motivo, se recomienda comenzar el tratamiento en otoño-invierno. Y, por último, es posible que eleve el colesterol y los triglicéridos.
No obstante, la buena noticia es que son efectos totalmente reversibles cuando se termina el tratamiento y que, generalmente es un tratamiento bien tolerado por los pacientes. Su duración es de unos seis meses y, en caso de que el paciente no lo tolere bien, se puede reducir la dosis hasta encontrar una dosis eficaz y bien tolerada a costa de alargar un poco el tratamiento en el tiempo.