Este año el Premio Dentista del Año que otorga el Consejo General de Dentistas, ha sido otorgado al presidente de la Sociedad Española de Cirugía Bucal (SECIB), Daniel Torres, en reconocimiento a la “extraordinaria labor” realizada al frente de la Comisión de Especialidades y a su actividad sobresaliente en investigación y formación en Odontología.
Reconoce la organización colegial que “aunque conseguir el reconocimiento de las especialidades odontológicas es una tarea ardua y costosa, el Dr. Torres ha sabido aunar las diferentes sensibilidades existentes en esta materia tan compleja, dándole un gran impulso para que sean una realidad lo antes posible”. Dentalia ha entrevistado al Dr. Torres, días después de recibir uno de los reconocimientos más importantes de la odontología en nuestro país.
Enhorabuena por este premio ¿Qué supone para usted este reconocimiento?
Me siento muy agradecido y orgulloso de haber obtenido este reconocimiento por parte de mi profesión. En verdad, solo he hecho y seguiré haciendo lo que creo que debo hacer por la Odontología, pero siempre es gratificante y reconfortante que reconozcan ese trabajo.
Una de las labores que reconoce este premio es su labor en la Comisión de Especialidades ¿Cómo recuerda todo el proceso desde las primeras reuniones para hablar de este importante asunto hasta hoy día?
Realmente han sido unas reuniones con un ambiente muy constructivo y positivo. Todos estamos de acuerdo en que, después de cuarenta años, ya es el momento de que las autoridades públicas den este paso y, para ello, el Real Decreto 589/2022, de 19 de julio, que regula el procedimiento y criterios para la propuesta de un nuevo título de especialista en Ciencias de la Salud, marca el camino.
“Todos estamos de acuerdo en que, después de cuarenta años, ya es el momento de que las autoridades públicas den este paso de crear las especialidades”
Las reuniones siempre se han organizado alrededor de cómo dar cumplimiento a los distintos criterios que pide el citado real decreto y cómo buscar la mejor solución por parte de cada Sociedad Científica, contando tanto con la Conferencia de Decanos -para avalar la organización de los temarios y asegurar que estuvieran coordinados con los estudios oficiales ya existentes en la Odontología- como con el Consejo General de Dentistas -para asegurar que las especialidades siempre se desarrollaran para sumar y hacer que la odontología como profesión creciera, protegiendo el papel crucial y clave de la odontología general-.
¿Cómo está el proceso actualmente y cuáles esperan que sea los siguientes pasos?
Ahora mismo tenemos consensuado y muy avanzado el enfoque de las distintas memorias, así como los documentos definitivos. Esto es un hito de todo el grupo de trabajo.
A partir de ahora, cada sociedad científica debe finalizar sus respectivas memorias y esperar que lleguen los apoyos de las distintas comunidades autónomas, que ya se están recibiendo. Quiero agradecer desde aquí al Dr. Óscar Castro la implicación y esfuerzo que ha realizado para trasladar nuestras pretensiones a todas las consejerías de Salud del país.
Una vez que tengamos esos apoyos, posiblemente a vuelta de verano, podremos entregar en el Ministerio de Sanidad las memorias de petición de creación de las especialidades en Odontología y a partir de ahí esperemos que el Ministerio sea ágil y podamos cerrar el año con la autorización para la creación de estas.
“Ahora, cada sociedad científica debe finalizar sus respectivas memorias y esperar que lleguen los apoyos de las distintas comunidades autónomas, que ya se están recibiendo”
Luego serán las comisiones nacionales de cada especialidad las que tendrán que liderar y acreditar los centros, los docentes, los programas, etc. y, poco a poco, hacer que las especialidades en Odontología sean una realidad.
Este proceso puede llevar tiempo y, fácilmente, tendríamos que esperar tres o cuatro años para ver en marcha las primeras promociones de especialización en Odontología. No obstante, y para cumplir estos plazos, debemos seguir trabajando y fomentar que las administraciones públicas apoyen este desarrollo. Será con cuarenta años de retraso, pero nunca es tarde si la dicha es buena.
¿Cómo ha evolucionado la cirugía bucal durante sus años de carrera y qué avances se espera integrar en el futuro en este ámbito?
La cirugía bucal ha evolucionado rápidamente. Realmente, las atribuciones de los odontólogos o dentistas son las mismas desde que la Ley 10/86 se promulga. Lo “único” que hemos hecho, desde la odontología, es responder (y seguir respondiendo) a la exigencia de que los profesionales puedan trabajar y alcanzar el máximo de sus atribuciones, como ocurre en el resto de Europa.
En el caso de la cirugía bucal, en el año 2000, la cuestión que se planteaba era si los odontólogos eran capaces de extraer los cordales incluidos. Un poco más tarde fue si podíamos realizar las elevaciones de seno maxilar. Hace poco, si podíamos realizar implantes cigomáticos o tratamientos complementarios de armonización orofacial.
"Lo que ha hecho la profesión es ir respondiendo a los retos mejorando la formación de los odontólogos"
La respuesta siempre es, ha sido y será la misma. Todas estas actividades (y otras que aún no se han puesto sobre la mesa) están dentro de las atribuciones de nuestra titulación. Solo hay que obtener el entrenamiento necesario, si no se tiene, para ejecutarlas. Por ello, lo que ha hecho la profesión es ir respondiendo a estos retos mejorando la formación de los odontólogos en esas atribuciones.
Además, este camino de entrenamiento y mejora continua en nuestras atribuciones es el único que asegura una atención de calidad en el ámbito de las Ciencias de la Salud. Sólo falta que a estos esfuerzos formativos que se han realizado tradicionalmente por la profesión se integre la ayuda por parte de las administraciones públicas, dotándolos de la oficialidad que venimos reclamando desde hace cuarenta años.
Por nuestra parte, desde la Sociedad Española de Cirugía Bucal (SECIB), seguiremos trabajando por el avance de la Cirugía Bucal en el marco de la Odontología hasta alcanzar el desarrollo del cien por cien de las atribuciones que el título de odontólogo nos confiere.
Como catedrático, ¿cómo ve a los futuros odontólogos y cómo están cambiando la formación universitaria la implantación de las nuevas tecnologías en odontología?
Voy a protestar un poco por el abuso del término “nuevas tecnologías”. La odontología siempre ha estado a la vanguardia de la tecnología. A lo mejor ahora nos llama un poco más la atención por el boom que ha tenido la inteligencia artificial, la realidad virtual o incluso la robótica, pero tradicionalmente la odontología ha sido uno de los campos de la salud con una mayor relación con el desarrollo de nuevas tecnologías y de nuevos materiales, debido a las exigencias que el medio oral impone a nuestra profesión.
Nuestros materiales e instrumentos siempre se han basado en una tecnología muy avanzada y una altísima calidad de fabricación, teniendo detrás un desarrollo innovador fantástico, al menos desde la mitad del siglo pasado hasta la actualidad.
“Tradicionalmente la odontología ha sido uno de los campos de la salud con una mayor relación con el desarrollo de nuevas tecnologías y de nuevos materiales”
Pensar que las nuevas tecnologías van a cambiar la odontología es algo obvio, tanto a nivel clínico como educativo, pero de igual forma que la formación en odontología y la odontología misma en los años 90 había evolucionado enormemente frente a los años 70.
Por tanto, la incorporación de las nuevas tecnologías va a hacer que la odontología y su formación siga evolucionando, pero tal y como lo ha hecho en las últimas décadas.
Otro aspecto que querría debatir es que no debemos caer en la falacia de la tecnología. Debemos buscar siempre que las nuevas tecnologías tengan una aplicación clara al paciente en resultados de salud (o al alumno, en forma de resultados de aprendizaje).
“La aplicación de la tecnología se hace en un entorno biológico y por lo tanto debemos adaptarla a esos entornos y justificar su aplicación con resultados de salud”
No debemos olvidar que la aplicación de la tecnología se hace en un entorno biológico y por lo tanto debemos adaptarla a esos entornos y confirmar que los resultados de salud (o de aprendizaje) justifican su aplicación.
Por tanto, incorporación sí, pero de una forma crítica y siempre en pos de la mejora de nuestros resultados de salud y de aprendizaje, no solo por aumentar los costos en función de una moda.