Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en España hay actualmente 40.968 dentistas colegiados de los cuales el 58% son mujeres. La presencia masculina en la Odontología era mayoritaria hasta el año 2012 cuando el número de mujeres colegiadas superó al de los hombres tal y como se puede observar en el siguiente gráfico del INE.
Hasta llegar al ejercicio profesional, las mujeres son mayoría también en las aulas del grado de Odontología. Algo que no se hace extensivo en las cátedras en universidades o equipos de investigación. Un caso excepcional es el grupo de investigación de Raquel Osorio, profesora de la Universidad de Granada e investigadora que afirma que “en nuestro grupo de investigación somos mayoritariamente mujeres, lo que no es frecuente”. Osorio confiesa que en su caso personal no ha tenido ningún tipo de discriminación u obstáculo por el hecho concreto de ser mujer, pero advierte “quizás no sea una muestra representativa”. En su trabajo apunta “una de las ventajas con la que hemos contado ha sido el formar parte de un equipo consolidado durante los años en los que hemos podido tener más dificultad para nuestra dedicación”.
“Sólo un 35% de los proyectos estatales y europeos tienen a mujeres como investigador principal”
No obstante Osorio señala dificultades que existen en otras situaciones. “En la actualidad para poder mantenerte en el sistema necesitas liderar Proyectos de investigación financiados en convocatorias competitivas y es un hecho fácil de constatar que sólo alrededor de un 35% de los proyectos estatales y europeos concedidos tienen a mujeres como investigador principal, y esta estadística empeora en proyectos en los que participan empresas privadas. Son realidades difíciles de asumir pero que debiéramos analizar. No tengo claro que exista una igualdad real de oportunidades, y existe una brecha que es mayor en el desempeño de puestos superiores y de dirección. Conocer los factores que provocan esta desigualdad, no es fácil. Razones como los distintos roles sociales o la diferente motivación en las mujeres que hace que seamos menos ambiciosas o emprendedoras… no me quedan del todo claras. La realidad es que la igualdad de oportunidades en este ámbito no está conseguida”, asevera la investigadora.
“Cada vez tenemos más mujeres profesoras y en los cargos de gestión, lógicamente porque hay una política de fomentar la igualdad de la mujer”
Entre las mujeres que destacan en el ámbito universitario se encuentra Vanessa Paredes, vicedecana de Odontología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universitat de València. Sostiene que en las aulas “el perfil del estudiantadoen Odontología tradicionalmente ha contado con más mujeres que hombres, y esta tendencia continúa. En los últimos años el número de mujeres que estudian odontología es muchísimo más alto que el de varones. Eso es una realidad que ya existía en mi época pero ahora se está poniendo más en evidencia”, afirma Paredes.
Entre los catedráticos apunta que el cambio se produce “poco a poco”. Paredes afirma que “cada vez tenemos más mujeres profesoras y en los cargos de gestión, lógicamente porque hay una política de fomentar la igualdad de la mujer. En mi caso, he trabajado mucho desde que me gradué y no he notado ninguna dificultad para ascender por ser mujer. Considero que hay que trabajar mucho cuando se tienen ilusiones”, indica.
EL PREMIO NACIONAL SECIB OTORGADO POR PRIMERA VEZ A UNA MUJER
Este año la Sociedad Española de Cirugía Bucal (SECIB) ha concedido por primera veza una mujer su Premio Nacional. Este reconocimiento que premia la trayectoria profesional y científica de un Odontólogo o Estomatólogo, en el ámbito de la Cirugía Bucal o bien a una Institución nacional y/o Internacional de especial relevancia en el ámbito de la Cirugía Bucal ha sido otorgado a la investigadora Mª Ángeles Sánchez Garcés.
En declaraciones a Dentalia, la Dr. Sánchez se muestra agradecida por este reconocimiento y quiere “hacerlo extensivo a las mujeres de la SECIB pioneras en esta disciplina, animando a las futuras cirujanas bucales a seguir progresando hacia la excelencia”. Sánchez reconoce que “cada vez hay más y más mujeres implicadas, debe tenerse en cuenta que en la odontología y en general en todos los campos de las ciencias de la salud, las mujeres somos mayoría y, en consecuencia, van surgiendo muchas más vocaciones investigadoras. Además, el concepto de odontología basada en la evidencia ha calado en nuestros estudiantes, mujeres y hombres”. Recuerda que desde hace tiempo la enseñanza de esta disciplina en España tiene un alto nivel y las mujeres que la imparten se convierten también en mentoras, en referentes y lideran equipos.
“Actualmente, en las universidades catalanas solo 1 de cada 4 catedráticos son mujeres”
“El reto siempre es el mismo”, apunta la doctora. “No son las ideas para generar proyectos relevantes que reviertan en un beneficio para la población, esto no nos falta ni a las mujeres ni a los hombres con vocación investigadora, el reto está en conseguir los fondos económicos necesarios y en conseguir el tiempo necesario y las colaboraciones necesarias para ejecutarlos. Llegados a este punto, no sé lo que requiere más esfuerzo y energía”, añade.
La investigadora afirma que “las entidades al cargo de la distribución de los fondos económicos, solo valoran el interés del proyecto y que el equipo que lo propone sea capaz de llevarlo a cabo”, y no cree “que esté en función del género, si no de la capacidad de haber construido el curriculum vitae suficiente para que seas fiable, y las mujeres, por supuesto, también podemos conseguirlo y no nos enfrentamos a un reto especial".
Sánchez explica que existen suficientes datos que hacen evidente que los altos cargos en empresas o en la universidad están ocupadas en su mayoría por hombres: “Actualmente, en las universidades catalanas solo 1 de cada 4 catedráticos son mujeres según el Departamento de Investigación y Universidades de la Generalitat de Catalunya. Existen unas complicidades entre hombres difíciles de cambiar. Pero no ascender hacia puestos de responsabilidad tiene también otros motivos desde mi punto de vista. Existe una innegable realidad por el hecho de ser mujer, la maternidad, la organización y el cuidado del bienestar familiarnos lo auto-atribuimos. El reparto de cargas familiares, aunque en teoría y por convencimiento sea posible, a la práctica nos puede el instinto protector y esto se convierte en un freno natural en muchos casos, lo que queda demostrado por los datos, ya que hasta el nivel académico de doctorado existe aproximadamente una paridad, pero en la trayectoria científica postdoctoral es donde se inicia el descenso. A pesar de todo, los indicadores van mejorando”, concluye.