La residencia de la tercera edad de Barakaldo, propiedad de Sanitas, se ha convertido en la más famosa y mediática de todas las residencias de ancianos privadas de España y no precisamente por la calidad del servicio que presta a sus residentes, si no por los continuos problemas de salud pública que presentan. Hace tan sólo dos meses, esta residencia declaraba un brote de sarna en su centro que afectó a 17 personas; cuatro casos confirmados que afectaron a dos trabajadores y dos residentes, y trece personas más que presentaron señales de infección. En esa ocasión el centro tardó más de dos semanas hasta que un médico del centro de salud acudió para explorar al paciente, y confirmar que se trataba de un caso de sarna tras realizar una prueba específica diseñada para detectar la escabiosis.
Según fuentes de Sanitas en esa ocasión procedieron a desinfectar a los afectados y lavar la ropa a más de 60 grados para acabar con el ácaro que produce la sarna. Pero todo indica que lo hicieron mal o las medidas adoptadas en ese momento fueron insuficientes, ya que dos meses después vuelve de nuevo el brote de sarna en el mismo centro.
En esta ocasión el número de afectados ha sido ocho personas, de las cuales dos están siendo tratados y otras seis están en aislamiento. A diferencia de lo que ocurrió hace dos meses, en esta ocasión los responsables del centro han procedido a aplicar el tratamiento preventivo a toda la residencia (206 residentes y 165 trabajadores) a los que se proporcionará una pastilla o crema, según ha establecido el área de Epidemiología del departamento vasco de Salud. Como es lógico, Sanitas se ha “curado en salud” y ha alegado que en todo momento han seguido las indicaciones sanitarias de las autoridades del gobierno vasco.
Entonces la pregunta que muchos nos hacemos es, si Sanitas ha seguido en todo momento las indicaciones de las autoridades sanitarias, ¿cómo es posibles que se trate del mismo brote que el que se detectó el pasado mes de mayo que afectó a cuatro personas, dos trabajadores y dos residentes?, ¿puede ser un caso de negligencia por parte de Sanitas?, ¿no se llevó a cabo correctamente el protocolo de desinfección en el primer brote?, lo cierto es que una vez más quien paga las consecuencias son siempre los mismos, los usuarios y pacientes.
La sarna es una infección producida por un ácaro parásito, escabiosis, ocasionando una enfermedad de la piel muy contagiosa que no revierte gravedad, pero es bastante molesta por la picazón insistente, que se intensifica durante las noches y con el calor.
Popularmente la sarna ha estigmatizado a las personas que la padecen porque estaba asociada a poblaciones vulnerables, donde las condiciones de vivienda y de hacinamiento hacen más fácil su proliferación. Actualmente se sabe que está presente en cualquier estatus social, pero es muy importante que ante el más mínimo síntoma se trate de inmediato para evitar el contagio.
Pero la sarna no ha sido el único caso de alerta sanitaria que se ha producido en la residencia de Sanitas de la tercera edad de Barakaldo. En agosto del 2016, se produjo un incidente grave declarándose un caso de tuberculosis que obligó a activar los protocolos sanitarios tras confirmar que uno de los residentes estaba infectado. De hecho, 17 ancianos y una treintena de empleados tuvieron que someterse a distintos análisis médicos para comprobar si se había extendido el foco.
Con estas premisas, si tuviera que ingresar en una residencia de ancianos jamás elegiría la de Sanitas en Barakaldo por cuestiones obvias.