Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), ya no sabe qué hacer para llamar la atención. La última ocurrencia es que ASPE, como máxima representación de la sanidad privada española, debería estar presente en el Consejo Interterritorial, ya que la sanidad privada es parte del Sistema Nacional de Salud.
Sin duda, el afán de protagonismo de Carlos Rus le lleva a hacer este tipo de declaraciones absurdas y a postularse, indirectamente, para formar parte del Consejo Interterritorial representando a la sanidad privada. Parece como si ya le quedara pequeña la presidencia de ASPE.
No es normal que con los años que lleva Rus en el sector salud todavía no sepa qué es el Consejo Interterritorial y cuáles son sus funciones. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud se constituye en abril de 1987, está compuesto por la Ministra de Sanidad y por los Consejeros/as de Sanidad de las Comunidades Autónomas, y desempeña las funciones determinadas en el artículo 3º de su Reglamento, que recoge las que le atribuye la Ley de cohesión y calidad. Esta Ley en su artículo 71 dispone que el Consejo Interterritorial conocerá, debatirá y, en su caso, emitirá recomendaciones en relación con: funciones esenciales en la configuración del Sistema Nacional de Salud; de asesoramiento, planificación y evaluación y de coordinación del Sistema. Además, ejerce las que le atribuye la Ley 25/1990, de 20 de diciembre, del Medicamento y cuantas otras se recogen en disposiciones de carácter general.
Es evidente que los intereses de la sanidad privada, al igual que el del resto de los sectores que forman la sanidad española, están representados por los Consejeros/as de Sanidad de cada Comunidad Autónoma y por el Ministerio de Sanidad, por lo que no parece necesario más representantes.
No se puede pretender llegar a acuerdos con la Administración cuando la estrategia de comunicación se basa en enviar los mensajes a través de titulares de prensa
Otra cosa es que la sanidad privada española tenga que ser recompensada por su participación en la pandemia de Covid-19, que, sin duda, tiene todo el derecho a reclamar. Aquí es donde debería actuar ASPE como representante de la sanidad privada y sentarse a negociar con las diferentes Comunidades Autónomas para llegar a acuerdos de compensación por la pandemia de Covid-19.
Y aquí está el gran fracaso de Carlos Rus. No se puede pretender llegar a acuerdos con la Administración cuando la estrategia de comunicación de Rus se basa en enviar los mensajes, a través de titulares de prensa, reclamando las compensaciones que le corresponde a la sanidad privada. Hay que ser mas profesional y menos orgulloso.
Utilizando un símil taurino, todos somos excelentes toreros desde la barrera, pero cuando hay que bajar a la arena para lidiar al toro, solo se atreven los verdaderos toreros y no los aficionados. Esto le pasa a Carlos Rus, que es un simple aficionado en un puesto que le queda muy grande y que es incapaz de llegar a ningún acuerdo con nadie porque no se atreve a dejar la barrera, que le da seguridad.
Y es que se ha demostrado que se puede llegar a buenos acuerdos que beneficien a todas las partes, véase el ejemplo de Madrid, por medio de Isidro Díaz de Bustamante, presidente de la Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid (ACHPM) que ha conseguido firmar un acuerdo histórico con la Comunidad de Madrid y ha diseñado un modelo que se está exportando a otras comunidades.
Claro que, si seguimos con el símil taurino, estamos hablando de un maestro consagrado como es Díaz de Bustamante frente a un aprendiz de maletilla, como es Rus que hasta la fecha no ha conseguido nada de nada para la sanidad privada española.