La menopausia es un momento fundamental de la vida de la mujer, que la mayoría de las personas entienden como ‘esa etapa’ en la que desaparecen las reglas o se sienten sofocos. Sin embargo, va mucho más allá. Hay síntomas que se conocen menos y, en muchas ocasiones, tienden a silenciarse. Estos síntomas son los relacionados con la disminución de la lubricación vaginal, sequedad, picor o ardor, así como dolor en las relaciones sexuales. Todos ellos son síntomas del síndrome genitourinario de la menopausia (SGUM), o atrofia vaginal (una de sus principales afecciones), consecuencia de la disminución natural en los niveles de estrógeno después de la menopausia. Con la caída de los estrógenos, la pared de la vagina y la vulva (las mucosas) se vuelve más delgada y frágil, dando lugar a toda esta sintomatología. En la actualidad, según un artículo sobre las recomendaciones de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia sobre la prevención y el tratamiento de la atrofia vulvovaginal, la sequedad vaginal afecta a más del 80% de las mujeres en postmenopausia con SGUM en España.
Pese a su elevada prevalencia, se trata de una situación desconocida para muchas mujeres, que tienden a normalizar esta sintomatología. Por ello, en el marco del Día Mundial de la Menopausia, que se celebra cada año el 18 de octubre, ConSalud.es y Gedeon Richter Ibérica han preparado un especial con el que dar a conocer la realidad de estas mujeres a toda la sociedad. Es importante visibilizar estos síntomas para que las mujeres no los sufran en silencio, para que pongan nombre a lo que están sintiendo y busquen ayuda terapéutica en un profesional sanitario.
La atrofia vulvovaginal de la menopausia es una condición que afecta a la calidad de vida de las mujeres que la sufren, pero para la que existe una amplia variedad de tratamientos. Como señalan las expertas, es importante que se inicie el tratamiento lo antes posible y que este sea continuado, un enorme desafío puesto que más del 80% de los tratamientos son discontinuados en el primer año. Esto supone que los síntomas puedan volver a reaparecer. “Para fomentar la adherencia es importante contar con tratamientos financiados o económicos, fáciles de usar, además de comenzar a tratar a edades más tempranas para mejorar la situación”, explica la Dra. Silvia Pilar González, presidenta electa de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia.
“Para fomentar la adherencia es importante contar con tratamientos financiados o económicos, fáciles de usar”
Además, estar bien informada es fundamental para poder valorar los mejores tratamientos disponibles actualmente, una amplia gama de ellos financiada desde 2022. La información cobra aún más importancia con el nuevo cambio de paradigma en la forma de abordar esta patología. “Tradicionalmente, en los protocolos o los documentos de consenso se ha establecido que, si esa atrofia no era muy importante, se empezase el tratamiento con hidratantes y lubricantes. En caso de que fuese más importante, se aplicarían tratamientos hormonales. Sin embargo, hace tres años se cambió este prisma, y comenzó a hablarse de la terapia empoderada: valorar mucho qué quiere la paciente”, añade la doctora.
En lo relativo a qué tratamientos están disponibles, encontramos aquellos que alivian los síntomas y los que tratan la patología. Por un lado, las pacientes pueden tomar probióticos, que pueden contribuir al mantenimiento de la microbiota de la vagina. Para aliviar el picor o el dolor durante el coito, se recomienda el uso de hidratantes tanto vulvares como vaginales, así como lubricantes. Esto aliviará los síntomas de forma puntual de la atrofia vulvovaginal de la menopausia. Pero no todos los tratamientos disponibles son simplemente para los síntomas. Los y las profesionales de la sanidad también pueden recomendar el uso de productos con estrógenos administrados por vía vaginal, que compensan la disminución estrogénica de forma local (en la vagina) tras la menopausia. Este tratamiento es elegido por la mayoría de las sociedades científicas para el SGUM o atrofia vulvovaginal (su afección principal), ya que regeneran los tejidos afectados tratando el foco de los síntomas. Además, hay que tener en cuenta que hay diferentes opciones, como comprimidos vaginales, cremas, anillos… para empoderar a la mujer a elegir la opción más cómoda para ella (hay mujeres que pueden preferir tratamientos que no manchen, por ejemplo).
“Hay que perder el miedo a las hormonas”
El problema radica en que las hormonas tienen muy mala prensa desde hace 20 años. La Dra. González señala que, actualmente, ya se sabe que las terapias hormonales locales son seguras. “Hay que perder el miedo a las hormonas, las mujeres tienen que entender que no pasa nada y que será beneficioso para su salud”.
La Dra. Silvia Pilar González añade que hay otra tendencia centrada en hacer una terapia secuencial. “Igual resulta que lo estábamos haciendo al revés, porque antes parecía que la terapia hormonal era para la paciente muy mayor o la que peor está. Ahora estamos viendo que,si no le das trabajo a los receptores del organismo, empiezan a desaparecer. Por ello, si el tratamiento hormonal empieza a administrarse desde muy tarde, la eficacia conseguida será más baja“.
Finalmente, más allá de los tratamientos, existen recomendaciones adicionales para mejorar los síntomas como, por ejemplo, evitar las duchas vaginales o la ropa interior de tejidos sintéticos o excesivamente ajustada. Usar preservativo es también fundamental para prevenir infecciones de transmisión sexual. Todas estas recomendaciones pueden mejorar la salud y la calidad de vida de mujeres con síndrome genitourinario de la menopausia, una condición que debe ser visibilizada. Por ello, Gedeon Richter, compañía especializada en salud de la mujer en todas las etapas de su vida, lanza la campaña IMPAUSABLES, donde se profundiza en estesíntoma tan frecuente en la menopausia, pero tan poco abordado. Si quieres saber más sobre IMPAUSABLES, haz click aquí.
VAG61-09/2024