Hacer perder el miedo a ir al dentista a través de consejos “mágicos” de una odontólogo que primero fue paciente, es el objetivo del nuevo libro de la odontopediatra y ortodoncista, la Dra. Carla Carolina, titulado “Una sonrisa para toda la vida”. A través de historias personales y de sus pacientes, nos ofrece una guía para conocer nuestra boca, lo que pasa en ella y las enfermedades amenazan nuestra salud bucodental, llena de ejemplos prácticos destinados sobre todo a padres que pueden conocer todo lo que puede ocurrir en nuestra boca durante cada etapa de la vida de una persona.
¿Cuándo surge la idea de escribir este libro basado en las historias vividas en tu consulta?
Allá por el año 2015, apunté en mi diario donde suelo anotar mis metas que quería escribir un libro para adultos, un libro para padres. Ya tenía un libro infantil, un cuento diseñado para motivar a los niños al cepillado, pero quería escribir un libro sobre la salud oral en general con el que poder llegar a la población adulta. Con esa idea en la cabeza, un domingo me escribió mi editor animándome a escribirlo. Para elegir el formato del libro pensé en cómo yo enseño a mis pacientes en la clínica con los casos de otros pacientes. A los seres humanos nos encantan las historias, y podemos aprender más a través de una historia bien contada, bien narrada, divertida o traumática, que con simple teoría. Pensé que sería interesante exponer los conocimientos de salud bucodental a través de micro historias de curación, sanación o de superación, y así hacer el libro más divertido.
A través de una de esas historias, por ejemplo, descubrimos como la salud bucodental puede afectar al embarazo…
Son temas muy interesantes y de los que lamentablemente no hay mucha información. Incluso a veces hasta profesionales sanitarios como matronas, ginecólogos, que están todo el día en contacto con esta población, como las mujeres embarazadas, tampoco lo saben. Me pareció interesante divulgar a través de historias reales de mi clínica. Cuando intentas divulgar en redes sociales tienes limitación por los caracteres o el tiempo, y el libro me ha permitido organizar mejor las ideas y hacerlo cronológicamente.
A veces llegan pacientes a los que el pediatra les mandó destetar porque el niño tenía una mancha en un diente y a lo mejor la mancha en ese diente no tiene nada que ver con la lactancia. Actualmente sabemos que la lactancia materna promueve la correcta respiración, la correcta deglución y generalmente esto hace que estos pacientes tengan menos probabilidad de tener apiñamiento dental o necesitar ortodoncia. Y sólo con saber eso, una familia se puede estar ahorrando cuatro mil euros en un futuro tratamiento de ortodoncia.
En el embarazo, precisamente, es donde empiezas el recorrido por las etapas de la vida de una persona capítulo a capítulo ¿Qué nos vas descubriendo en ellos?
Efectivamente, el libro recorre todas las etapas de la vida de una persona, desde que estás embarazada, cuando tienes el bebé… hasta que tienes, a lo mejor, a una persona mayor en tu casa. Cada etapa tiene sus peculiaridades y nos tenemos de cuidar de una forma diferente. Por ejemplo, una mujer con más de cincuenta años, con la menopausia, no vive el mismo momento que una adolescente. Son etapas totalmente distintas.
Lo más difícil en el proceso de escribir el libro fue traducir al idioma de los pacientes toda la información científica que quiero transmitir en “Una sonrisa para toda la vida”.
¿Podríamos decir que el libro es una guía para padres que también ayuda a identificar síntomas de muchas enfermedades bucodentales?
Creo que todas las enfermedades se pueden detectar en el momento en el que están empezando. A veces normalizamos, lo que no es normal, como que una encía sangre cada vez que nos cepillamos. Y no es normal que una encía te sangre. No es normal que te duela el cepillarte. Son pequeño detalles. En el capítulo de la periodontitis, por ejemplo, hago una pequeña encuesta, como en las revistas, y si marcas “sí”, en una o dos de esos ítems, sería momento de visitar al odontólogo.
También intento transmitir la importancia que tiene visitar anualmente o cada seis meses la consulta dental. Porque podemos ver cosas en los pacientes que ni siquiera han dado síntomas.
Otro de los capítulos está dedicado al miedo a ir al dentista ¿cómo se pierde ese miedo?
Hoy en día tenemos muchas herramientas para investigar: redes sociales, páginas web, reseñas… Con todos estos recursos podemos conocer a los profesionales para elegir desde un dentista a un ginecólogo. No existe un dentista mejor que otro, sino el ideal para ti. Por eso en el libro dedico un capítulo a elegir al dentista y la clínica ideal para cada persona.
Además la odontología ha avanzado mucho en los últimos años, aunque las consultas del pasado estén todavía en la mentalidad colectiva. Actualmente hay clínicas adaptadas para pacientes con ansiedad, cada día se trabaja más la atención al paciente… Y no tienes que conformarte el primer sitio que visitas. Puedes pedir presupuesto y si no te ha gustado buscar otra opción. No hay que hacerse los tratamientos en un sitio en el que no confías o donde no te sientes cómodo.
¿Cómo recuerdas tu primer dentista?
Mi primer dentista lo recuerdo con terror. Soy demasiado nerviosa con todo el tema médico y nunca he querido ir al médico. El recuerdo que tengo de mi primer dentista es horrible, sentía mareos ¡aunque no me hiciera nada! Pero hace años el acto de ir al dentista era como una imposición de tus padres que te hacía tenerle más respeto. Hoy en día, hay nuevos modos de crianza en el que los niños expresan lo que sienten, lo que quieren, lo que les gusta… Y eso también nos facilita a nosotros como profesionales satisfacer todas esas necesidades. Porque el niño es capaz de pedirla y tiene derecho a hacerlo.
La odontología y la tecnología en este campo avanzan muy rápidamente, con tratamientos mucho más cómodos, cirugías menos invasivas. ¿Cómo os obliga esto a los dentistas a estar en continua formación?
Los odontólogos tenemos que estar estudiando casi semanalmente. Tenemos que actualizarnos porque como la odontología en base a la tecnología va avanzando muy rápido, los tratamientos se van quedando obsoletos. Pero la buena noticia es que la odontología va a ser a hacer menos invasiva y los pacientes van a necesitar menos tratamientos. Pero necesitamos más educación. Y también ese es el motivo del libro. Nosotros, los dentistas tenemos que ayudar a curar: no necesariamente tenemos que taladrar una muela, hacer un empaste… Necesitamos enseñar a los pacientes a cuidarse en casa. Porque no se cura la caries dental taladrando una muela, no se cura la caries dental con un empaste… Se cura con hábitos alimenticios saludables, con cuidados en casa, usando productos adecuados, con una técnica adecuada. La vida moderna, las prisas hacen que las consultas duren mucho menos de lo que deberían durar para poder enseñar al paciente y no sólo tratarlo.
Los productos para cuidar de nuestra salud bucodental, una pasta y un cepillo, son artículos económicos y accesibles hoy en día. Los tratamientos en odontología, se pagan con el descuido. En mi trabajo con niños lo que intento es que tomen conciencia para que sean adultos sanos.