“El modelo de paciente digitalizado mejora la comunicación interprofesional y en la consulta”

La incorporación de tecnologías digitales en la ortodoncia no solo mejora la precisión y eficiencia de los tratamientos, sino que también optimiza la comunicación y educación del paciente

Dr. Ramón Mompell, ortodoncista y ponente clínico de Align TechnologyInvisalign (Foto cedida a ConSalud)
Dr. Ramón Mompell, ortodoncista y ponente clínico de Align TechnologyInvisalign (Foto cedida a ConSalud)
Diego Domingo
13 febrero 2025 | 12:00 h
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En la era de la digitalización, la ortodoncia ha experimentado una transformación significativa en la manera en que los profesionales se comunican, educan y conciencian a los pacientes sobre sus tratamientos. Las nuevas generaciones ya no se conforman con explicaciones verbales, sino que requieren herramientas visuales y digitales que refuercen el discurso del especialista.

En una entrevista concedida a Dentalia, el Dr. Ramón Mompell, ortodoncista y ponente clínico de Align Technology/Invisalign explica que “ya no basta con contarles, también hay que mostrarles y enseñarles”. Gracias a los avances tecnológicos, los odontólogos pueden ofrecer a los pacientes una visión precisa de su evolución y del resultado final del tratamiento con una exactitud casi total. “No sólo tenemos que mostrarles su situación inicial, cómo están en un momento determinado cuando llegan a la consulta, sino que ya tenemos la tecnología que nos permite mostrarles y enseñarles cómo van a llegar al final de su recorrido”, relata.

La enorme precisión alcanzada por la tecnología hoy en día hace que los profesionales se sientan muy cómodos con ella. Y es que actualmente la tecnología está presente en cada aspecto del tratamiento ortodóncico, desde el diagnóstico hasta la comunicación con el paciente. “En el campo de la ortodoncia invisible, aunque ya no es una tecnología novedosa, destaca el escáner intraoral, como el escáner iTero”, señala el Dr. Mompell. Esta herramienta permite capturar digitalmente la boca del paciente en 3D, facilitando el diagnóstico, la planificación y la comunicación de manera precisa. Esta capacidad permite visualizar el estado inicial de la dentadura del paciente y proyectar el resultado final con gran precisión, lo que incrementa la confianza en el tratamiento.

“Las nuevas generaciones de pacientes, necesitan herramientas virtuales y digitales que apoyen todo el discurso que intentamos transmitirles”

Otro avance relevante es la integración de los escaneos intraorales con radiografías tridimensionales, como las obtenidas mediante CBCT. “Este es uno de los grandes cambios que estamos experimentando en la actualidad: la adquisición tridimensional de la cara del paciente, con los tejidos blandos y óseos en 3D y los resultados de la exploración intraoral”, explica el especialista. Este modelo de paciente digitalizado no solo mejora la relación con el paciente, sino también la comunicación interprofesional, optimizando la toma de decisiones clínicas sin necesidad de la presencia física del paciente. “Una sesión clínica con mi equipo me permite elaborar una propuesta que luego comunicaré al paciente, pero éste ya no tiene que estar presente ni acudir a distintos profesionales para llegar a un diagnóstico y un plan de tratamiento comunes”, comenta el Dr. Mompell.

Además, esta digitalización permite realizar simulaciones y ajustes antes de iniciar el tratamiento, minimizando errores y reduciendo tiempos de espera. A pesar de los beneficios evidentes, la transición hacia la digitalización en la ortodoncia enfrenta algunos desafíos. El coste de la tecnología es un obstáculo para muchas clínicas, pero según el Dr. Mompell, la mayor barrera es la resistencia al cambio por parte de los profesionales. “Cuando no trabajo digitalmente, siento que soy ‘peor’ ortodoncista. ¿Por qué? Porque veo menos y no tengo una imagen clara del diagnóstico; no tengo la potencia que me ofrece la tecnología digital; tardo más en mis tratamientos; me comunico peor con mi paciente, etc.”, comenta el experto. Todo esto hace que los profesionales tengan que aceptar tecnologías con las que no se sientan tán cómodos aunque prefieran el “molde de plastilina, el alginato y la foto 2D”. 

Otra dificultad radica en la falta de formación y aceptación de estas herramientas por parte de algunos profesionales. “Hay una limitación de conocimiento y aceptación de las nuevas tecnologías por parte del profesional”, destaca Mompell. Explica que algunas empresas con larga trayectoria en el mercado, como Align Technology, han escuchado a los profesionales y pacientes para desarrollar soluciones adaptadas a las necesidades de los ortodoncistas y sus pacientes, permitiendo una transición más fluida hacia la digitalización. “También tenemos que ser los empresarios de nuestras clínicas quienes sepamos incorporar la tecnología para poder ofrecer a nuestros pacientes los mejores resultados”, sostiene el experto. 

“Nos han enseñado a ser profesionales sanitarios y no tanto el aspecto empresarial y ahí surge la dificultad para gestionar el coste de adquisición de esta tecnología”

Por otro lado, la percepción del paciente también juega un papel clave. Algunos pueden mostrarse reacios a las nuevas tecnologías por falta de información o miedo a procedimientos como las radiografías 3D. “El profesional que no se siente cómodo con la tecnología digital se apoya en su paciente que tampoco la quiere, y ahí está la gran limitación de adoptar toda la tecnología digital”, reflexiona Mompell. Para superar esta barrera, es esencial la educación del paciente sobre los beneficios y seguridad de estos avances.

La digitalización también abre la puerta a la teleodontología, permitiendo a los especialistas realizar consultas virtuales y seguimientos remotos, lo que supone una ventaja tanto para los profesionales como para los pacientes que viven en zonas alejadas. Además, facilita la creación de planes de tratamiento personalizados y ajustables según la evolución del paciente, lo que se traduce en resultados más predecibles y satisfactorios.

La ortodoncia digital no es solo una tendencia, sino una necesidad para la práctica clínica moderna. Aunque la inversión inicial puede ser un desafío, el retorno en términos de precisión diagnóstica, eficiencia en los tratamientos y mejor experiencia para el paciente hace que la transición a lo digital sea una decisión estratégica para cualquier ortodoncista. “Cuando vemos que ser digital significa ser mejor profesional, creo que debemos encontrar la manera de incorporarlo”, concluye el Dr. Mompell.

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