“Aprender educando” es la filosofía de una metodología de enseñanza por la que se aprende haciendo un servicio a la comunidad. Margarita Iniesta Albentosa, profesora asociada del Departamento de Especialidades Clínicas Odontológicas de la Facultad de Odontología de la UCM, donde llevan siete años aplicando esta fórmula, afirma a Dentalia que su objetivo es “formar ciudadanos comprometidos y conscientes de las necesidades de su entorno”.
“Es una forma de aprender fuera del aula al trabajar con necesidades reales de la comunidad con el fin de mejorarlas”, indica Iniesta. “En la Universidad cada vez somos más conscientes de que si queremos lograr ser una institución de calidad ésta no puede realizar su labor al margen de la sociedad en la que vivimos”, explica.
El proyecto se enfocó en personas con discapacidad intelectual por ser uno de los colectivos más necesitados de atención dental
Los inicios de esta iniciativa se remontan a unas Jornadas sobre ApS en la Universidad Complutense de Madrid celebradas en 2017 donde Iniesta vio claro su objetivo: “Aportar una dimensión de ciudadanía activa y de compromiso social al aprendizaje de los estudiantes”. De esa idea nació el proyecto de ApS “Aprender Educando” que se desarrolla en la Facultad de Odontología de la UCM desde el curso 2017-2018.
Desde el inicio, el proyecto se enfocó el servicio del programa a la comunidad de personas con discapacidad intelectual, por ser uno de los colectivos más necesitados de atención dental y de los que más precisan cuidados y enseñanza en las técnicas de higiene oral y de prevención de hábitos nocivos. “Las personas con discapacidad intelectual presentan unas características, anatómicas, fisiológicas, físicas y/o psíquicas que les hace más vulnerables a la patología bucal, sobre todo a caries y enfermedades periodontales”, apunta la docente.
“Aprender Educando” tiene como objetivos el servicio a la comunidad educar en materia de salud oral a este colectivo en riesgo de exclusión y motivar a la persona con discapacidad para favorecer una autonomía en sus hábitos de higiene oral. “Hay que tener en cuenta que, estas personas en función del grado de discapacidad, edad, cooperación y compromiso sistémico deberán requerir, en mayor o menor medida, el apoyo de otras personas para llevar a cabo tareas diarias, entre las que se encuentran las relacionadas con el aseo y cuidado personal. Nuestro objetivo es que ellas se responsabilicen también de su higiene oral, y entiendan cuán importante es llevar a cabo esta acción diariamente, aunque necesiten apoyo externo”, destaca Iniesta.
“Las personas con discapacidad intelectual presentan determinadas características que les hacen más vulnerables a la patología bucal, sobre todo a caries y enfermedades periodontales”
“Como todos los profesores que enseñamos en la Universidad, mi intención siempre ha sido que nuestros estudiantes lleguen a ser excelentes profesionales, pero con este proyecto también intento que integren su práctica profesional con el ejercicio de la responsabilidad social”, afirma Iniesta. “Esto se logra generando las condiciones que garanticen un aprendizaje ético orientado a optimizar lo que una persona puede aportar como individuo y como miembro de una comunidad”, añade.
Iniesta explica que por las características intrínsecas de esta metodología, el ApS es una experiencia educativa significativa que promueve la participación activa de los estudiantes en la sociedad, fomenta su desarrollo profesional, “ya que pueden planificar, diseñar y ejecutar planes de actuación para beneficiar a la comunidad”, y da sentido al currículo universitario, ya que les hace tomar conciencia de los contenidos de las materias y de cómo pueden aplicarlos para ser ciudadanos responsables.
El proyecto actualmente combina los conocimientos de higiene oral de los alumnos de Odontología con los de expertos de pedagogía adaptada a personas con discapacidad
El proyecto ha ido evolucionando a lo largo de estos años con una clara intención de mejora. “Comenzamos el primer año con un grupo de estudiantes voluntarios de la Facultad de Odontología, pero nos dimos cuenta que necesitábamos mejorar la parte de la enseñanza y comunicación con personas con otras capacidades". Por ello, se decidió darle al proyecto un aspecto interprofesional, combinando los conocimientos de higiene oral del alumnado de la facultad, con la experiencia de pedagogía adaptada a personas con discapacidad de los alumnos con los que se colaboró del Centro Superior de Estudios Universitarios La Salle, o en la actualidad de la Facultad de Educación de la UCM. “En ese momento el proyecto comenzó a crecer”, destaca Iniesta.
El ApS está en expansión, y muchas Universidades están adoptando esta metodología como parte integral de su enfoque pedagógico tal y como confiesa la doctora. “La colaboración entre países y redes internacionales puede fortalecer esta herramienta en el futuro mediante el intercambio de buenas prácticas. Tampoco hay que olvidar que la tecnología puede desempeñar un papel crucial en la evolución del ApS, y que la colaboración entre diferentes profesiones enriquece la experiencia de los estudiantes y amplia su percepción del mundo”, concluye.