El calor del verano produce más grasa y tiende a acumular células muertas que obstruyen los poros dando lugar a los brotes de acné. Además, el estrés acumulado durante el año y la predisposición genética tampoco ayudan demasiado con las altas temperaturas.
Si este es tu caso no entrés en pánico, porque aunque hayas probado todo tipo de soluciones para mantener a raya los brotes estivales, eso no quiere decir que no tenga solución, sino que no has dado con la solución adecuada… En este sentido, te desvelamos el ingrediente estrella: el ácido azelaico.
Se trata de un ácido natural que proviene de la cebada, los granos de centeno y del trigo. Forma parte de la familia de los ácidos dicarboxílicos, y tiene propiedades antibacterianas, queratolíticas, comedolíticas y antioxidantes. Por tanto, además de acabar con las bacterias, ayuda a aflojar las células de la piel para reducir la inflamación y evitar que se obstruyan los poros.
¿Cómo debe aplicarse? Muy fácil: o bien por el día, o bien por la noche (sin descartar ambas en el caso de que el brote sea muy fuerte). Eso sí, deberá utilizarse en combinación con una crema hidratante ligera y con alguna otra formulación que se encargue de secar los granitos o espinillas.
De esta manera, la mejoría debería ser notable al cabo de una semana, y después de un mes podrás comprobar los resultados a nivel global.
Por otra parte, sus usos no solo se limitan en el acné… Algunos problemas como la pigmentación, las manchas comunes o la rosácea también pueden ser tratados con ácido azelaico, ya que alivia las rojeces y la sensación de entumecimiento.
Porque tú eres lo más importante… Estetic.es
Se trata de un ácido natural que además de acabar con las bacterias, ayuda a aflojar las células de la piel para reducir la inflamación y evitar que se obstruyan los poros
Si este es tu caso no entrés en pánico, porque aunque hayas probado todo tipo de soluciones para mantener a raya los brotes estivales, eso no quiere decir que no tenga solución, sino que no has dado con la solución adecuada… En este sentido, te desvelamos el ingrediente estrella: el ácido azelaico.
Se trata de un ácido natural que proviene de la cebada, los granos de centeno y del trigo. Forma parte de la familia de los ácidos dicarboxílicos, y tiene propiedades antibacterianas, queratolíticas, comedolíticas y antioxidantes. Por tanto, además de acabar con las bacterias, ayuda a aflojar las células de la piel para reducir la inflamación y evitar que se obstruyan los poros.
¿Cómo debe aplicarse? Muy fácil: o bien por el día, o bien por la noche (sin descartar ambas en el caso de que el brote sea muy fuerte). Eso sí, deberá utilizarse en combinación con una crema hidratante ligera y con alguna otra formulación que se encargue de secar los granitos o espinillas.
De esta manera, la mejoría debería ser notable al cabo de una semana, y después de un mes podrás comprobar los resultados a nivel global.
Por otra parte, sus usos no solo se limitan en el acné… Algunos problemas como la pigmentación, las manchas comunes o la rosácea también pueden ser tratados con ácido azelaico, ya que alivia las rojeces y la sensación de entumecimiento.
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