Desde hace muchos años, el uso de delantales de plomo para la realización de radiografías es común en la consulta dental, con el objetivo de proteger a los pacientes de la posibilidad de exposición a la radiación en otras partes del cuerpo además de la mandíbula. Pero los avances en los equipos han hecho que gracias a la radiografía digital, la cantidad de radiación externa dispersada represente poca o ninguna amenaza para los pacientes según la Academia Estadounidense de Radiología Oral y Maxilofacial (AAOMR).
Este nuevo paradigma hace que ya no sea necesario el uso rutinario de delantales de plomo y protectores tiroideos para las radiografías dentales. "Existe amplia evidencia en la literatura científica que muestra que el delantal y el collarín tiroideo no brindan ningún beneficio adicional", apunta Aruna Ramesh, profesor de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Tufts (TUSDM) quién también es especialista en radiología dental y coautor de un artículo que describe las nuevas recomendaciones de la AAOMR, publicado en Journal of the American Dental Association (JADA).
La exposición insignificante a la radiación que recibe un paciente dental en áreas alejadas de la cabeza se debe a la “dispersión interna”, en la que una pequeña cantidad de radiación que ingresa a través de la cabeza y el cuello, el área objetivo de la máquina de rayos X, rebota en otras áreas del cuerpo, explica Ramesh. "La dispersión interna que deja al descubierto los órganos debajo de la mandíbula no se puede prevenir con un delantal. Es posible que un delantal o un collar interfieran con la obtención de una imagen clara de la mandíbula, por lo que será necesario intentarlo una segunda vez, duplicando la dosis total”, reconoce Ramesh.
“Se recibe la misma dosis de radiación con el delantal plomado que sin él: es una dosis extremadamente baja”
“Preservar la calidad de las imágenes es la mejor manera que tenemos de proteger a nuestros pacientes”, afirma Hugo Campos, profesor asociado y director de radiología oral y maxilofacial de TUSDM. Campos reconocer que estos cambios tardarán en hacerse visible en las consultas dentales debido a que es necesario un cambio de regulación que a menudo se dilata en el tiempo por lo que apunta “lo más probable es que los equipos dentales continúen usando delantales y protectores”.
“El delantal plomado juega un papel muy importante en la psicología de nuestros pacientes”, afirma Campos. “Sienten que los estás protegiendo”, sin darse cuenta de que las técnicas y la tecnología de radiografía actuales brindan salvaguardias adecuadas. Las personas embarazadas y los padres de pacientes pediátricos tienden a mostrar especial preocupación por una posible exposición a la radiación. En ambos casos, dice Campos, “se recibe la misma dosis con el escudo que sin el escudo, y es una dosis extremadamente baja”.
Según los datos publicados en el artículo de JADA, la dosis de exposición a la radiación de los rayos X dentales de un feto en desarrollo tendría que ser entre 10.000 y 30.000 veces mayor para correr el riesgo de causar afecciones como microcefalia, retraso del crecimiento o discapacidad intelectual. “Sin embargo, sabemos que algunas pacientes embarazadas se sentirán más cómodas y protegidas cuando tengan el delantal de plomo”, concluye Campos.