Dejar de fumar, una dieta adecuada y ejercicio, la combinación ideal para los pacientes con EPOC

Estos son los hábitos de vida saludables clave para una buena calidad de vida de los pacientes con esta patología respiratoria

Hábitos saludables en pacientes con EPOC. (Foto. Freepik)
Hábitos saludables en pacientes con EPOC. (Foto. Freepik)
Agustina Uhrig
17 noviembre 2021 | 00:00 h

Alrededor del 12% de la población de entre 40 y 80 años padece EPOC. Para garantizar un buen pronóstico de esta enfermedad, cuyos principales síntomas son la falta de aire, fatiga, tos, opresión en el pecho y silbidos al respirar, es esencial tener unos hábitos de vida saludables. 

LO PRIMERO, DEJAR DE FUMAR

El tabaco es el principal enemigo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Se estima que más del 80% de los pacientes con EPOC padecen la enfermedad por haber sido fumadores. Desde Neumomadrid aseguran que el abandono del consumo de tabaco ha demostrado ser el único tratamiento eficaz para controlar la evolución crónica de la EPOC. Sin embargo, alrededor de la mitad de las personas diagnosticadas con esta enfermedad respiratoria, continúan con el hábito. Para dejar de fumar, los expertos recomiendan pedir ayuda profesional: dejar de fumar es difícil, pero no imposible.

EJERCICIO: CADA PASO, CUENTA

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) informa que practicar ejercicio físico, junto con una dieta adecuada y tomar la medicación indicada, es una de las medidas más eficaces para mejorar el pronóstico de la EPOC. Con todo, el ejercicio debe estar supervisado por un médico y siempre adaptándose a las posibilidades del paciente.

Y es que tal y como recoge la Separ, “hacer ejercicio ayuda a aumentar la utilización del oxígeno, fortalece la musculatura, disminuye la fatiga y aumenta la capacidad de trabajo al reducir la ventilación y el pulso cardíaco”. De esta forma, aunque el paciente con enfermedad pulmonar obstructiva crónica puede sentir que el ejercicio es contraproducente para su patología, ya que nota que se cansa y le falta el aire, la práctica regular de actividad física mejorará poco a poco la capacidad pulmonar. También hay evidencias de que los pacientes que realizan ejercicio físico necesitan menos visitas a urgencias, tienen ingresos hospitalarios más cortos y notan mejoras en la sensación de ahogo así como la tolerancia al esfuerzo.

 Aunque sea una actividad cotidiana como andar o subir escaleras, lo importante es empezar y ser constante: cada pequeño paso, suma

Separ recomienda seguir tres consejos para comenzar a hacer ejercicio: practicar una actividad sencilla y que el paciente disfrute; hacer deporte en grupo, por los beneficios que reporta en el estado anímico del paciente; y adaptar el ritmo a las posibilidades del mismo sin "forzar el cuerpo". Aunque sea una actividad cotidiana como andar o subir escaleras, lo importante es empezar y ser constante. Cada pequeño paso, suma.

Desde la Asociación de Pacientes con EPOC (Apepoc), añaden que se debe parar la actividad en caso de sentir mareos, tirantez en el pecho, respiración cada vez más sibilante, sensación de frío y humedad, fatiga anormal o dolor en las articulaciones y músculos. Asimismo, subrayan que el aumento del ritmo cardíaco y respiratorio son absolutamente normales y no se constituyen como un peligro.

NUTRICIÓN PARA UNA BUENA CALIDAD DE VIDA

Según Apepoc, está demostrado que existe una “importante vinculación” entre EPOC y alimentación, ya que esta influye en el mantenimiento de una buena calidad de vida para el paciente. De esta forma, tanto el exceso de peso como la desnutrición, tienen un impacto negativo en el pronóstico y tratamiento de la enfermedad.

No seguir una dieta variada y rica, podría desencadenar problemas como alteraciones en la musculatura respiratoria, cambios a nivel morfológico y alteraciones bioquímicas

Es por este motivo que es esencial para el paciente con EPOC seguir una dieta adecuada y variada, haciendo especial hincapié en determinados nutrientes como:

  • Magnesio: es broncodilatador y mejora la capacidad respiratoria a la vez que fortalece la mucosa bronquial. Las almendras, los cereales integrales, el chocolate negro y el pollo o pavo, son ricos en este mineral.
  • Selenio: es antiooxdiante y protege del desgaste de las células bronquiales. Presente en huevos, atún, mejillones y alubias, este nutriente es especialmente importante en el caso de los fumadores.
  • Omega-3: se trata de un nutriente antiinflamatorio que ayuda a la recuperación pulmonar a la vez que previene el daño producido por el tabaco. Puedes obtenerlo comiendo salmón, nueces, sardinas y coles de bruselas.
  • Vitamina D y calcio: importante tomarlos en conjunto, ya que la vitamina D ayuda a la correcta absorción del calcio. Además, el consumo de ambos es vital si el paciente está tomando corticoides. El calcio (presente en lácteos, brócoli, acelgas e higos) mantiene los huesos fuertes y participa en la relajación y contracción de los pulmones. Por su parte, la vitamina D evita el colapso respiratorio y puede obtenerse de champiñones, sardinas, salmón, atún, huevos y de la exposición al sol.
  • Vitaminas A, C y E: fortalecen el sistema inmune, disminuyendo el riesgo de padecer infecciones. Cualquier fruta o verdura de color vivo, como las fresas, naranjas, kiwis, melocotones, tomates, zanahorias o pimientos, son ricas en estas vitaminas.

La Apepoc advierte de que no seguir una dieta variada y rica en los nutrientes mencionados, podría desencadenar problemas como alteraciones en la musculatura respiratoria (menor contractilidad y fuerza así como aumento de la fatiga), cambios a nivel morfológico (más tendencia al colapso respiratorio) y alteraciones bioquímicas (impacto en el surfactante pulmonar, la mezcla de lípidos y proteínas almacenada en los alvéolos, que conlleva un incremento en la tensión superficial de los alvéolos y una reducción de su capacidad protectora), entre otros.

Por otro lado y también en lo que a hábitos saludables se refiere, es crucial un buen y suficiente descanso. Además, la Apepoc y Separ recomiendan recibir la vacuna contra la gripe (para reducir la infección grave y mortalidad), así como la vacuna antineumocócica, pues está constatado que reduce la incidencia de neumonía. Además, recientemente y a raíz de la pandemia se ha incluido la recomendación de administrar también el suero contra la Covid-19.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído