Sanitas, un año más, (y van ocho) repite como la empresa de asistencia sanitaria número uno en el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco). Un ranking con ciertas dudas a juzgar por la cantidad de veces que Sanitas ha sido protagonista en los medios de comunicación en los últimos meses y no precisamente por su buen hacer, todo lo contrario.
A lo largo de 2016, la compañía tuvo que hacer frente a numerosas críticas y denuncias, como las que se generaron sobre la legalidad de su servicio Blua que llegaron hasta la Consejería de Sanidad de Madrid ante la posibilidad de que los medicamentos fueran enviados a domicilio a través de un servicio de mensajería.
Un mes más tarde fueron las listas de espera que doblaban los tiempos como consecuencia de los seguros a 30 euros al mes que ofrece la compañía y que se demostró que no daba el servicio que prometían.
En agosto de ese mismo año, se produjo un incidente grave en una residencia de ancianos de Barakaldo (Bizkaia) declarándose un caso de tuberculosis que obligó a activar los protocolos sanitarios tras confirmar que uno de los residentes estaba infectado. De hecho, 17 ancianos y una treintena de empleados tuvieron que someterse a distintos análisis médicos para comprobar si se había extendido el foco.
Unos días después Sanitas estaba de nuevo en los medios de comunicación esta vez por el caso de Lorena Magadán, una paciente que denunció a la compañía por reclamarle los costes de una operación que autorizó previamente. Resulta que en el hospital le aseguraron que estaba todo tramitado, pero la sorpresa llegó cuando le reclamaron 2.200 euros por la intervención.
A nivel internacional Sanitas también tuvo su particular “protagonismo”. La aseguradora permaneció en el punto de mira de la justicia chilena a causa de una subida de precios en la renovación anual de las pólizas de su seguro de salud en este país que llevó a revisar 2.268 juicios arbitrales por demandas en contra del seguro de Sanitas.
A finales de noviembre de 2016, el Juzgado de 1ª Instancia nº54 de Madrid, recogida por el Defensor del Paciente, condenaba a Sanitas a abonar 15.000 euros por daño moral a una paciente con carcinoma de mama tras cancelar de manera injustificada su póliza de seguros.
2017 no ha ido mucho mejor para la líder del ranking de Reputación Corporativa. En julio de ese año, Sanitas fue condenada a pagar 192.822 euros a una paciente por la mala asistencia sanitaria recibida en la Clínica Recoletos de Valladolid. Según recoge la sentencia, en 2013, cuando la paciente tenía 30 años, se detectó un bulto en la mama derecha, por lo que acudió de inmediato a la Clínica Recoletos de Valladolid, ya que tenía antecedentes de cáncer de mama en su familia. En el centro, se le realizó una exploración y ecografía y se indicó que se trataba de un nódulo benigno.
Sin embargo, un año más tarde, el bulto tenía un tamaño mayor, por lo que la paciente acudió al Centro Médico General Practice en Reino Unido, donde vivía en ese momento, y tras una punción aspiración con aguja fija y biopsia de la lesión, se le informó de que se trataba de un carcinoma de mama.
En octubre de ese mismo año, Hacienda reclama al Grupo Bupa Sanitas el pago más de 47 millones de euros que corresponde a una investigación sobre las declaraciones del Impuesto de Sociedades de este grupo entre 2007 y 2010.
Ya en enero de 2018, la Fundación Sanitas ha pasado de ser una fundación empresarial de las más transparentes a la más opaca del sector salud. Y es que, Sanitas sólo es transparente en lo que se refiere a la publicación de los programas y actividades que lleva a cabo, y a la información sobre los beneficiarios de sus actividades. Así se desprende del informe Construir confianza 2017 Informe de transparencia y buen gobierno en la web de las fundaciones españolas', elaborado por la Fundación Compromiso y Transparencia.
Por si fuere poco, hace unos días hemos sabido que en la residencia de ancianos de Sanitas en Barakaldo, donde se declaró en 2016 un caso grave de tuberculosis, en esta ocasión ha sido un brote de sarna la que azota nuevamente a la residencia de la tercera edad de Sanitas, afectando a 17 personas, con fuertes quejas por parte del personal y residentes del centro, que afirman que la única pauta que les han dado es que lavaran la ropa a 60 grados y nada más.
Con todos estos antecedentes, la pregunta que muchos se hacen es: ¿Cuesta mucho llegar a ser el número uno en el ranking de Reputación Corporativa?