Con motivo del Día Mundial del Ictus, que se celebra cada 29 de octubre, ConSalud.es ha publicado un especial con la colaboración de Siemens Healthineers para visibilizar esta enfermedad cerebrovascular que, según datos de la Sociedad Española de Neurología, fue responsable en 2023 del fallecimiento de más de 23.000 personas en España.
En una entrevista al Dr. Manel Escobar, director clínico del Servicio de Diagnóstico por Imagen del Hospital Universitari Vall d'Hebron y del IDI de Vall d'Hebron, el especialista profundiza sobre la importancia de los tiempos en el abordaje del ictus y expone los resultados del innovador proyecto ‘One Step Ictus’ durante sus primeros 12 meses de funcionamiento, así como del cambio de paradigma en el tratamiento de esta patología para mejorar el pronóstico del paciente.
El ictus isquémico es una de las emergencias médicas más críticas debido a la rápida degeneración neurológica que puede provocar. Por este motivo, el tiempo de reacción es vital para minimizar las secuelas y mejorar la recuperación del paciente. ‘One Step Ictus’ supone un novedoso enfoque que tiene como objetivo principal reducir significativamente el tiempo de actuación ante un ictus.
“Hemos combinado un angiógrafo biplano con un escáner en una misma sala, lo que permite realizar el diagnóstico y tratamiento sin mover al paciente”
“En el año 2016, diversos estudios internacionales demuestran la eficacia de desatascar la arteria mecánicamente desde el punto de vista endovascular, que consiste en eliminar el trombo que obstruye una arteria cerebral”, lo que supone una revolución en el tratamiento del ictus. “El proyecto ‘One Step Ictus’ nació en 2017 con la idea de optimizar este proceso. Nos dimos cuenta de que podíamos reducir los tiempos de actuación si llevábamos a los pacientes directamente a la sala de angiografía desde la ambulancia, sin pasar por urgencias ni el escáner convencional”, comenta Escobar. Esta nueva ruta clínica reduce los tiempos de traslado intrahospitalarios y permite comenzar el tratamiento de forma inmediata, lo que se traduce en mejores resultados.
Uno de los aspectos más innovadores del proyecto es la incorporación de tecnología de vanguardia. “Hemos combinado un angiógrafo biplano con un escáner en una misma sala, lo que permite realizar el diagnóstico y tratamiento sin mover al paciente”, explica el Dr. Escobar. La sala está equipada con un escáner que se desplaza sobre rieles, evitando el traslado del paciente y acelerando todo el proceso. Este equipamiento no solo optimiza la logística del tratamiento, sino que también mejora la precisión del diagnóstico al proporcionar imágenes en tiempo real.
“Nos propusimos mejorar estos parámetros en un 80%, y al cabo de 12 meses hemos alcanzado el 100% del objetivo propuesto”
La velocidad de actuación es crucial en el tratamiento del ictus, un principio que el equipo del Hospital Vall d'Hebron ha interiorizado en su proceso. “Antes del proyecto, ya medíamos diferentes tiempos e indicadores de pronóstico funcional de los pacientes a los 90 días. Nos propusimos mejorar estos parámetros en un 80%, y al cabo de 12 meses hemos alcanzado el 100% del objetivo propuesto”, revela el Dr. Escobar.
En términos concretos, el pronóstico funcional favorable de los pacientes con ictus moderado ha mejorado del 35% al 50%, y en pacientes con ictus leves, del 63% al 69%. Esto significa que “un concepto de proceso intrahospitalario del tratamiento del ictus tiene, y así lo marcan los indicadores, un impacto directo en el pronóstico de los pacientes”, señala el Dr. Escobar.
“Necesitamos aprender de los datos recogidos para ofrecer terapias más ajustadas a las características individuales para avanzar hacia una medicina más personalizada”
Uno de los tiempos que se mide en este proceso intrahospitalario es el que transcurre entre que el paciente llega a la puerta del hospital hasta que se le pincha la arteria de la ingle y los especialistas empiezan a trabajar para sacar el trombo. “El objetivo que teníamos con este proyecto era que ese tiempo fuera inferior a 40 minutos”, apunta el doctor, quien reconoce que “en estos momentos estamos en 35 minutos”, cuando el paciente ya está estabilizado, se le ha realizado el TAC y está anestesiado o sedado para iniciar el proceso.
“El objetivo del tratamiento del ictus es correr, porque tiempo es cerebro”, indica el Dr. Escobar. Pero quedan desafíos por superar: “Uno de los retos principales es personalizar el tratamiento del ictus. Cada paciente es diferente, y necesitamos aprender de los datos recogidos para ofrecer terapias más ajustadas a las características individuales de cada uno”. El Hospital Universitari Vall d'Hebron participa actualmente en un proyecto europeo de recogida masiva de datos que abarca todo el proceso del ictus, desde antes del episodio hasta el seguimiento posterior. “Esto nos permitirá avanzar hacia una medicina más personalizada y efectiva”, concluye Escobar.