Los dientes de leche pueden ayudar a avanzar en la investigación de la elaboración de terapias para luchar contra enfermedades raras. Desde hace seis años un equipo dirigido por Salvador Martínez en el Instituto de Neurociencias de Alicante (IN), centro conjunto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), en colaboración con el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), ha llevado a cabo un estudio pionero a nivel internacional en el que se han conseguido obtener neuronas funcionales a partir de células de la pulpa dental o dientes de leche.
El estudio ha logrado demostrar que los dientes de leche son una fuente altamente valiosa de información para el tratamiento de enfermedades raras. El científico Salvador Martínez explica, en declaraciones a Dentalia que “el estudio se origina por la necesidad de encontrar buenos modelos celulares de neuronas humanas para conocer en profundidad cuáles son los procesos que subyacen a las enfermedades poco frecuentes que están asociadas a una mutación genética y que afectan al sistema nervioso”.
El diente de leche permite extraer fácilmente células que pueden convertirse en neuronas de los niños que tienen una enfermedad rara
“Me puse en contacto con compañeros dentistas y odontólogos y les propuse que buscáramos en dientes adultos o en dientes de leche, las células de la pulpa para estudiar si había células madre de cresta neural en esos dientes de leche o en los ligamentos periodontales de personas adultas”, explica el Dr. Martinez.
Las células de la cresta neural craneal contribuyen a generar la mayor parte de las estructuras del esqueleto cráneo facial como los huesos de la cara, pulpa dental, ligamento periodontal, dientes, tejido nervioso periférico y melanocitos. Con la premisa de que en las investigaciones en muchas ocasiones los modelos animales no son apropiados para estudiar las patologías que ocurren a las personas con enfermedades raras, la investigación apuntó a la búsqueda de células en el ligamento periodontal y de la pulpa dental.
“Durante la investigación nos llevamos la sorpresa de que sí había células que somos capaces de cultivar a partir de la pulpa dental de los dientes de leche que tiene las propiedades de células madre de cresta neural y que al aplicarles medios de diferenciación neuronal se convierten en neuronas humanas y funcionales como las del sistema nervioso periférico”, afirma el experto.
“Una vez que observamos que las neuronas in vitro enferman, el siguiente paso es intentar ver cómo las podríamos curar”
Esta era la demostración de que se podían obtener modelos celulares de neuronas humanas en personas con enfermedades raras afectas de una mutación, apunta Martinez, “porque las células que extraíamos tenían la misma mutación que tiene el individuo, y desarrollarían los mecanismos alterados en las enfermedades y en esas neuronas”.
Ahora mismo el equipo de Salvador Martinez trabaja a partir de ese modelo de células y de neuronas humanas procedentes de personas con enfermedades raras, en este caso de niños, gracias a los dientes de leche que se caen. Martinez reconoce que “la única dificultad que nos encontramos en este proceso es que los dientes tienen que estar frescos” por lo que deben ser conservados en las horas posteriores a su avulsión siguiendo los procedimientos que se indican a los progenitores.
Hasta el momento se ha trabajado en niños con autismo, síndrome de Rett, adrenoleucoditrofia y otras leucodistrofias
“Una vez que podemos ver que las neuronas in vitro enferman, el siguiente paso es intentar ver cómo las podemos curar usando procesos que pueden llegar a generar terapias en el futuro y que puedan ayudar a que las neuronas funcionen mejor”, apunta Martinez. Y aunque reconoce que “no podremos llegar a curar la enfermedad” ya que eso supondría hacer terapia génica, “sí que podemos tratar la enfermedad y hacer que a través de los mecanismos que consigamos que la afección por la enfermedad sea menor”, vaticina.
Hasta el momento se ha trabajado en niños con autismo, síndrome de Rett, adrenoleucoditrofia y otras leucodistrofias. En el caso por ejemplo de la leucodistrofia, explica Martinez: “Estamos observando que hay diversos tratamientos que producen una mejoría ya que en esta enfermedad lo que ocurre es que se acumulan fosfolípidos y vemos que podemos reducir esa acumulación con distintos tratamientos en nuestros modelos celulares”.
“Podemos derivar células de más del 80% de los dientes que recibimos”
Actualmente, a través de una colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) se va a intentar llegar hasta pacientes con estas patologías para que puedan ayudar a la investigación “haciéndonos llegar los dientes de leche que se caigan a los niños diagnosticadoscon estas mutaciones”, apunta Martinez. “Actualmente podemos derivar células de más del 80% de los dientes que recibimos”, añade.
El estudio persigue la creación de un banco de células de dientes de leche con enfermedades raras para facilitar la adquisición de muestras a los investigadores interesados en avanzar en terapias personalizadas para niños con enfermedades raras relacionadas con el sistema nervioso, como pueden ser el autismo, las leucodistrofias o el síndrome de Rett.
Martinez señala que “nuestro talón de Aquiles actualmente es que debemos tener un número significativo de dientes afectados por la misma enfermedad, con la misma mutación para poder ver que en todas las neuronas derivadas de ellos, las terapias benefician la función de estas neuronas. Lo que nos podría llevar a concluir que todos los niños afectados por una determinada enfermedad se beneficiarán de un mismo tratamiento”.