En la recta final de la campaña de las Elecciones Europeas de 2024, los dentistas españoles han dado a conocer un “Manifiesto por la Salud Bucodental” que traslada a los candidatos a eurodiputados de nuestro país las principales deficiencias y retos en materia de salud oral. La odontología en España vive una situación particular comparada con otros países de Europa: España tiene una media de dentistas (87) por cada 100.000 habitantes superior a la de la UE (76), y en los últimos 4 años, solamente se ha colegiado el 40% de los egresados, lo que supone que un número considerable de profesionales optan por ejercer en otro país de la UE.
El texto recuerda que la Organización Mundial de la Salud adoptó en el año 2021 una resolución que establece la inclusión de la salud bucodental en la agenda de las enfermedades no transmisibles (ENT) y en los programas de cobertura sanitaria universal. Destaca también la magnitud a nivel mundial de las enfermedades bucodentales: la caries dental no tratada sigue siendo la ENT más común en el mundo; afectan al 50,1% de la población adulta europea; una mala salud oral es la causa de cinco tipos de cáncer; y está directamente relacionada con 23 enfermedades sistémicas.
“En España, la cantidad destinada a salud bucodental en los Presupuestos Generales del Estado es de sólo 70 millones de euros, de un total de 92.000 millones para asistencia sanitaria”
Ante esta situación, los dentistas señalan que “el mandato 2024-2029 del Parlamento Europeo supone una oportunidad para que todos sus ciudadanos en España alcancen una óptima salud bucodental”. Las medidas urgentes que este manifiesto solicita a Bruselas se articulan en cuatro ámbitos: inversión en salud oral, impacto en salud pública, educación y movilidad.
El manifiesto se centra en la inversión en salud bucodental indicando que en Europa, el gasto en servicios odontológicos representa una media del 5.1% del gasto sanitario total, una cifra inferior a la inversión en productos farmacéuticos y sanitarios. El papel de la UE en cuestiones presupuestarias es muy importante al emitir recomendaciones que pueden favorecer la inversión pública, por ejemplo, en salud bucodental.
“En nuestro país, la cantidad destinada a salud bucodental en los Presupuestos Generales del Estado es de sólo 70 millones de euros, de un total de 92.000 millones para asistencia sanitaria”, señalan los dentistas. Recuerdan que la dotación presupuestaria en el Plan de Ampliación de la Cartera Común de Servicios de Atención Bucodental de 40 millones de euros para Atención Primaria es “claramente insuficiente para poder cumplir con los objetivos marcados”. Desde el Consejo General de Dentistas se apunta que: “Mientras que en Europa el gasto público en servicios odontológicos es del 31%, en España es tan solo del 2%. Es decir, de media en la UE, por cada 100 euros que el paciente gasta en salud dental, el sector público le financia 31 euros”.
“Las estrategias de prevención y promoción sanitaria están claramente avaladas por la evidencia científica como métodos coste-efectivos”
El texto recuerda que la inversión en salud bucodental contribuye a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios y debe formar parte de una estrategia de prevención y promoción de la salud, para favorecer un envejecimiento saludable y reducir las desigualdades sociales.
En el ámbito de la prevención, resaltan las importantes repercusiones en la salud, la economía y la sociedad de las enfermedades no transmisibles (ENT) y que “afectan especialmente a Europa”. El papel de los dentistas es clave en la detección precoz de diversas enfermedades, por lo que reclaman su integración en los servicios de salud pública. “Las estrategias de prevención y promoción sanitaria están claramente avaladas por la evidencia científica como métodos coste-efectivos para reducir el impacto de las patologías bucodentales”, sostienen en el manifiesto.
“Asegurar que la enseñanza garantice un mínimo de formación teórica y práctica común a todos los países, es fundamental para la seguridad del paciente”
El texto también aboga por establecer mecanismos de seguridad para los pacientes. Bajo la premisa de que la globalización ha supuesto una creciente movilidad de los profesionales sanitarios por Europa, con competencias y cualificaciones obtenidas fuera de la Unión Europea. Alertan de que la práctica clínica ocasional de la actividad odontológica, realizada por profesionales que no están registrados en España y cuya actividad no puede ser controlada, conlleva mayores riesgos para la salud de los pacientes. En esta línea, reclaman “establecer una legislación y unos mecanismos que faciliten y hagan más transparente el proceso de reconocimiento de estas cualificaciones que, en el caso de los extracomunitarios, debe cumplir los requisitos europeos de la Directiva 2005/36/CE”. Añaden que urge la creación de directrices sobre los conceptos de servicio transfronterizo temporal y ocasional, similares a las que ya existen con EURHECA (Autoridades Competentes Europeas de Profesionales de la Salud).
Otro de los ámbitos que preocupan a los dentistas es la formación. La Directiva 2005/36/CE establece los requisitos mínimos comunes de formación odontológica que permitirán el ejercicio profesional en cualquier país de la UE. Reclaman que “es urgente revisar esta directiva para actualizar el modelo educativo en el espacio europeo”. Recuerdan que en el Mercado Común Europeo, hay que asegurar que la enseñanza garantice un mínimo de formación teórica y práctica, tanto preclínica como clínica, “como elemento fundamental para la seguridad del paciente, y que sea común a todos los países”.
Además, recalcan que se debe garantizar la uniformidad en toda Europa, unificando los parámetros de calidad a través de las agencias europeas de cualificación educativa. En este punto el Consejo de Dentistas recuerda que España es el único país de la Unión Europea que no tiene reconocidas las especialidades odontológicas, lo que supone un “agravio comparativo” y que apuntan “debe resolverse a la mayor brevedad”, concluyen.