Según los datos del Libro Blanco 2023 de Salud Bucodental en España, el 86% de la muestra afirma cepillarse los dientes, al menos, dos veces al día, una frecuencia de cepillado que ha aumentado respecto a 2019 cuando afirmaban hacerlo el 79% de los encuestados. Esta encuesta también refleja un aumento del 9% en el número de personas que usan colutorios, alcanzando el 65% de la muestra quienes afirman recurrir a enjuagues bucales.
En Dentalia nos hemos preguntado cuáles son los principales fallos en la rutina de higiene bucodental de los españoles. Leonor Martín-Pero Muñoz, higienista dental y vicepresidenta del Colegio profesional de higienistas dentales de Madrid, afirma que “dentro de una rutina de higiene bucodental es obligatorio el cepillado de dientes. Y donde siempre se suele fallar es en la frecuencia: debemos hacerlo tres veces, y vemos que la mayoría de las personas solo lo hacen dos, por la mañana y noche”.
“El gran error en la limpieza bucal es el cumplimiento de los tiempos: el cepillado debe durar al menos dos minutos”
Pero sobre todo, advierte la higienista, el gran error en la limpieza bucal es el cumplimiento de los tiempos. “En la gran mayoría de la población, la media de duración del cepillado, sabemos por estudios, suele ser unos 45 segundos. Y tendría que ser de un mínimo de dos minutos. En menos de ese tiempono es posible alcanzar todos los rincones y todos los espacios de la boca”, advierte.
Además de la duración también la forma en la que nos cepillamos la boca, es otro de los fallos que se cometen. “La gente no se cepilla de manera uniforme la boca. Cepillamos mucho mejor aquellos dientes que nos resultan de fácil acceso, sobre todo las piezas delanteras y por fuera; pero a las zonas interiores, la cara palatina, como es más difícil alcanzar su cepillado, les dedicamos menos tiempo”, indica Martín-Pero.
Uno de los retos de la limpieza bucodental es evitar la creación de sarro, que precisamente suele acumularse, apunta la experta en las zonas a las que no solemos llegar en el cepillado. “Esta forma de lavarnos los dientes favorece que nuestra placa dental se calcifique y se forme este popular llamado sarro o cálculo dental. Que no es más que la placa dental, en la que se depositan calcios, fosfatos formando lo que conocemos como sarro. Corregir estos errores en la forma y duración del cepillado, nos puede llevar a la posibilidad de acumular menos cantidad de sarro”, señala la higienista.
“Si la higiene oral es correcta la formación de este sarro debe estar controlada”
Existe una creencia que dice que hay personas que tienen más facilidad para hacer sarro, a la que según Martín-Pero, “no le falta parte de razón”. Explica que esto se debe a que hay salivas que son más alcalinas, que tienen más sales cálcicas. “Lo cual no implica que si tu higiene oral es correcta la formación de este sarro va a estar controlada”, advierte.
“Sabemos que todas las personas no disponen de las mismas habilidades manuales, como puede ser el caso de personas con enfermedades degenerativas, artrosis o pacientes con detenidos cognitivos que necesitan un mayor apoyo a nivel de higiene en la consulta. Por eso la frecuencia de las limpiezas profesionales debe ajustarse al perfil de cada paciente y a la calidad de la higiene dental de la persona en su día a día”, explica la experta.
“A los colutorios no podemos darles la responsabilidad de que hagan una higiene oral total”
“Los colutorios normalmente son dispensadores de agentes químicos que nos ayudan a complementar nuestra higiene oral de una manera muy correcta”, afirma Martín-Pero quien destaca que aún así “no podemos darles la responsabilidad de que hagan esa higiene oral total. Siempre el arrastre mecánico es imprescindible para la base del biofilm oral y la eliminación de los restos de alimentos mediante el cepillado y la limpieza interdental”.
Los expertos indican que el uso de colutorios debe usarse de manera complementaria y establecerse de forma individualizada. La higienista dental indica que “todas las personas no tienen las mismas necesidades. En función de cada edad el agente químico que necesitamos puede ser diferente. Por ejemplo en la población infantil es mejor que tenga un agente químico remineralizante como es el flúor y en la población adulta que a lo mejor ya empieza a tener más posibilidades de tener patologías asociadas con los tejidos blandos, las encías, como puede ser gingivitis o periodontitis les puede venir mejor un agente químico para controlar esa inflamación que puede ser pues un colutorio con CPC”, apunta.
“Ahora hay evidencia científica de que para dejar actuar al agente químico que lleva la pasta de dientes es beneficioso”
Tradicionalmente los profesionales aconsejaban enjuagarse con agua después del cepillado de dientes, algo que ahora ha cambiado: “Es cierto que la literatura desde hace unos años nos está diciendo que hay evidencia científica de los beneficios de dejar actuar al agente químico que lleva la pasta de dientes, agentes con propiedades terapéuticas, que si los dejamos en la boca conseguimos que tengan una mayor acción que si se realizamos un enjuague posterior al cepillado”, afirma Martín-Pero.
“La recomendación actual que estamos haciendo los profesionales dentales, entre ellos los higienistas, es que no hagamos ese enjuague tras el uso de la pasta dental. Pero claro, esto tiene que ir acompañado con que la cantidad de pasta de dientes usada sea poca cantidad. Si se emplea mucha cantidad de pasta, se genera mucha espuma, debido a que la gran mayoría llevan elementos que generan mucha espuma”. La higienista añade que “utilizar poca cantidad de pasta hace que sigas beneficiándote de esos agentes terapéuticos que tiene tu pasta dental y que no tengas esa necesidad de posterior para tener que quitarte tanta cantidad de espuma”. Por lo que la higienista concluye: “La recomendación actual es utilizar poca cantidad de pasta y no hacer ese enjuague posterior para dejar que actúe el agente terapéutico que lleva la pasta de dientes”.