Artículo de opinión por Amira Alkourdi Martínez, Ginecóloga - Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada
Qué importante es conocer de dónde venimos y hacia dónde vamos, ¿verdad?, ocurre lo mismo con la anticoncepción. Alguien, en algún momento de la historia, y no pensando precisamente en nosotras, decidió que había que buscar algún método anticonceptivo para evitar la gestación y, desde entonces, ha habido una evolución constante en busca de la mejora de los métodos anticonceptivos, hasta llegar a la actualidad. Vamos a hacer un breve resumen de varios hitos de la anticoncepción, enfocándonos en la anticoncepción hormonal:
Muchos siglos antes de Cristo, los egipcios usaban algo parecido a condones de ganchillo, ¿efectivos?, no sabemos. Pero cuentan que era Cleopatra la que contaba con la mayor colección de ellos. Las heces de cocodrilo fueron otro de sus inventos. Si heces, lees bien. ¿Con qué intención? pues no era otra que el cambio de pH en vagina que pretendía ser usado como espermicida.
Por tanto, si nos preguntamos si hemos avanzado, la respuesta es sí, lo hemos hecho. Claro que sí. Aunque no podemos negar que resulta ser un viaje apasionante y que aún queda camino por recorrer y conocer. Vamos a echar un ojo a cómo ha evolucionado la anticoncepción en los últimos años, con la aparición de la anticoncepción hormonal, y es que es cierto que en el último siglo ha avanzado ostensiblemente.
En los años 50 la anticoncepción combinada irrumpió en nuestras vidas, con la aparición del primer gestágeno y estrógeno que se sintetizaron (hormonas sobre las cuales recae la acción anticonceptiva y el control del ciclo) con propiedades anticonceptivas. Sin embargo, no fue hasta los años 60 y 70 cuando se comercializó la primera píldora anticonceptiva en los Estados Unidos y lentamente se fue extendiendo al resto del mundo, a partir de entonces se empezaron a buscar, sintetizar y descubrir moléculas de gran importancia en anticoncepción: diferentes gestágenos y estrógenos, diferentes concentraciones y regímenes, que buscaban disminuir los efectos adversos de las primeras píldoras anticonceptivas y mejorar el cumplimiento. Muchas de estas moléculas se siguen empleando hoy en día en las píldoras anticonceptivas modernas, pero a través de los siglos y hasta el día de hoy han ido apareciendo nuevas moléculas con diferentes características, más selectivas, y un menor impacto en los diferentes tejidos. Esto ha dado lugar a una amplia oferta anticonceptiva que tiene como resultado que no solo haya una píldora anticonceptiva, sino muchos tipos, con diferentes características.
"Era una necesidad el poder decidir sobre nuestro cuerpo, y el uso de la farmacología que iba surgiendo hizo crecer la experiencia respecto a estos nuevos anticonceptivos"
No podemos dejar de lado que el boom y el empoderamiento que vivió y luchó la mujer en aquellos años, hizo también despegar a dichas moléculas. Era una necesidad el poder decidir sobre nuestro cuerpo, y el uso de la farmacología que iba surgiendo hizo crecer la experiencia respecto a estos nuevos anticonceptivos.
No fue hasta un par de décadas después de la aparición de la primera píldora anticonceptiva cuando comenzó el uso extendido de dichas combinaciones, y se pusieron de manifiesto las ventajas derivadas de su uso, lo que dio lugar a que en el año 2000 se comercializaron ampliamente nuevos anticonceptivos hormonales, con beneficios sobre la piel, la retención de líquidos, con estrógenos naturales… que hemos podido ofrecer a todas nuestras pacientes.
La evolución no ha sido solo en torno a los nuevos componentes de la anticoncepción (el estrógeno y el gestágeno que contiene el anticonceptivo), sino que también hemos avanzado en la forma de administración. Hemos querido ir siempre más allá, dando a la mujer la opción de decidir la forma de administración que más se adapte a ella: oral (píldoras), a través de la piel (parche), subdérmico (implante), vaginal (anillos), intrauterina (DIUs), inyectable…. La anticoncepción ha ido evolucionando según lo que las mujeres solicitaban: un anticonceptivo cómodo y sencillo. Y es que somos cada vez más exigentes.
Otro punto que ha marcado la historia de la anticoncepción hormonal es el control del ciclo, una característica clave para la mujer: poder programarte, que la regla o el sangrado no sea, como nos han enseñado ancestralmente, una limitación en nuestro día a día si nuestra calidad de vida no es buena. Y lo queremos de la forma más natural posible, con hormonas similares a las que producimos. Y esto es lo que intenta aportar la nueva anticoncepción hormonal.
¿Y en qué punto estamos ahora en la anticoncepción hormonal? Continuamos en la búsqueda de seguridad, comodidad y otras características no anticonceptivas. Con componentes, tantos estrógenos y como gestágenos, lo más naturales posibles, que nos permitan un buen control del ciclo, con una baja tasa de efectos adversos.
Además, estamos en un momento de la historia donde la usuaria está tomando un papel cada vez más relevante en la decisión del anticonceptivo a escoger. Sin embargo, sigue habiendo mucho mito en relación con la anticoncepción hormonal. Por ello, desde Gedeon Richter, han puesto en marcha la campaña para el día mundial de la anticoncepción ¡Es inconcebible! (puedes verla haciendo click aquí), con el objetivo de desmentir los falsos mitos que han surgido en torno a este campo y que puedas decidir qué método anticonceptivo se adapta mejor a ti, sin falsas percepciones y siempre con el consejo de un profesional sanitario. Porque es inconcebible que no sepas que tomas, que efectos tiene, qué ventajas te aporta y sobretodo es inconcebible que no lo elijas TU con toda la información de rigor y ayuda ginecológica a tu alcance.
DR058-07/2023