Este martes ha comenzado en la Audiencia de Valladolid el juicio contra un dentista acusado de violación y agresión a una paciente de 18 años. En la vista, que tiene lugar en la Sección Cuarta de lo Penal, las acusaciones pública y particular solicitan de diez y doce años de cárcel así como la prohibición de aproximarse a la denunciante y a comunicar con ella durante doce años. También se pide la imposición de libertad vigilada por espacio de nueve años al cumplimiento de la condena privativa de libertad.
Los hechos ocurrieron en 2020 cuando el acusado, que entonces tenía 38 años recibió a la víctima en la consulta. La paciente llevaba años acudiendo junto con más familiares a la clínica por lo que indican que entre ambas partes existía una relación de confianza y un sentimiento de respeto. El día de los hechos, tras una revisión de las encías y la realización de una radiografía el dentista la acompañó a la salida y, según la demandante, la agarró por detrás tocando sus partes intimas e intentando besarla. Los escritos de acusación relatan que el facultativo la llevó a una encimera y tras bajarle los pantalones la violó en reiteradas ocasiones.
La acusación solicita pena de prisión, orden de alejamiento y libertad vigilada tras salir de la cárcel
Antes de marcharse de la consulta el dentista le dijo a la paciente: “Vuelve el día 11 y que esto no salga de aquí”. Tras varias visitas durante esa semana para tratar dolores en muelas del juicio, la joven volvió el día indicado. Al entrar en la consulta, el acusado que nuevamente se encontraba sólo, comenzó a tocarle los genitales. Ante los gritos de la victima el facultativo desistió de su propósito.
En un primer momento, la víctima no contó nada en su círculo familiar según la acusación por sentimientos de vergüenza y confusión y para evitar que su madre se enterara de los hechos acontecidos. Meses después la joven comenzó a tener ansiedad, problemas para conciliar el año, así como trastornos alimenticios que tuvo que tratar con medicación prescrita por un médico psiquiatra. En noviembre de ese año, la victima denunció los hechos ante la policía.