Las mujeres fallecen más por enfermedad cardiovascular que los hombres. Tanto es así que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la mujer. Según recoge la Fundación Española del Corazón, del total de fallecimientos registrados en 2020 por esta causa – alrededor de 120.000 –, más de la mitad (el 53,32%) fueron mujeres. Ese mismo año, murieron casi 8.000 mujeres más que hombres por enfermedad cardiovascular.
Son datos alarmantes que sorprenden, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de mujeres están más concienciadas de otras patologías con menor incidencia, como puede ser el cáncer de mama.
Con todo, la buena noticia es que estas cifras pueden reducirse mediante la prevención a través de estilos de vida saludables que eviten el desarrollo de factores de riesgo y, por tanto, las enfermedades cardiovasculares. Hacer ejercicio, llevar una dieta variada y saludable, evitar el tabaco e incidir en el autocuidado desde la infancia son algunas de las recomendaciones de los expertos en esta materia.
Y para prevenir, primero es necesario divulgar, informar y concienciar a la población en general, y a las mujeres, en particular. En esta tarea están trabajando compañías como Organon, centrada en la salud integral de la mujer. El impulso de la salud con perspectiva es uno de sus objetivos para que se tengan en cuenta los determinantes biológicos, sanitarios y sociales, que divergen en hombres y mujeres.
Y es que, si el 57% de los hombres reconoce los síntomas de infarto agudo de miocardio y acude al médico en una media de 90 minutos, en las mujeres no ocurre igual. Así, ellas piden ayuda en una media de cuatro horas y apenas el 40% reconoce los síntomas de un infarto, según recoge la Dra. Raquel Campuzano Ruiz, del Hospital Universitario Fundación de Alcorcón, en una mesa sobre prevención cardiovascular en la mujer celebrada durante la Reunión Anual de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la SEC.
“La diabetes, el tabaquismo, la obesidad o la hipertensión son algunos de los factores de riesgo cardiovascular típicos”
Dolor torácico o epigástrico, sensación de mareo y dolor en el cuello y brazo izquierdo, son algunos de los síntomas que dan la voz de alarma. Evitar este retraso a la hora de acudir a consulta mejoraría el pronóstico y supervivencia de la enfermedad cardiovascular.
Al hilo, el Dr. José María Gámez Martínez, presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la SEC, en una mesa celebrada durante la Reunión Anual de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la SEC, destaca los factores de riesgo a los que prestar atención para poder prevenir la enfermedad cardiovascular en mujeres.
En este escenario, el cardiólogo subraya los factores de riesgo típicos, como la diabetes, el tabaquismo, la obesidad y sobrepeso, la inactividad física, la hipertensión o la dislipidemia, haciendo hincapié en aquellos factores de riesgo emergentes. Estos últimos están asociados específicamente a las mujeres, una vez que tienen que ver con el embarazo, la menopausia o enfermedades predominantemente femeninas, como el cáncer de mama.
“Las patologías y condiciones que se constituyen como un factor de riesgo emergente en ellas tienen que tenerse muy en cuenta y deben incluirse en la historia clínica”
Estos factores emergentes, señala el Dr. Gámez, son haber tenido un parto prematuro o haber sufrido algún trastorno hipertensivo del embarazo, la diabetes gestacional o los tratamientos de cáncer de mama, además de la depresión o algunas enfermedades autoinmunes.
Como ejemplo, el cardiólogo del Son Llàtzer pone el síndrome de ovario poliquístico (SOP). Un estudio transversal que analizó a casi 2.300 mujeres de entre 18 y 45 años reveló que las mujeres con esta patología tienen un mayor riesgo cardiovascular. No solo eso, sino que las que tenían SOP y, además, hiperandrogenismo, desarrollaban más obesidad, tenían más resistencia a la insulina y unas cifras de colesterol LDL más elevadas, lo cual redunda en un riesgo aún mayor de enfermedad cardiovascular.
Ocurre lo mismo con la menopausia precoz, condición que provoca que las mujeres tengan una probabilidad menor de supervivencia por ictus o enfermedad coronaria. Y se trata de una condición que no es rara, sino que afecta a entre el 1 y el 5% de las mujeres. De este modo, por cada año que se adelanta la menopausia, aumenta un 2% el riesgo cardiovascular.
Es por ello que tanto estas, como el resto de patologías y condiciones que se constituyen como un factor de riesgo emergente en ellas, tienen que tenerse “muy en cuenta” y deben incluirse en la historia clínica. “Hay que seguirlas de forma más estrecha, porque tienen más riesgo”, insiste el Dr. Gámez. Merece la pena para prevenir problemas futuros y conseguir reducir la tasa de mortalidad de las enfermedades cardiovasculares.