Cada 26 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Anticoncepción, una fecha con la que se recuerda el hito que supuso en 1950 la aprobación de la primera píldora, que permitió a las mujeres tomar el control sobre sus cuerpos y decidir cuándo quedarse embarazadas. Durante esta celebración, también se busca mejorar el conocimiento de los métodos existentes para que hombres y mujeres puedan tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva.
En este contexto, ConSalud.es, con la colaboración de la compañía especializada en la salud de la mujer Gedeon Richter Ibérica, ha realizado una cobertura especial para desmitificar los mitos que rodean el ámbito de la contracepción, especialmente la hormonal, y ampliar los conocimientos de la sociedad y de los profesionales sanitarios sobre los distintos tipos de anticonceptivos que existen.
Los métodos más conocidos entre la población femenina son el preservativo y las pastillas anticonceptivas, tal y como recoge la Encuesta Nacional de Anticoncepción de 2024 editada por la Sociedad Española de Contracepción (SEC). Como indica la matrona y directora científica de la SEC, Fátima León, a ConSalud.es, “existe una asociación lineal entre el conocimiento y su uso, y es así como encontramos que los más conocidos son los más usados”. “Esto es en gran medida debido a su alta visibilidad social y fácil accesibilidad en relación a otros”, añade. Sin embargo, existen muchas otras opciones menos conocidas, como el parche anticonceptivo, el DIU hormonal o dispositivo intrauterino.
“Cuando un método anticonceptivo es bien conocido por un profesional sanitario aumenta su recomendación en el consejo contraceptivo”
Existen multitud de opciones anticonceptivas, cada una de estas opciones con una eficacia anticonceptiva adecuada, pero con diferentes características, pues pueden ser hormonales o no, administradas de forma diaria, mensual, semanal o de larga duración, o de manera oral, transdérmica... “La diferencia principal entre ellas estriba en la vía de administración y la frecuencia de uso. En cuanto a la vía de administración, el parche es a través de la piel y el anillo a través de la vagina, mientras que la píldora es por vía oral”, menciona Fátima León.
Así, existen métodos a corto plazo y hormonales (es decir, que maneja la propia mujer) como la píldora combinada y la minipíldora o píldora de solo gestágeno (esta última empleada por un 1% de las mujeres en edad reproductiva; principalmente mujeres lactantes). Además, dentro de estos métodos existen alternativas a la administración oral, como el parche transdérmico y el anillo vaginal citados (empleado por el 1% y el 2,8% de las mujeres en edad reproductiva, respectivamente), que se aplican semanal y mensualmente, reduciendo la posibilidad de olvidos. Estas opciones a menudo no se incluyen en el consejo contraceptivo por parte de un profesional sanitario, por lo que no son conocidos por muchas mujeres. Sin embargo, teniendo la misma eficacia anticonceptiva que la píldora, pueden ser una opción para muchas mujeres, que buscan no estar ligadas a la toma diaria de la píldora, o no tener que preocuparse por su eficacia si tienen vómitos o diarrea.
Hay otros métodos que se conocen como métodos a largo plazo, lo que reduce los olvidos debido a que han de ser puestos por un profesional sanitario. Aquí encontramos el DIU hormonal o sistema de liberación intrauterino (SLI), que puede ser utilizado por cualquier mujer en edad fértil, y el implante. Según Fátima León, “estos métodos conocidos como LARC (larga duración anticonceptiva) aún están en uso en baja proporción entre las más jóvenes que no han cumplido su deseo eugenésico, es decir, que no han cumplido su deseo de maternidad, cuando está comprobado que son métodos idóneos en todos los grupos de edad”.
“Los métodos hormonales son los más eficaces para prevenir el embarazo, mientras que para prevenir las infecciones de transmisión sexual solo disponemos del preservativo masculino y femenino”
Además, existen también los métodos no hormonales, los cuales van desde métodos permanentes, como la ligadura de trompas o la vasectomía, métodos a largo plazo, como el DIU de cobre, o métodos puntuales, ampliamente usados, como el preservativo masculino y, el menos conocido, preservativo femenino. Como menciona Fátima León, “los métodos hormonales son los más eficaces para prevenir el embarazo, mientras que para prevenir las infecciones de transmisión sexual solo disponemos del preservativo masculino y femenino”.
En general, incide de nuevo la experta, todos los métodos anticonceptivos "tienen una eficacia ideal, en condiciones ideales, muy alta pero cuando introducimos el factor humano en el uso del método esa eficacia disminuye, y es lo que conocemos como eficacia real”. Es decir, aunque la eficacia anticonceptiva es muy elevada, “si hay errores debidos al factor humano (por ejemplo, si te olvidas una píldora o más), esta eficacia puede disminuir”.
Como puntualiza León, aun así, "dentro de los métodos hormonales, hay algunos con eficacia real más alta pues va a estar determinada por las condiciones de uso. Cuanto más fácil sea el uso de un método o menos tenga que hacer la usuaria, más fácil será la cobertura anticonceptiva. Por ejemplo, con las anticonceptivas orales renovamos la eficacia contraceptiva cada día con la toma de una pastilla diaria, por lo que podemos cometer un fallo con más facilidad que, por ejemplo, con el parche, que es de recambio semanal".
ESCOGER EL MÉTODO ANTICONCEPTIVO
Ante la gran variedad de métodos existentes, todos ellos con una eficacia anticonceptiva adecuada, el usar uno u otro depende de las preferencias de cada usuaria. Como recoge la Encuesta Nacional de Anticoncepción de la SEC, la comodidad es lo que más valoran las mujeres para elegir. “Para las mujeres es importante la facilidad de uso y la conveniencia de no tener que realizar acciones diarias o frecuentes para mantener la eficacia del método”, señala la experta. “Si la mujer se siente cómoda con el método es más probable que lo use de manera consistente y correcta”, subraya.
Esta decisión, asimismo, está muy determinada por el profesional sanitario: 5 de cada 10 mujeres eligen su método basándose en la recomendación recibida de su profesional sanitario de referencia. Y, en este sentido, Fátima León subraya que “recientes estudios ponen de manifiesto que cuando un método anticonceptivo es bien conocido por un profesional sanitario aumenta su recomendación en el consejo contraceptivo”.
“Para las mujeres es importante la facilidad de uso y la conveniencia de no tener que realizar acciones diarias o frecuentes”
Por eso, insiste: “Lo ideal es que se incluya en el consejo contraceptivo de forma estructurada todas las posibilidades que tiene a su alcance. Lo cierto es que esto no siempre ocurre y la oferta de métodos es limitada o sesgada al más recomendable según criterio del profesional o de la decisión tomada por la mujer y/o su pareja”.
Para luchar contra los falsos mitos y dar a conocer todas las opciones anticonceptivas, Gedeon Richter Ibérica, compañía especializada en salud de la mujer, ha puesto en marcha su campaña #Acabemosconloinconcebible. Esta campaña tiene como objetivo ayudar a los profesionales sanitarios involucrados a la desmitificación de los falsos mitos y creencias que han surgido entorno a la anticoncepción. Con la campaña #Acabemosconloinconcebible, Gedeon Richter busca dar visibilidad al Día Mundial de la Anticoncepción y resaltar la importancia que tiene la anticoncepción en la vida de millones de personas. Descubre más haciendo click aquí.
DRO99-07/2024