La menopausia es esa etapa de la vida en la que cesa la menstruación de la mujer. Un momento vital que va más allá de los cambios fisiológicos más evidentes y que encierra realidades que van desde el desconocimiento hasta el infradiagnóstico de algunas afecciones. Es por ello que este viernes, y como cada 18 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Menopausia. Una jornada en la que se trata de dar visibilidad a este proceso natural en la vida de la mujer.
En este contexto, ConSalud.es ha puesto en marcha un especial con la colaboración de Gedeon Richter, compañía especializada en salud de la mujer en todas las etapas de su vida que ha lanzado su campaña IMPAUSABLES. Con ella, se profundiza en uno de los síntomas más frecuentes durante la etapa de la menopausia, pero también uno de los menos tratados: la atrofia vulvovaginal del síndrome genitourinario de la menopausia (SGUM). Expertas en ginecología, psicología o sexología se han unido a la compañía para dar visibilidad a esta afección y dar a conocer sus propias experiencias que, a menudo, viven en primera persona a la hora de tratar a mujeres que la padecen. La evaluación de la situación es clara: todavía falta mucho diagnóstico. Y es que hay muchas mujeres que atraviesan esta etapa que normalizan toda esta sintomatología, sufriéndola en silencio sin saber que es y que hay soluciones terapéuticas para aliviarla. Por ello, desde IMPAUSABLES, se pretende visibilizar estos síntomas, que la mujer acuda la consulta ginecológica en busca de un diagnóstico y una solución.
En este sentido, las expertas coinciden en cuál es uno de los grandes problemas a la hora de diagnosticar el síndrome genitourinario de la menopausia, y sería la falta de comunicación entre paciente y profesional, especialmente potenciada por tratarse de temas ‘tabú’. La atrofia vaginal del síndrome genitourinario de la menopausia es una afección que se produce cuando existe un adelgazamiento, inflamación y sequedad de la pared vaginal (en el interior de la vagina), consecuencia de la disminución natural en los niveles de estrógeno después de la menopausia. “Los estrógenos son responsables en gran parte de la conservación de la salud vaginal”, explican desde Gedeon. Es por ello que, cuando se produce la menopausia, disminuyen los niveles de estrógenos y ello tiene efectos negativos sobre la vagina y la vulva.
La evaluación de la situación es clara: todavía falta mucho diagnóstico
Los síntomas varían en cada mujer, pero al ser la vagina y la vulva los órganos con más receptores de estrógenos, encontramos problemas como la disminución de la lubricación vaginal, la sequedad e irritación vaginal, ardor, picor o dolor en las relaciones sexuales. Igualmente, se pueden presentar incluso síntomas urinarios, como aumento de la frecuencia de la micción, una mayor urgencia o ardor al orinar. En los casos más severos pueden producirse al sentarse, hacer ejercicio o usar prendas de ropa ajustadas.
Con estos síntomas, se hace vital poder poner nombre y solución a un problema que sufren muchas mujeres. Si bien sigue siendo un tema que muchas mujeres prefieren evitar, las expertas ponen algo de luz sobre el problema, y es que, en la actualidad, cada vez nos atrevemos más a hablar de estos temas en la consulta. En palabras de la Dra. Laura Baquedano, ginecóloga, hoy en día “en consulta diaria es la propia mujer la que te cuenta sus síntomas y la que te demanda una explicación”. Eso sí, “nosotros los expertos también somos más proactivos a la hora de valorar esta sintomatología, por lo que ha habido un cambio, aunque aún queda camino”. Es decir, cada vez es más visible esta sintomatología, pero aún hay camino por recorrer para aumentar su diagnóstico y tratamiento.
Por su parte, la psicóloga especializada en temas ginecológicos de la Clínica Dexeus Mujer, Sandra García, reitera que incluso en España, a nivel social, las mujeres comparten más sobre esa nueva etapa que están viviendo y ya no lo viven en silencio, sino como una etapa más. La Dra. Baquedano, además, añade al respecto de la importancia de tratar los síntomas de la menopausia en la consulta, que permite dar mayor seguridad a las mujeres y abordarlo con “un papel terapéutico”. En el caso de los problemas que se producen en el ámbito de la sexualidad, esto pasa a ser muy importante. No en vano, según algunos estudios, hasta el 75% de las parejas heterosexuales en las que la mujer padece este síndrome, se da una pérdida de la satisfacción sexual tanto en ellas como en ellos.
"Todos estos cambios en la esfera génitourinaria impactan claramente en la calidad de vida y en el día a día de las mujeres”
Las expertas también coinciden en el papel que ha tenido el cambio de nomenclatura de este síndrome, que anteriormente se denominaba simplemente “atrofia vulvovaginal”. La Dra. Sonia Sanchez, ginecóloga en ASSIR Dr. Robert de Badalona, valora la importancia de “dejar atrás el término de atrofia”, pues es “simplista” al hacer alusión únicamente a uno de los signos que ocurren con la bajada de hormonas en la zona vaginal. Por su parte, la Dra. Ana Rosa Jurado, sexóloga, coincide en que el término “ha cambiado y ahora es mucho más positivo”. Ahora, al estar hablando de un síndrome es más fácil explicar en las consultas que se trata de una causa biológica y que lo que les ocurre a las mujeres va más allá de, por ejemplo, del envejecimiento. Esto sitúa a las mujeres en un lugar desde el que pueden entender mejor qué es lo que les está pasando y cuáles son sus causas. “Ellas saben que la menopausia puede provocar sequedad vaginal, lo que algunas no saben es que puede generarles más riesgos de sufrir infecciones de orina o provocarles una alteración de su deseo sexual”, afirma la Dra. Sánchez.
Finalmente, La Dra. Laura Baquedano recuerda también la importancia de “tener en cuenta el impacto en la calidad de vida”. Según explica, “todos estos cambios en la esfera génitourinaria impactan claramente en la calidad de vida y en el día a día de las mujeres”. Esto acaba siendo un círculo, pues en última instancia impacta en las relaciones de las mujeres con la sociedad. Es por ello que la visibilidad a esta condición secundaria de la menopausia es más importante que nunca.
VAG61-09/2024