La tecnología láser está llegando cada día a más consultas de odontología. Su versatilidad y las cada vez más numerosas aplicaciones terapéuticas que ofrecen hacen que aumenten los profesionales que los incorporan en sus clínicas. El láser diodo, considerado pionero, se utiliza para actuar sobre tejidos blandos, como las encías o las mucosas.
María Jesús Pérez, presidenta de la Sociedad Científica de Láser y Fototerapia en Odontología (SELO) afirma que esta es “una tecnología muy importante y en auge. Estamos en la era de la digitalización y la tecnología, y si un acrónimo siempre nos ha significado tecnología ese ha sido la palabra ‘laser’. Creo que en todas las consultas odontológicas debería de haber un dispositivo láser, y si tuviera que elegir para iniciarse sería un láser de diodo”.
El principal beneficio de esta tecnología es que se trata de una práctica odontológica mínimamente invasiva. Según la Dr. Perez “tenemos que diferenciar entre los láseres de alta potencia empleados para la ablación de tejidos duros (hueso y esmalte) y los de corte de tejidos blandos. El empleo de los láseres de erbium y diodo en odontología por sí mismo, es descontaminante de los tejidos, son procedimientos menos dolorosos y en algunas ocasiones nos permite trabajar sin anestesia. El otro gran grupo lo integran los dispositivos láseres y led de baja potencia, con los que conseguimos analgesia, antiinflamación y mejora de la cicatrización”.
Los tratamientos con láser son menos invasivos, menos dolorosos y curan mucho antes
Dependiendo de sobre qué tejido se quiera actuar se emplea un tipo de láser u otro. Igual que en otras especialidades el mecanismo de acción está condicionado por la longitud de onda absorbida por el tejido.
Los láseres de erbium, bien absorbidos por el agua e hidroxiapatita, sirven para la remoción de caries de todos los tipos, siendo una tecnología muy beneficiosa para las caries en odontopediatria así como para las caries clase V de los cuellos dentales, donde además nos beneficiamos del tratamiento de la sensibilidad. También para la descontaminación en periodoncia, coadyuvante de los tratamientos periodontales convencionales, así como en los tratamientos de periimplantitis y la descontaminación y tratamiento de conductos (endodoncia).
Los láseres de diodo bien absorbidos por la hemoglobina y melanina, se emplean en todos los procedimientos quirúrgicos, en los que además de la propia función de corte se descontaminan los tejidos y se facilita la hemostasia de los mismos. También se usan en escisiones, biopsias, frenectomías, gingivectomías o despigmentaciones melánicas.
Los láseres y led de baja potencia, lo que se conoce como “fotobiomodulación” se emplean en el tratamiento del dolor orofacial, en el dolor temporomandibular, los procesos neurálgicos, y parestésicos. También se pueden usar en todos los procedimientos postquirúrgicos (exodoncias e implantes) para disminuir la inflamación y mejorar la cicatrización. Este tipo de láser puede emplearse también en lesiones mucosas, herpes y aftas. Y es fundamental en el tratamiento de las mucositis oncológicas postquimioterapia.
Cuando el láser es utilizado en pequeñas cirugías en muchos casos no se requiere anestesia
“Todos éstos láseres, son herramientas que hacen que nuestros tratamientos sean más precisos y predecibles, mejorando la eficacia y eficiencia de nuestra práctica clínica. En mi práctica diaria todos mis pacientes se benefician de la tecnología láser y led cada día”, apunta la Dr. Pérez.
El uso de estos dispositivos en las consultas odontológicas está aumentando durante los últimos años. “Actualmente en torno a un 5% de las consultas de toda España con un dispositivo láser, teniendo en cuenta que somos unos 40.000 dentistas según el Consejo de Dentistas, estaríamos hablando de que unos 2.000 profesionales tendríamos un láser en nuestras clínicas”, señala la presidenta de SELO.
La tecnología avanza hacia el desarrollo de nuevas piezas de mano y dispositivos específicos para odontología en el campo de la baja potencia. Pérez apunta: “Desde SELO fundamentalmente estamos mejorando el conocimiento de la tecnología de los profesionales para ampliar sus aplicaciones clínicas. Desde la sociedad científica esperamos que muchos más profesionales se acerquen a la SELO para mejorar y poder avanzar juntos en los protocolos clínicos que mejorarán la atención a nuestros pacientes que es nuestro fin último”.