Cada 28 de abril se celebra, desde el año 2003, el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que tiene por objetivo promover la prevención de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales en todo el planeta. En este sentido, una de las figuras más importantes es precisamente la de los técnicos de prevención, que, instaurados en nuestro país a principios del siglo pasado, cuando se iniciaron las primeras actuaciones preventivas en el entorno del Instituto de Reformas Sociales, se terminaron de afianzar definitivamente en 1995 con la publicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Este es el año marcado en rojo como el del inicio de un verdadero cambio en materia de prevención laboral en las empresas, sobre todo a nivel legislativo. Desde entonces existe, por ejemplo, la obligación empresarial de realizar una Evaluación de Riesgos, que es el principal cometido de los técnicos, quienes visitan los centros de trabajo para verificar que las condiciones en las que los empleados realizan su labor son las correctas. Sin embargo, como explica José Manuel Rodríguez, técnico de prevención en Quirónprevención, su trabajo va mucho más allá, y la formación a los trabajadores juega un papel fundamental.
“Una de las actividades que desarrollo habitualmente es la formación, tanto teórica como, sobre todo, práctica, especialmente en trabajos de altura y espacios confinados. Es una disciplina muy importante, ya que una buena formación puede evitar accidentes que en muchos casos pueden ser graves o incluso mortales”, explica José Manuel. “La formación debe transmitir conocimiento a los trabajadores, pero también debe dotarles de habilidades para que puedan desarrollar esos conocimientos en su día a día. Se trata de convencerlos para que, cuando tú te vayas de allí y al día siguiente retomen su actividad laboral, lo pongan en práctica”, añade.
"Es una disciplina muy importante, ya que una buena formación puede evitar accidentes que en muchos casos pueden ser graves o incluso mortales”
Consignación de máquinas, trabajos con manipulación de amianto… son otros de los empleos que tienen riesgos especiales, y que requieren, además de la figura del técnico de prevención, de la participación activa de trabajadores y mandos, para que todo este conocimiento multidisciplinar se vea reflejado en una ejecución segura de los trabajos. Y es que el conocimiento, por sí solo, no cambia el comportamiento de los trabajadores, y para que lo haga es necesario comunicar influyendo en sus emociones, huyendo de tecnicismos y centrándose en los factores de riesgo y en cómo estos afectan a su salud, así como en las posibles soluciones.
Ya lo decía el médico y psicólogo alemán Michael Birkenbihl: “Formar, enseñar o dar clase es provocar que las personas cambien antiguos modelos de conducta a favor de otros nuevos. Solo cuando se logra, se puede decir que el curso es un éxito". Estos nuevos modelos de conducta que tratan de implementar los técnicos de Quirónprevención buscan en última instancia reducir los datos de accidentes laborales, en los que el factor humano supone un porcentaje muy elevado, sobre todo en los accidentes mortales. Gran parte de ellos están focalizados en accidentes de tráfico, caídas -a distinto nivel-, manipulación mecánica de cargas y utilización de maquinaria.
No obstante, todavía hay mucho camino por delante en relación a la formación en prevención. El público que la recibe aún mantiene una pobre disposición a recibir sesiones magistrales, puesto que muchas veces sienten que un formador externo les está diciendo cómo trabajar, con mensajes que ya suelen conocer y de cuya utilidad dudan en muchas ocasiones. De ahí que cobre especial relevancia la necesidad de darle a la enseñanza un enfoque muy práctico, para que los trabajadores aprendan mediante la experiencia. Es algo que en Quirónprevención tienen muy claro.
UNA LABOR QUE VA MUCHO MÁS ALLÁ
“El procedimiento en la formación es algo que llevamos a rajatabla. Normalmente no hacemos dos cursos iguales, sino que según su demanda o necesidades nos adaptamos a cada empresa. Eso es, para mí, la salud persona a persona”, explica José Manuel, quien habla así de un “traje” a la medida de cada empresa “desde un punto de vista técnico”. Y no solo en lo que respecta a la formación: “Trabajamos para mejorar la salud en el entorno laboral, y todas las actividades que desarrollamos van orientadas hacia eso”.
"Normalmente no hacemos dos cursos iguales, sino que según su demanda o necesidades nos adaptamos a cada empresa"
En concreto, las disciplinas preventivas son cuatro: Medicina del trabajo, Seguridad en el trabajo, Higiene industrial y Ergonomía y psicología. De esta manera, los técnicos amplían su labor, en las compañías que realmente están concienciadas con la importancia de la actividad de prevención de riesgos laborales, a otros muchos campos: realizar evaluaciones de riesgos, proponer medidas para controlar y reducir los riesgos laborales, directamente que se cumpla el programa de control y reducción de riesgos laborales de la empresa, colaborar con los servicios de prevención… son algunos de ellos.
También, dependiendo del nivel de los técnicos -básico, intermedio o superior-, está el planificar cómo se debe actuar en un caso de emergencia y primeros auxilios, asumir otras funciones asignadas por un técnico superior, evaluar algunos tipos especiales de riesgos laborales, formar e informar sobre riesgos laborales de manera general, planificar acciones preventivas para situaciones especiales… “Quirónprevención te hace trabajar con los mejores profesionales en todas las especialidades de la prevención. Hay gente realmente especializada en determinadas disciplinas”, destaca José Manuel.