La inteligencia artificial (IA) se ha ido introduciendo cada vez más en todos los niveles de la sociedad. Y la odontología no es ajena a ella. La IA ha logrado mejorar la precisión del diagnóstico y la eficiencia de los tratamientos, incluso en los protocolos para carillas, marcando un antes y un después.
"Una de las principales ventajas de este método es la reducción significativa del tiempo de tratamiento. Además, los pacientes se benefician de un proceso más cómodo, ya que se evitan los tradicionales moldes dentales y las múltiples visitas al dentista. Es realmente emocionante presenciar cómo la tecnología transforma la odontología", afirma el Dr. Julio Martín, director médico de Dental Studio, con más de 30 años de experiencia en esta técnica.
ASÍ SE CREAN LAS CARILLAS AI
El proceso comienza en una primera visita con un escaneo intraoral inteligente del paciente. Un software reconoce al instante la morfología de su cavidad bucal. Los sistemas de IA analizan los datos de escaneo dental para crear modelos precisos de los dientes y las encías en 3D, lo que ayuda a los dentistas a diseñar restauraciones que se ajusten perfectamente y de forma totalmente personalizada.
Automáticamente la información se transfiere a los sistemas de impresión 3D, creando un diseño de sonrisa, a partir de los modelos dentales digitales, lo que proporciona una adaptación precisa a la estructura dental del paciente y en tiempo récord.
"No hay que olvidar que se agiliza drásticamente un proceso que hasta ahora tardaba semanas, pues tenían que realizarse molestos moldes en la boca del paciente, enviarlos a un laboratorio especializado, recibir las carillas, probarlas en el paciente y, en caso de que el diseño fuera correcto, aplicarlas. En caso contrario, tendría que volver a repetirse todo el proceso de nuevo", explica el experto.
La tecnología 3D se asegura un diseño único y preciso, creado a partir de las características de la boca del paciente
En una segunda visita, el paciente se puede probar el "mock up" de las carillas, con una previsualización del tratamiento para corroborar si el efecto es el deseado e involucrando al paciente en la toma de decisiones. Transcurridas un par de semanas, en la tercera y última visita, se procede a la colocación y cementación de las microcarillas de alta calidad realizadas en disilicato de litio, un material de gran resistencia y durabilidad.
Gracias a la revolucionaria tecnología, todo está milimétricamente ideado para una colocación precisa y segura, sin lugar a fallos, gracias a las guías de preparación que con la ayuda de unas turbinas especiales permiten una preparación exacta de cada faceta y posteriormente una colocación perfecta gracias a las guías de posicionamiento.
"En esta última fase del tratamiento, la metodología es realmente revolucionaria ya que si antes se tardaba unas tres o cuatro horas en colocar y cementar, ahora en hora y media se puede concluir el proceso, con un éxito asegurado", concluye el doctor.