“El trabajo del odontólogo es cada vez más gratificante”. Así lo afirma en una entrevista concedida a Dentalia el Dr. José María Suárez Quintanilla quien, con más de 30 años de experiencia, se ha convertido en un referente en la evolución de la odontología en España.
Entre sus logros más destacados se encuentra la dirección del Curso de Implantología Oral de la USC, un programa que ha sido crucial para la formación avanzada en esta especialidad. Además fue el encargado de dirigir el libro “SECIB 25 años” que repasa un cuarto de siglo intenso y apasionante de la sociedad, llenos de logros y pero también de dificultades. En la actualidad, el Dr. Suárez Quintanilla es Presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de A Coruña y miembro del Comité Ejecutivo del Consejo General de Dentistas, así como miembro del Consejo de Administración de Previsión Sanitaria Nacional.
¿Cuál cree que es la situación actual de la odontología y cuáles son los principales problemas que detectan los socios del colegio?
Vivimos una situación de estabilidad en la odontología desde el punto de vista de que la salud oral de las personas es cada vez mejor por lo que el trabajo de los profesionales es, además de más sencillo, también más gratificante porque te dedicas a rehabilitar bocas que no están en tan mal estado como ocurría hace 10 o 15 años.
El primer gran problema que tiene el sector es que no existe una ley que controle la publicidad sanitaria, lo cual hace que muchísimas personas a veces sean atraídas a determinados centros utilizando el procedimientos no del todo correctos desde el punto de vista ético.
"Un gran problema es que actualmente no es obligatorio ser licenciado o graduado en odontología para abrir una clínica dental"
El segundo problema serio que encuentra la odontología es que actualmente no es obligatorio ser licenciado o graduado en odontología para abrir una clínica dental. Por eso nos encontramos con muchas personas que dirigen centros de odontología, sin tener formación ni capacitación, lo cual va en perjuicio de la calidad asistencial.
Y en tercer lugar la odontología tiene el problema de que muchos jóvenes se van al extranjero a ejercer la profesión, con lo cual el número de colegiados en Galicia está disminuyendo. Y esto supone un agravio, ya que en Coruña tenemos la única facultad que hay en la comunidad autónoma y nos dedicamos a formar a personas que después por suerte o por desgracia no realizan su actividad profesional en Galicia.
¿Qué medidas serían necesarias para retener todo el talento que se forma en nuestro país?
Las dificultades para atraer el talento son muy claras. En primer lugar tenemos que hablar del futuro incierto que hay desde el punto de vista sanitario y político ya que no tenemos una seguridad de que exista estabilidad en el país en los próximos años. En segundo lugar, el tipo de contrato que están ofreciendo a los profesionales más jóvenes no es tan atractivo como el que ofrecen otros países europeos. Y en tercer lugar tenemos que hablar de la calidad asistencial: en Europa el profesional sanitario es mucho más respetado y sus condiciones laborales le permiten continuar la formación, cosa que no siempre ocurre en nuestro ámbito.
¿Cuáles son los retos que tienen en el colegio y cuáles son las medidas de acciones que se están tomando para lograrlos?
Lo primero que intentamos es que los más jóvenes puedan incorporarse rápido al empleo. De hecho hace muy poco hemos inaugurado una ventana del empleo que permite orientar a los profesionales acerca de las posibilidades que sigue ofreciendo nuestro país.
En segundo lugar, estimular la formación continuada porque una de las cosas más necesarias es que los profesionales más jóvenes se formen y amplíen su formación. Si esa formación entre los colegios profesionales y la Universidad la podemos aportar, seguro que es un medio para que ellos se vean estimulados al llevarlo a cabo.
"Una de las cosas más necesarias es que los profesionales más jóvenes se formen y amplíen su formación"
Y en tercer lugar es muy importante estimularlos a que creen sus propias clínicas. En este momento tenemos un aumento de las clínicas multidentales o de las empresas que se dedican a ofertar odontología, y queremos fomentar la idea del odontólogo tradicional que es aquel que tiene su propia consulta, tiene una oferta terapéutica acorde al medio social donde vive, y sobre todo por la garantía de continuidad que esto ofrece. Hemos visto últimamente algunos escándalos de clínicas dentales que ha generado cierta desconfianza social. Y nosotros a los jóvenes les decimos que son los centros individuales o particulares los que garantizan esa permanencia de la asistencia en el tiempo.
En Coruña durante los últimos quince años hemos tenido algunos problemas con cadenas marquistas, con cadenas multidentales que sí han cerrado. Y aquí lo que ocurre es que no tenemos de momento sustitución, ya que el crecimiento de número de clínicas que era durante los últimos años paralelo se ha detenido en parte, por esa pérdida de profesionales que se han ido al extranjero.
No debemos olvidar que detrás de esto no hay solo razones clínicas, científicas o económicas, sino que también hay razones sociales, porque ha aparecido un nuevo profesional, que tiene una tendencia a permanecer menos tiempo en el mismo sitio y que posiblemente quiere buscar en el extranjero un nuevo camino, diferente al lugar donde reside.
¿Cómo afecta la introducción de las nuevas tecnologías a las clínicas dentales tanto a nivel de oportunidad como a nivel del coste económico que suponen? ¿Y cómo se afronta la formación necesaria para esta implantación?
En los últimos diez años el número de tratamientos que ofrece una clínica dental se ha triplicado prácticamente. Y el área donde más han crecido es implantología estética y ortodoncia actualmente. Lo que actualmente se conoce como armonización orofacial. Esto lleva incorporado un conjunto de nuevas tecnologías que nuestra profesión tiene solucionado gracias a los numerosos cursos que instituciones, no solo nuestro colegio, sino también las propias empresas, que garantizan un nivel de formación adecuado.
"La formación continua supone perder horas de consulta, disminuir los ingresos… pero a la larga supone estar al día"
Creo que Galicia tiene el pool de odontólogos mejor formados sin lugar a dudas de España. A ello contribuye la buena sintonía de la Universidad con los colegios profesionales, pero sobre todo porque nuestros profesionales están muy concienciados de que hay que formarse de manera continua.
Evidentemente esto supone perder horas de consulta, disminuir los ingresos… pero a la larga supone estar al día. La introducción de la inteligencia artificial ha modificada absolutamente nuestra profesión y actualmente solo un 10% de los tratamientos son los que hacíamos hace 25 años.
Como director del libro “SECIB 25 años: 1994-2019”, ¿Cómo se dibuja el futuro de la odontología?
No soy un falso optimista, pero creo que el futuro de la odontología es muy bueno siempre que respetemos la normativa ética y sobre todo los condicionantes sociales que imponen el lugar donde desarrollamos nuestro trabajo.
El único problema que le veo a la odontología gallega es la disminución de profesionales en el medio rural, con el peligro que tiene de asistencia a la gente que tiene menor acceso a estos servicios sanitarios. Pero por otra parte, hay una tendencia en las personas a cuidarse cada día más, y a tener una boca sana el mayor número de años.
Hace 30 años nos hacíamos tres o cuatro fotos a lo largo de la vida pero ahora, gracias a las redes sociales, nos estamos fotografiando tres o cuatro veces al día, lo cual aumenta la visibilidad de los defectos ante nosotros mismos, y hace que cuestiones estéticas que hace unos años no nos planteábamos, actualmente exigen que la población sea consciente de ellas y las traten dado que afectan a nuestra propia imágen.
¿Cuál es el perfil del paciente de las clínicas dentales en Galicia?
Hay que destacar el alto nivel de higiene oral que hay en Galicia, que se encuentra entre las comunidades autónomas donde la gente se cepilla más. Y otro punto importante es el cuidado que el gallego tiene con sus hijos, el tiempo que le dedica no sólo a inculcarle labores higiénicas sino para acompañarle al odontólogo, más de lo que nosotros pensamos. Esto puede ir unido al especial vínculo emocional que los gallegos tenemos con nuestros familiares, que seguimos llegando a nuestros hijos y nuestros mayores al médico como muestra de cariño.