Para abordar la psoriasis, al igual que ocurre con cualquier otra afección, es clave detectar la enfermedad cuanto antes y empezar a poner soluciones al menorsíntoma. En este sentido, las innovaciones que se han ido produciendo en materia de sanidad en los últimos años cada vez permiten una mayor personalización del tratamiento en función de las preferencias del paciente, y en la actualidad “la inmensa mayoría se controlan bien gracias a los fármacos”.
“Ha habido muchísima innovación en los últimos 15 años, y a día de hoy se siguen investigando nuevos fármacos y moléculas para intentar alcanzar el máximo aclarado entre los pacientes”, explica a ConSalud.es el doctor Pablo de la Cueva Dobao, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Leonor, quien señala además que estos tratamientos contra la psoriasis “dependen totalmente de la extensión de la gravedad de las lesiones”.
“Nosotros informamos al paciente y llegamos a un acuerdo terapéutico con él. Es lo que llamamos decisiones compartidas”
Así, los tratamientos pueden ser de dos tipos. Por un lado están los tratamientos tópicos, como las cremas, que se aplican directamente sobre la piel: “Todavía no tenemos muchos fármacos, pero, para formas localizadas, con lo que tenemos nos va bien”. Después, “para aquellos pacientes que presentan formas que no se controlan o que son resistentes a los tratamientos tópicos”, es necesario recurrir a fármacos que se aplican de manera oral (pastillas) o subcutánea (inyecciones).
“Nosotros informamos al paciente y llegamos a un acuerdo terapéutico con él. Es lo que llamamos decisiones compartidas”, indica el dermatólogo. “Siempre ciñéndonos al riesgo-beneficio, es decir, que tenga mucho beneficio y escaso riesgo. Le tenemos que proponer un tratamiento que sea compatible con mejorarle la psoriasis sin perjudicar otra cosa”, añade.
“Un 20 o un 30% de personas desarrollan artritis psoriásica, y ahí sí que es necesario tratamiento mediante pastillas o inyecciones”
En definitiva, los avances han permitido que los pacientes puedan elegir cómo quieren que se les administre el tratamiento, especialmente aquellos a quienes la psoriasis afecta muy negativamente a su calidad de vida: afectación en las uñas, cuero cabelludo, genitales… “A veces no se le ha ofrecido a estos pacientes un tratamiento sistemático (orales o subcutáneos), cuando sí se debería porque su calidad de vida está muy mermada y la psoriasis les estigmatiza”, afirma de la Cueva Dobao.
Además de las manchas rojas con escamas que afectan estéticamente al paciente y que le producen picores, la psoriasis también está relacionada con la inflamación de las articulaciones: “Un 20 o un 30% de personas desarrollan artritis psoriásica, y ahí sí que es necesario tratamiento mediante pastillas o inyecciones. En esos casos, colaboramos con los reumatólogos, y muchas veces hay unidades conjuntas de dermatólogos y traumatólogos”.
Por todo ello, como se indicaba al comienzo del artículo, el rápido diagnóstico de la enfermedad resulta clave, al igual que los profesionales sanitarios estén debidamente formados. “El diagnóstico se suele hacer bien en Atención Primaria, sobre todo en las formas más clásicas, que son manchas rojas en codos, rodillas o cuero cabelludo. No es común que se necesiten pruebas complementarias, como la biopsia, para determinar si se trata de psoriasis o de otro tipo de inflamación de la piel”, comenta de la Cueva Dobao. Una vez diagnosticada la enfermedad, y si el paciente no mejora con el tratamiento inicial aplicado, es cuando se le deriva al especialista.
“Es importante dar esperanza al paciente sobre que puede recuperar la normalidad en su vida”
“Los pacientes con psoriasis también presentan más obesidad, hipertensión, diabetes, dislipemia, síndrome metabólico… Que hace interesante, además de darles consejos desde nuestra consulta, mandarlo al especialista correspondiente: Medicina Interna, Cardiología o Endocrinología”, subraya.
Junto a todas ellas -y a la artritis psoriásica-, el dermatólogo insiste en el aspecto psicólogico de la calidad de vida como otra de las comorbilidades más importantes de la enfermedad, que puede llegar a convertirse incluso en depresión. “Son pocos los servicios que en España tienen estructurado el apoyo psicológico”, critica de la Cueva Dobao. “Es importante dar esperanza al paciente sobre que puede recuperar la normalidad en su vida”, sentencia.
Este artículo se ha realizado con motivo del Día Mundial de la Psoriasis, que se celebra hoy 29 de octubre, y cuenta con la colaboración de Bristol Myers Squibb.
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