2023 se inicia con unas sorprendentes declaraciones del presidente de HM Hospitales, Juan Abarca, en una entrevista concedida a ABC, donde hace un análisis de la sanidad española. Lo sorprendente del caso es que el máximo responsable del tercer grupo hospitalario privado de España se centra en las “debilidades” que tiene el Sistema Nacional de Salud, en lugar de resaltar los logros alcanzados en la sanidad privada en los últimos años.
Las declaraciones de Abarca parecen sacadas del manual de Podemos para desprestigiar a la sanidad pública y demostrar que el fin no es otro que la privatización de la sanidad. Hay que leer varias veces la entrevista para asimilar que son declaraciones políticas de Juan Abarca a ABC y no una entrevista de Mónica García o Irene Montero.
Abarca no deja “títere con cabeza” y empieza con el incremento de muertes en las residencias durante la pandemia de COVID 19, afirmando que “no podemos clasificar o discriminar a la población por su edad y como son mayores, aunque estén enfermos, dejarles fuera del sistema de protección sanitaria”. Y apostilla diciendo que “lo que pasó en las residencias es un horror que nos debe avergonzar”, como dando a entender que no se hizo todo lo necesario para tratar y cuidar a los mayores en las residencias de ancianos.
"Las declaraciones de Abarca parecen sacadas del manual de Podemos para desprestigiar a la sanidad pública y demostrar que el fin no es otro que la privatización de la sanidad"
Otra de las perlas de Abarca en la entrevista hace referencia al incremento de las pólizas de seguros baratas como consecuencia de las “dificultades de acceso al SNS”, manifestando que los usuarios de la sanidad pública “se hacen pólizas de seguros con muy pocas coberturas a un bajo coste sólo para poder acceder a un médico y eso es un desastre para el sector sanitario privado por la masificación y el principio del fin del sistema sanitario público”.
Pero sin duda el broche de oro lo pone cuando le preguntan por la falta de inversión en la sanidad pública desde 2007 según unas declaraciones suyas realizadas para el diario La Crónica de León en julio de 2022.
En este caso Abarca “tira de manual podemita” y la respuesta es cuanto menos sorprendente. “Lo más evidente es que tuvo que venir Amancio Ortega a renovar el parque de aceleradores de radioterapia de nuestro SNS”, despreciando y desprestigiando por completo a la sanidad pública y todos los esfuerzos de la Comunidades Autónomas y el Ministerio de Sanidad en el ámbito de la tecnología sanitaria y la innovación.
"Abarca ha hecho un flaco favor al sector privado que puede tener consecuencias a la hora de negociar aspectos de colaboración de la sanidad público-privado o en determinadas CC.AA. que están aún por cerrar las compensaciones por la contribución de la sanidad privada durante la pandemia"
Casi todos coincidimos en que las aportaciones altruistas de Amancio Ortega suponen una contribución enorme para mejorar los tratamientos oncológicos basados en dispositivos de alta complejidad, que permiten que todos los pacientes, con independencia de su poder adquisitivo, puedan acceder a este tipo de tratamientos. Todo lo demás es demagogia barata.
La entrevista de Juan Abarca no ha sentado nada bien a las Consejerías de Sanidad ni al propio Ministerio que ven unas declaraciones más políticas que profesionales. Tampoco ha sentado bien a muchos representantes de la sanidad privada que no entienden muy bien el motivo de estas declaraciones y en ningún caso se identifican con ellas. Lo cierto es que Abarca ha hecho un flaco favor al sector privado que puede tener consecuencias en el futuro a la hora de negociar aspectos de colaboración de la sanidad público-privado o en determinadas Comunidades Autónomas que están todavía por cerrar las compensaciones por la contribución de la sanidad privada durante la pandemia de COVID 19.
El resultado puede ser un bumerán que le dé en la cara al propio Abarca y le pase factura en el futuro ya que ha desprestigiado sin necesidad a la sanidad pública dejando en evidencia, a su vez, a la privada, y esto es ir contra sus propios intereses.
Son muchos los ejemplos de políticos, empresarios, dirigentes, etc. que han tenido que dejar sus cargos por lo que han dicho y no por lo que han hecho, la vanidad en muchas ocasiones es traicionera y a la larga pasa factura.